El Obelus

Un obelus (símbolo: ÷, plural: obeluses u obeli) es un símbolo que consiste en una línea horizontal corta con un punto por encima y por debajo. Se utiliza principalmente para representar la operación matemática de la división. Por lo tanto comúnmente se llama el signo de división.  La división también puede indicarse mediante una línea horizontal (barra de fracciones) o una barra inclinada, o dos puntos paralelos; según la región del planeta en que se le utilice.

La palabra "obelus" viene del griego “ὀβελός”, esta palabra proviene del Griego antiguo y se utilizaba para denominar un palo afilado, un espiedo, o un pilar puntiagudo.  Ésta es la misma raíz griega de la palabra "obelisco"(1).  Originalmente, este signo representado como una línea simple se utilizó en mamotretos antiguos para marcar y señalar los pasajes que se sospechaban corruptos, o se recelaban como falsos.  El símbolo de la daga (⍏) también llamado “obelisco”, se deriva de la palabra "obelus", y se sigue siendo utilizado para este mismo propósito.

(1) La palabra obelus no tiene nada que ver con Obelix.  Obelix es un personaje de dibujos animados de la serie de francesa de cómicos: Astérix.  Obelix trabaja como escultor y repartidor de menhires, y es el mejor amigo de Astérix y su perrito Idefix.

Algo de Historia

El signo del obelus fué inventado por Aristarchus of Samos(2), quien que lo utilizaba para señalar pasajes inciertos o dudosos que encontraba en los escritos de Homero (el autor de La Ilíada y La Odisea).  Este símbolo fué también muy frecuentemente usado en los legajos del “Evangelio”(3) cristiano para marcar los abundantes errores y supercherías en aquellas secciones como la retórica Pericope en Juan, la que todos los editores modernos rechazan.  
También rechazan rotundamente el Apocalípsis de Juan porque hay evidencia de que sin duda es una copia alterada del autor original del escrito, Juan de Patmos, llamado el “Apokaleta”.  El plagio era una costumbre cristiana consuetudinaria en los escritos canónicos o neotestamentarios.  ¿Qué cosas, no? 

El primer editor contemporáneo al que se le llamaba “διορθωτής” (redactor, corrector, rectificador, revisor), usó de este signo (÷) en un esfuerzo de encerrar entre paréntesis y marcar con puntos para suprimir dos pasajes famosos en los escritos de Lucas, los que habían sido escritos por otro escriba original basado en las versiones egipcias; no fueron aceptadas como parte del texto en ese momento en Alejandría.

(2) Aristarchus of Samos un astuto y realista astrónomo y matemático griego que presentó el primer audaz modelo acreditado el que colocó al Sol en el centro del universo conocido, con la Tierra girando alrededor de él.

(3) La palabra “evangelio” es una palabra derivada del Latín “evangelĭum”, la cual es derivada de la palabra Griega “εὐαγγέλιον” - [euangelion], lo que significa “buena noticia”.  Esta palabra incluye a muchos otros evangelios apócrifos o extracanónicos, y también incluye a los Manuscritos de Nag Hammandi.  ¿Y usted creía que había un solo evangelio?  ¿Qué cosas, no?

Aunque el símbolo anglo-americano (obelus) se utilizó originalmente para identificar a la operación matemática de la “resta”, el obelus fué utilizado por primera vez como símbolo para la división en el año 1659 de la Era Común en el libro “Álgebra de Teutsche”, cuyo autor fué Johann Rahnn, un matemático suizo.  Algunos escolares piensan que John Pell, el matemático británico que editó este libro pudo haber sido el responsable del uso del símbolo en el libro.  El uso del obelus para representar la sustracción continuó en algunas partes de Europa incluyendo Noruega y recientemente en Dinamarca.  En los Estados Unidos de Norteamérica aún se usa este signo para denominar a la operación matemática de la “división”.

Los Símbolos Bastardos

Estos otros símbolos (+, -, x) no tienen nombre de pila como el Obelus, por lo tanto, según yo y sin el reconocimiento de un progenitor real, constatable e identificable, y según mi escueta pero informada opinión, estos otros signos son entonces “bastardos”.  Esto no significa que los otros signos matemáticos no tengan génesis o historia, sino que no tienen el Pedigrí Genealógico que tiene el Obelus.  ¿Qué cosas, no?

            Nota del Autor: El nombre del signo: /, es “Solidus”, Latín para: sólido.

Los Símbolos de la Suma y la Resta
A pesar de su anfibológico y vacilante nombre, Nicole d'Oresme(4) (1323-1382 EC) era un hombre.  Se conjetura que Nicole d'Oresme pudo haber usado una figura que parece un símbolo más (+) como una abreviatura para el latín “et” (que significa "y") en su libro titulado “Algorismus Proportionum”, libro que los Escolares piensan que Nicole d'Oresme escribió entre los años de 1356 y 1361 de la Era Común.  El símbolo aparece en un manuscrito de la obra de Nicole d’Oresme, pero se sospecha que este manuscrito -que es parte de su libro, fué transcrito o reproducido por un copista, y no por el mismo Oresme.  
           
(4) Nicole d'Oresme fué un importante filósofo de la Edad Media quien escribió obras influyentes sobre economía, matemáticas, física, astrología, astronomía, filosofía y teología.  Fué obispo de Lisieux - una comuna en el departamento de Calvados en la región de Normandía en el noroeste de Francia-, traductor, consejero del rey Carlos V de Francia y probablemente uno de los pensadores más originales de la Europa del siglo XIV.

Hubo varios autores y matemáticos de diferentes países europeos que usaron los signos “Más” y “Menos” (+, -) en varias obras diferentes y con la misma intención de marcar pasajes, y para usarlos como símbolos para la adición y la sustracción matemáticas.

Los símbolos “Más” y “Menos” (+, -) entraron en uso general en Inglaterra después de que fueron utilizados por Robert Recorde(5) en 1557 en su obra “The Whetstone de Witte”, un libro de matemáticas publicado por Recorde en 1557 EC.  Recorde escribió en este libro:

"Hay otros 2 signos los que a menudo se usan.  El primero se escribe así: +;  y significa “Más”.  El otro signo se escribe así: - y significa “Menos”

Ésta es una esforzada pero fidedigna traducción del párrafo escrito en Inglés Antiguo en el que Recorde escribió sus obras, y esta humilde traducción fué efectuada por vuestro servidor: El Loco.  La traducción fué difícil porque Recorde usó palabras aniculares como “Betokeneth”, y “Betokeneth lesse” para referirse al significado valorativo se estos nuevos símbolos.

(5) Robert Recorde fué un médico y matemático Galés (Welsh).  Recorde inventó el signo "igual" (=), y también estableció el uso del preexistente signo "Más" (+) para los ingleses anglo-parlantes en 1557.  ¿Qué cosas, no?

Sin embargo, estos símbolos (más y menos) ya estaban en uso antes de que aparecieran en la impresión.  Por ejemplo, estos distintivos eran empleados para pintar barriles de Ron y otros líquidos para indicar si los barriles estaban llenos o vacíos.  Algunos Escolares han procurado rastrear el símbolo negativo hasta Heron and Diophantus.

Heron fué un ingeniero Griego que se mantenía muy activo en su ciudad natal Romano-Egipcia de Alexandria.  Heron es considerado el mayor experimentalista de la antigüedad y su obra es representativa de la tradición científica Helenística.  El matemático también Griego de Alexandria, Diophantus (201- 285 EC), considerado el padre del Álgebra, y el autor de una serie de libros llamados “Aritmetica”.

Los Símbolos de la Multiplicación


La X

El símbolo “X” fué utilizado por el Ministro Anglicano Guillermo Oughtred (1574-1660), nacido en Eton, Buckinghamshire, Inglaterra en 1574, en su obra: “Clavis Mathematicae” (Clave a las Matemáticas), una obra compilada de los trabajos de Guillermo Oughtred en 1628, y publicada en Londres en 1631.

El Punto

Según Florian Cajori (1859-1930) un historiador suizo-americano de las matemáticas; el punto (•) fué promovido por Gottfried Wilhelm Leibniz (1646-1716), un filósofo alemán que ocupa un lugar destacado en la historia de las matemáticas, y en los anales de la historia de la filosofía.  Gottfried Wilhelm Leibniz desarrolló el Cálculo Diferencial e Integral independientemente de Isaac Newton.  A pesar de haber nacido en Leipzig, Alemania, su nacionalidad era Romana.  Gottfried Wilhelm Leibniz usaba una tremenda peluca negra probablemente hecha del pelo de alguna bestia animal.  La palabra “peluca” se deriva de la palabra inglesa “periwig”, para la que se usa el diminutivo “wig” en los países de habla inglesa.

Gottfried Wilhelm Leibniz el 29 de Julio de 1698 le escribió en una carta a Johann Bernoulli,  un matemático suizo que contribuyó al cálculo infinitesimal; en la que le decía: "No me gusta la X como un símbolo de multiplicación ya que se confunde fácilmente con la x; ...a menudo, simplemente relaciono dos cantidades por un punto interpuesto entre ellas e indica Multiplicación de ZC • LM.  Por lo tanto, para designar una relación no uso un punto sino dos puntos, los que utilizo al mismo tiempo para la división”.

El punto fué utilizado anteriormente por Thomas Harriot (1560-1621) en su compendio “Analyticae Praxis ad Aequationses Algebraicas Resolvendas”, el que fué publicado póstumamente en el año 1631, y por Thomas Gibson en 1655 en su “Syntaxis Mathematica”.

Punto.

Y Hablando de Matemáticas Aplicadas

Aquí tengo un misterio matemático para usted:

¿Por qué las tapas metálicas de las bocas de inspección de alcantarillado son redondas?

Estoy hablando (escribiendo) de esos agujeros redondos de acceso en las calles por los que los trabajadores se meten bajo tierra; ¿por qué son redondos y no cuadrados, triangulares, o rectangulares?


Respuesta:
Las cubiertas o tapas son redondas porque un círculo no puede caer dentro de sí mismo.  Si los agujeros fuesen cuadrados, triangulares o de cualquier otra forma, sus tapas pueden caer dentro de sus agujeros.  ¿Qué cosas, no?

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Post scriptum et quorumdam suggestionibus pro futurum: Si hay algún tema sobre el cual usted quisiera leer mis traumáticas y ligeramente psicopatísticas opiniones, por favor sugiéralo a: rguajardo@rguajardo.us.

Caveat: Mis opiniones personales pueden resultarle ácidas, demasiado honestas, corrosivas, irreverentes, insultantes, altamente irónicas, acerbas, licenciosas, mordaces y de una causticidad filosófica sin límites conocidos por el ser humano, y quizá no le apetezcan o acomoden intelectualmente; pero es lo que habrá disponible basado en su pedido.  Gracias. 



El Loco

La Criptogénica Historia del Lápiz

¿Se ha preguntado usted alguna vez sobre los orígenes del humilde lápiz?  Sí, ese aparatito largo, delgado y vestido de amarillo que nos sirve (y que nos ha servido por centurias) para escribir, al que en Chile le llaman cariñosamente: “lápiz de mina”.

Antes de hacer su estreno de gala en sociedad el arquetípico lápiz como lo conocemos hoy, éste no existía; y su desarrollo se debió a un fortuito pero notable descubrimiento en el año 1564 de la Era Común.  Pero antes de entrar de lleno en materia, revisemos algunos utensilios de escritura que se usaron hasta la isopiptesis llegada de nuestro humilde y contemporáneo lápiz.

La palabra “lápiz” proviene de la palabra francesa antigua “pincel”.  Del lenguaje Latín del Periodo Post-Clásico, la palabra inglesa “pencil” (lápiz) se deriva de la palabra latina “Penicillus”, lo que significa "colita", y que se refería originalmente a pincel fino de un artista, los cuales estaban hechos de pelo de camello.  Esta palabra: “Penicillus” es también el origen para la palabra “penis” o “pene”.  A pesar de la gran similitud entre “pencil” y “pene”; este último se exclusivamente usa para “escribir” en otra dimensión.

Incluso antes del descubrimiento y el uso de pigmentos (1), el ser humano usaba diferentes instrumentos y métodos para “escribir”.  Coloco la palabra “escribir” entre comillas porque la “escritura” (2) se inventó alrededor de unos 6.000 años atrás durante el comienzo de la Edad del Bronce, pero antes, el erecto habitante de este revuelto planeta se expresaba comunicativa, articulada y artísticamente usando una serie de materiales arcaicos para hacer sus marcas y manifestaciones en cavernas, piedras, árboles y otras variadas y disimilares superficies.  

Ellos utilizaban trozos de carbón encontrados al azar, remanentes de la invención del fuego de la Edad de Piedra, plantas y otros instrumentales y herramientas disponibles en el área en que nuestros peludos y fornidos antepasados sobrevivían.  En caso de que se esté preguntando, la tiza blanca recién se comenzó a utilizar en el siglo XIX en los salones de clases europeos.

(1) Un pigmento es un material que cambia el color de la luz reflejada como resultado de la absorción selectiva de longitud de onda.  Este proceso físico es diferente de la fluorescencia, fosforescencia, y otras formas de luminiscencia, en el que un material emite luz.

(2) Se estima que la escritura fué inventada a finales del IV milenio antes de la Era Común en Mesopotamia, y las marcas que se usaban en ese entonces se denominan escritura cuneiforme.   La invención de la escritura puso la distinción entre la historia y la prehistoria.

Los Primeros Instrumentos de Escritura

Los incipientes instrumentos y utensilios de escritura específicamente manufacturados para esta civilizada función eran “autónomos”, es decir, tenían una funcionalidad inherente a su vida útil, la que era la longitud de su existencia física.  Entonces, estos instrumentos de uso manual no se consumían, y desafortunadamente también se usaban para otras funciones menos dignas e innobles que el documentar.

Los había para el uso con y sin pigmento.  En el caso de los instrumentos sin el uso de pigmentos, y quizá los ejemplos más antiguos conocidos de “escritura” que poseemos, fueron creados mediante la hendedura de una superficie plana usando una herramienta rígida.  Para esto no era necesario utilizar un pigmento ya que las marcas de escritura se “tallaban” o “esculpían” sobre una apropiada superficie de uso.

Los chinos tallaban huesos y conchas de tortugas para escribir en su Jiaguwen, los que eran huesos marcados para usar en la adivinación por allá en el segundo milenio antes de la Era Común.  En Sumeria, Babilonia, e incluso en la Grecia Micénica, se produjo escritura cuneiforme pulsando con fuerza física un instrumento triangular sobre tablillas de arcilla blanda, creando así las marcas características de la escritura cuneiforme.  Más tarde, los astutos romanos avanzaron la tecnología, y comenzaron a utilizar manecillas de plomo sobre tablillas aperadas con una blanda superficie hecha de cera de abejas, las cuales podían ser reutilizadas.  Éstos fueron los precursores de la “tableta” (digo yo).

A su vez, los más modernos instrumentos de escritura que usaban pigmentos también fueron desarrollados por los artificiosos romanos, y éstos también fueron los impulsores de nuestro lápiz moderno.  Estos lápices Romanos fueron el inicial "lápiz de mina" ya que llevaba un cilindro de plomo envuelto en madera el que utilizaban para escribir sobre madera, piel de animales, o sobre papiro entre otras apropiadas superficies.  Los romanos solían llamar “mina” al plomo.

Un Hecho Circumbirúndico

En el año de 1564 y por accidente, los lugareños en Cumbria, Inglaterra, descubrieron un enorme depósito de grafito el que fué descubierto en un lugar montañoso muy alto llamado Seathwaite Fell.  Los lugareños –que eran pastores de Ovis Orientalis Aries (ovejas), encontraron que este material era muy útil para marcar sus mamíferos cuadrúpedos ungulados domésticos.  El 25 de Marzo de ese mismo año ocurrió la Batalla de Angol en la Araucanía chilena, donde el Conquistador Castellano Lorenzo Bernal del Mercado derrotó y mató al Toqui Mapuche Illangulién.

Este recién descubierto depósito de grafito se encontraba en un estado bastante puro, y en bloques que se podían seccionar sin dificultad en pequeñas barritas.  Hasta la fecha, este depósito de grafito sigue siendo el más grande encontrado en esta forma sólida.  Usando este nuevo compuesto, se descubrieron muchas aplicaciones para éste, como por ejemplo para hacer moldes para metales fundidos.  De esta forma el grafito, de la noche a la mañana, pasó a ser de un elemento sin valor, a adquirir un valor enorme.  Más tarde, se encontraron otros depósitos de grafito en diferentes lugares del mundo, pero no poseían la misma pureza y calidad que el grafito de Seathwaite Fell, entonces estos otros grafitos debían de ser pulverizados para eliminar sus impurezas.

Basados en el descubrimiento del grafito, desde el año 1860 los ingleses ostentaron la producción exclusiva de lápices cuadrados de barras de grafito, esto; hasta que se encontró un método de reconstituír el grafito en polvo.   En 1860, paralelamente la “Pony Express” comenzó a correr sus diligencias entre Saint Joseph, Missouri, y la ciudad de Sacramento, en California.  La primera diligencia partió de St. Joseph el 3 de Abril de 1860, y arribó a Sacramento el 13 de Abril de 1860; y en Noviembre 6 de ese mismo año, Abraham Lincoln fué elegido el decimosexto Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica.  Este año de 1860 fué muy movido. 

El Lápiz de Conté

En un esfuerzo por crear una herramienta más útil y manejable para hacer marcas y para escribir, el primer ensayo que se hizo para fabricar minas hechas de grafito pulverizado y compactado, se realizó en la alemana ciudad de Núremberg en el temprano año de 1662; para lo cual se utilizó una mezcolanza de grafito, azufre, antimonio y arcilla para mantener la coherencia de este aserrín de grafito.  Ese mismo nefasto año se extinguió el Raphus Cucullatus, conocido por la humanidad como el pájaro Dodo; quien era el hermano del Pezophaps Solitaria, otro pájaro extinto que no volaba.  ¿Qué cosas, no?

Para conseguir que el grafito fuese un poco más sencillo y práctico de usar, usuarios como topógrafos y artistas envolvían o forraban delgadas varillas de grafito con cáñamo o con piel de Ovis Aries.  En el año 1565 mientras que los portugueses estaban ocupados fundando la ciudad de Río de Janeiro en Brasil, el botánico y zoólogo suizo Konrad von Gessner reveló un dibujo de una delgada varita de grafito confinada dentro de un tubo hecho de madera.  Ésta fué la primera representación moderna oficial de un lápiz de madera.  

En el sacudido año de 1794 durante la guerra de la Francia revolucionaria con Gran Bretaña, Francia se encontró completamente carente de la superior calidad del grafito Inglés, por lo que entonces el ministro de Guerra francés Jean Baptiste Noël Bouchotte, le encargó al talentoso pintor e inventor francés tuerto, Nicolas-Jacques Conté, que encontrase una solución urgente y viable para esta carencia de lápices.   El ingenioso Conté entonces molió grafito impuro y de mala calidad y lo mezcló con arcilla húmeda, luego a esta masa amorfa le dió un formato de barras, y luego las metió al horno para cocinarlas.  El resultado final de este mejunje asado fué un lápiz de mina bastante aceptable.  

El Lápiz de Thoreau

La gran innovación de Conté llevó a décadas de experimentación.  Los alemanes decidieron meterse en la carrera del nuevo invento, y comenzaron a experimentar con una infinidad de proporciones entre arcilla y grafito para hacer lápices blandos y duros, y que hiciesen marcas más oscuras, o más claras.  Esta carrera de experimentos no se limitó solo a Europa.   En 1821, en los Estados Unidos de Norteamérica, míster Charles Dunbar descubrió por casualidad un depósito de grafito de buena calidad en Bristol, New Hampshire; y decidió también meterse en la carrera de los lápices con su cuñado John Thoreau.

Esta carrera de lápices era auspiciosa y lucrativa.  En 1820, la primera factoría que produjo lápices en masa fué una establecida por un gil llamado William Munroe, en Concorde, New Hampshire; y a pesar de que sus lápices eran de bastante mediocre calidad, éste se hizo millonario vendiéndolos. 

John Thoreau era un habilidoso hombre de negocios quien después de graduarse de la Universidad, estaba desempleado.  Entonces sin tener otra cosa que hacer, comenzó a ayudar con el nuevo y bisoño negocio de la familia.  Thoreau desarrolló nuevas técnicas en el refinado del grafito, las que hicieron los lápices “Thoreau” menos frágiles y menos grasientos, y en ese entonces éstos se convirtieron en los mejores lápices que América tenía para ofrecer.  Obviamente el negocio adoptó el apellido de la familia (Thoreau) para darle un nombre y una marca a estos afamados lápices.  La empresa de los Thoreau fué capaz de ofrecer una variedad de lápices a los que numeraron desde el Nº 1 (el más blando) hasta el Nº 4 (el más duro).  Este sistema de numeración para los lápices se continúa usando hasta el día de hoy.

El gusto y la preferencia por un lápiz específico se acomodó por sí solo: Los lápices Nº 1 eran muy suaves y blandos, y manchan con facilidad; el Nº 3 era muy duro y por lo tanto, se quebraba fácilmente; el N° 4 era sumamente duro y no era apto para escribir sobre superficies blandas como el papel; pero el lápiz de mina Nº 2 resultó ser el lápiz correcto y apropiado para escribir sobre cualquier superficie, y se convirtió en el lápiz de preferencia para la mayoría de la gente, y como muchos de ustedes ya lo saben, es perfecto para rellenar las burbujas de las tarjetas de la Polla-Gol.

Nota del Autor:
La ligera película dejada por el grafito en el papel es increíblemente delgada.  Esta capa de grafito es mil veces más delgada que un cabello humano.  De acuerdo con el matemático inglés John Barrow, un solo lápiz de mina Nº 2 podría trazar una línea de más de 1.126 kilómetros de longitud hasta llegar a la goma.  ¿Qué cosas, no?

El Color Amarillo

Originalmente, los lápices se pintaban para disfrazar la pobre calidad de la madera en que estaban contenidos, pero los lápices más finos y elegantes forrados con madera de buena calidad estaban terminados sin barniz o pintura.  En la Exposición Universal de 1889 en París, Francia, la que conmemoraba el Centenario de la Revolución Francesa y la toma de La Bastilla; una compañía Austro-Húngara fabricante de lápices reveló un suntuoso lápiz de lujo.  

Este boato nuevo lápiz estaba hecho con los mejores materiales existentes, y fué llamado “Koh-I-Noor” que en el lenguaje Persa significa “Montaña de Luz”, en honor al diamante más grande conocido hasta ese momento.  Este magnífico y hermoso diamante terminó adornando la corona británica.   Se piensa que éste, el más fino de los lápices del planeta fué pintado de color amarillo en honor a la bandera del imperio.  El color se suponía que fuese  dorado, pero el color más cercano al dorado disponible en ese entonces era el amarillo no patito feo.

Esta osada estrategia de marketing trabajó muy bien en un principio, y el color amarillo se comenzó a asociar con “calidad”.  Pero al poco tiempo después y debido a su gran éxito, un enjambre de imitadores comenzó a pintar sus lápices de color amarillo, entonces la “calidad” se hizo invisible quedando disfrazada de amarillo.  ¿Qué cosas, no?

Y Hablando de Coronas...

Durante el primer uso de los lápices de grafito, la gente utilizaba grumos de miga de pan para borrar errores porque la miga era fácil de obtener y de usar; pero este artefacto no era perfecto.  En el año 1770, el ex-teólogo, filósofo natural, químico, educador y teórico político liberal Joseph Priestley notó que el uso de una extraña materia que era recolectada de algunos árboles en Sudamérica, resultó ser especialmente apta para eliminar las marcas del lápiz de grafito.  

Entre otras cosas, Priestley también descubrió el Oxígeno al que llamó "aire defologisticado".  Con este nuevo “gas” descubierto, Priestley después inventó el agua con gas.  Obviamente Priestley no era productivo ni adecuado antes de renunciar al clérigo, pero cuando abrió los ojos y lo hizo; se convirtió en un magnífico y fructífero ciudadano el que ahora se daba cuenta de la realidad.

Como la Corona Británica era muy famosa en todo el mundo, los fabricantes de lápices decidieron “coronar” a sus productos con una práctica corona, pero sin insultar a la Corona Real.  Para esto, usaron el “caucho” de Priestley, y desde entonces, la forma física final del lápiz tomó su forma concluyente y definitiva.    

Los Lápices Modernos

Ningún lápiz moderno contiene una “mina” de plomo como los antiguos romanos solían llamarle; y lo que contienen hoy es una calculada mezcla de polvos de grafito y arcilla finamente molidos.  Antes de mezclar estos dos elementos, ellos se purifican por separado para extraerles cualquier materia ajena a estos materiales, y la mezcla se seca en moldes de forma que crean grandes bloques cuadrados.

Los Lápices de Colores

La historia del lápiz de cera de color no está clara y se pierde entre cuentos y suposiciones, pero el uso de los elementos básicos con que estos lápices eran hechos, está bien documentada y se remonta a la Época de Oro de la Grecia Antigua, historia que más tarde fué propiamente documentada por el escritor, científico, naturalista y militar latino romano Gaius Plinius Secundus, conocido como Plinio el Viejo, amigo personal del Emperador Vespasiano.

Los materiales a base de cera han sido los preferidos por los artistas durante siglos debido a su resistencia al deterioro, a la intensidad y el brillo de sus colores,  y sus cualidades únicas de manipulación.  A pesar de que los lápices de colores se habían estado utilizado para otras funciones por décadas, no fué hasta principios del siglo XX en que se produjo lápices de cera de colores con una calidad artista aceptable.  

Los primeros fabricantes que iniciaron la producción masiva de lápices de colores de cera de buena calidad, incluyen a la fabrica Faber-Castell en 1908, y después a Caran d'Ache en 1924.  Más tarde, la fabrica Berol Prismacolor se metió en el baile en el año 1938, el mismo año en que Adolfo Hitler abolió el Ministerio de Guerra y creó el Oberkommando der Wehrmacht (Alto Mando de las Fuerzas Armadas.) para reemplazarlo.

El lápiz de color, lápiz-crayón, o lápiz-pastel como se le conoció al principio, a diferencia de los lápices de grafito y carbón, los lápices-pastel de colores tienen un núcleo en base a cera o aceite, y contienen proporciones variables de pigmentos, aditivos y agentes aglutinantes.  Este lápiz de color -o policromo- es una mezcla de varios elementos minerales como grafito, cera y arcilla, procesados e integrados para hacer la “mina”, la que es una médula de cera con pigmentos y otros aditivos.  Múltiples colores se mezclan para obtener una gran variedad de lápices de diversos colores.

La Parábola del Lápiz

Érase una vez un fabricante de lápices.  Me gusta siempre comenzar mis historias con esta frase porque es la que siempre oía cuando alguien me leía un libro de cuentos, y todos estos cuentos; aún viven almacenados e inquietos en los numerosos pliegues de mi vasta y activa memoria.

Este meditabundo y considerado fabricante de lápices, cada vez que terminaba de construír cuidadosamente uno de ellos, lo hacía a un lado para darle consejos antes de ponerlo en su caja.

-  “Hay 5 cosas que necesitas y debes de saber antes de que yo te envíe al mundo.  Recuerda estas cosas siempre y nunca te olvides de ellas.  Si haces esto, te convertirás en el mejor lápiz que un fabricante pueda soñar" - le dijo concienzudamente al lápiz.

- "La primera es: Tú serás capaz de hacer muchísimas y muy diferentes cosas, pero esto ocurrirá solo siempre y cuando estés en la mano de alguien".

- "La segunda es: Tú experimentarás de vez en cuando un doloroso y agudo proceso de perfeccionamiento, pero lo necesitas para ser un mejor lápiz".

- "La tercera es: Debes de ser capaz de corregir rápidamente y sin constricciones cualquier, y todos los errores que cometas".

- "La cuarta es: No te olvides jamás de los jamases de que la parte más valiosa e importante que posees, es lo que llevas dentro".

- "Y la quinta es: En todas y cualquier de las innumerables superficies en que seas utilizado, debes dejar tu marca, una buena marca, y sin importar las condiciones de las superficies en que escribes; debes de continuar escribiendo".

El lápiz entendió claramente el intrínseco valor de los lúcidos consejos de su bienhechor, y se comprometió a recordar y a practicarlos todos ellos, entonces cuando su hechor lo depositó cuidadosamente dentro de su caja, el lápiz llevaba firmemente arraigados estos propósitos en su corazón.  Fin.

Reflexión

Esta corta y sencilla parábola del lápiz, lleva contenida importantes y sólidas enseñanzas las que he tratado de practicar durante mi exacerbada vida.  

Ahora, si usted pretende momentáneamente que está tomando el lugar del lápiz, evoque, retenga y practique sin titubear estas magníficas enseñanzas, y si lo hace; lo más probable es que se convierta en la mejor persona que usted pueda ser.  Haciendo un paralelo con estos principios para el lápiz, ellos lucen como algo así para nosotros:

Primero: Usted será capaz de hacer muchísimas y muy variadas cosas, pero sólo si usted se permite a sí mismo la libertad y el compromiso de hacerlo; y permitirle a otras personas que tengan acceso a todas las virtudes que usted posee.

Segundo: Usted experimentará un proceso de mejoramiento de vez en cuando, y éste puede llegar a ser bastante duro y doloroso.  Esto ocurre cuando nos enfrentamos con los –a veces- numerosos y complicados problemas y desafíos que se nos presentan en la vida; pero esta adversidad la necesitamos para poder convertirnos en individuos más fuertes y resistentes.

Tercero: Usted debe de ejercer su mejor y más sincero esfuerzo para ser capaz de corregir cualquier error que cometa sin sentirse derrotado o minimizado.  El reconocer errores nos hace más nobles y más fuertes, y lo más importante; nos hace ser sinceros con nosotros mismos.

Cuarto: La parte más importante y más valiosa que siempre poseeremos es la riqueza humana que llevamos dentro.  Éste es un obsequio que le pertenece a usted, y es el material de lo que usted está hecho en su interior.  Nadie le puede quitar esto.

Y quinto: En todas las superficies o condiciones en las que deba caminar o desenvolverse durante su valiosa existencia, siempre deje una buena y saludable marca.  Sin importar cuál sea la situación o lo difícil que ésta sea, siempre debe continuar incansablemente haciendo sus deberes, y manteniendo siempre alta su responsabilidad.

Le traje a colación esta humilde parábola sobre el lápiz para recordarle de que usted es una persona especial y muy valiosa para mí, y para nosotros todos; y para que nunca permita que le desaniman o que usted llegue a pensar de que su vida es insignificante, o que usted no es capaz de realizar un cambio; porque aunque usted no lo piense o no lo crea; le necesitamos mucho.

Esto me trae a la memoria un axioma que siempre se balancea en las inquietas e impacientes olas de mi filosofía de vida: ¿Actuamos basados en el Valor de la Verdad, o lo hacemos fundados en la Verdad del valor?  Dígame usted...

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Caveat: Mis opiniones personales pueden resultarle ácidas, demasiado honestas, corrosivas, irreverentes, insultantes, altamente irónicas, acerbas, licenciosas, mordaces y de una causticidad filosófica sin límites conocidos por el ser humano, y quizá no le apetezcan o acomoden intelectualmente; pero es lo que habrá disponible basado en su pedido.  Gracias. 



El Loco

La Criptogénica Historia del Lápiz

¿Se ha preguntado usted alguna vez sobre los orígenes del humilde lápiz?  Sí, ese aparatito largo, delgado y vestido de amarillo que nos sirve (y que nos ha servido por centurias) para escribir, al que en Chile le llaman cariñosamente: “lápiz de mina”.

Antes de hacer su estreno de gala en sociedad el arquetípico lápiz como lo conocemos hoy, éste no existía; y su desarrollo se debió a un fortuito pero notable descubrimiento en el año 1564 de la Era Común.  Pero antes de entrar de lleno en materia, revisemos algunos utensilios de escritura que se usaron hasta la isopiptesis llegada de nuestro humilde y contemporáneo lápiz.

La palabra “lápiz” proviene de la palabra francesa antigua “pincel”.  Del lenguaje Latín del Periodo Post-Clásico, la palabra inglesa “pencil” (lápiz) se deriva de la palabra latina “Penicillus”, lo que significa "colita", y que se refería originalmente a pincel fino de un artista, los cuales estaban hechos de pelo de camello.  Esta palabra: “Penicillus” es también el origen para la palabra “penis” o “pene”.  A pesar de la gran similitud entre “pencil” y “pene”; este último se exclusivamente usa para “escribir” en otra dimensión.

Incluso antes del descubrimiento y el uso de pigmentos (1), el ser humano usaba diferentes instrumentos y métodos para “escribir”.  Coloco la palabra “escribir” entre comillas porque la “escritura” (2) se inventó alrededor de unos 6.000 años atrás durante el comienzo de la Edad del Bronce, pero antes, el erecto habitante de este revuelto planeta se expresaba comunicativa, articulada y artísticamente usando una serie de materiales arcaicos para hacer sus marcas y manifestaciones en cavernas, piedras, árboles y otras variadas y disimilares superficies.  

Ellos utilizaban trozos de carbón encontrados al azar, remanentes de la invención del fuego de la Edad de Piedra, plantas y otros instrumentales y herramientas disponibles en el área en que nuestros peludos y fornidos antepasados sobrevivían.  En caso de que se esté preguntando, la tiza blanca recién se comenzó a utilizar en el siglo XIX en los salones de clases europeos.

(1) Un pigmento es un material que cambia el color de la luz reflejada como resultado de la absorción selectiva de longitud de onda.  Este proceso físico es diferente de la fluorescencia, fosforescencia, y otras formas de luminiscencia, en el que un material emite luz.

(2) Se estima que la escritura fué inventada a finales del IV milenio antes de la Era Común en Mesopotamia, y las marcas que se usaban en ese entonces se denominan escritura cuneiforme.   La invención de la escritura puso la distinción entre la historia y la prehistoria.

Los Primeros Instrumentos de Escritura

Los incipientes instrumentos y utensilios de escritura específicamente manufacturados para esta civilizada función eran “autónomos”, es decir, tenían una funcionalidad inherente a su vida útil, la que era la longitud de su existencia física.  Entonces, estos instrumentos de uso manual no se consumían, y desafortunadamente también se usaban para otras funciones menos dignas e innobles que el documentar.

Los había para el uso con y sin pigmento.  En el caso de los instrumentos sin el uso de pigmentos, y quizá los ejemplos más antiguos conocidos de “escritura” que poseemos, fueron creados mediante la hendedura de una superficie plana usando una herramienta rígida.  Para esto no era necesario utilizar un pigmento ya que las marcas de escritura se “tallaban” o “esculpían” sobre una apropiada superficie de uso.

Los chinos tallaban huesos y conchas de tortugas para escribir en su Jiaguwen, los que eran huesos marcados para usar en la adivinación por allá en el segundo milenio antes de la Era Común.  En Sumeria, Babilonia, e incluso en la Grecia Micénica, se produjo escritura cuneiforme pulsando con fuerza física un instrumento triangular sobre tablillas de arcilla blanda, creando así las marcas características de la escritura cuneiforme.  Más tarde, los astutos romanos avanzaron la tecnología, y comenzaron a utilizar manecillas de plomo sobre tablillas aperadas con una blanda superficie hecha de cera de abejas, las cuales podían ser reutilizadas.  Éstos fueron los precursores de la “tableta” (digo yo).

A su vez, los más modernos instrumentos de escritura que usaban pigmentos también fueron desarrollados por los artificiosos romanos, y éstos también fueron los impulsores de nuestro lápiz moderno.  Estos lápices Romanos fueron el inicial "lápiz de mina" ya que llevaba un cilindro de plomo envuelto en madera el que utilizaban para escribir sobre madera, piel de animales, o sobre papiro entre otras apropiadas superficies.  Los romanos solían llamar “mina” al plomo.

Un Hecho Circumbirúndico

En el año de 1564 y por accidente, los lugareños en Cumbria, Inglaterra, descubrieron un enorme depósito de grafito el que fué descubierto en un lugar montañoso muy alto llamado Seathwaite Fell.  Los lugareños –que eran pastores de Ovis Orientalis Aries (ovejas), encontraron que este material era muy útil para marcar sus mamíferos cuadrúpedos ungulados domésticos.  El 25 de Marzo de ese mismo año ocurrió la Batalla de Angol en la Araucanía chilena, donde el Conquistador Castellano Lorenzo Bernal del Mercado derrotó y mató al Toqui Mapuche Illangulién.

Este recién descubierto depósito de grafito se encontraba en un estado bastante puro, y en bloques que se podían seccionar sin dificultad en pequeñas barritas.  Hasta la fecha, este depósito de grafito sigue siendo el más grande encontrado en esta forma sólida.  Usando este nuevo compuesto, se descubrieron muchas aplicaciones para éste, como por ejemplo para hacer moldes para metales fundidos.  De esta forma el grafito, de la noche a la mañana, pasó a ser de un elemento sin valor, a adquirir un valor enorme.  Más tarde, se encontraron otros depósitos de grafito en diferentes lugares del mundo, pero no poseían la misma pureza y calidad que el grafito de Seathwaite Fell, entonces estos otros grafitos debían de ser pulverizados para eliminar sus impurezas.

Basados en el descubrimiento del grafito, desde el año 1860 los ingleses ostentaron la producción exclusiva de lápices cuadrados de barras de grafito, esto; hasta que se encontró un método de reconstituír el grafito en polvo.   En 1860, paralelamente la “Pony Express” comenzó a correr sus diligencias entre Saint Joseph, Missouri, y la ciudad de Sacramento, en California.  La primera diligencia partió de St. Joseph el 3 de Abril de 1860, y arribó a Sacramento el 13 de Abril de 1860; y en Noviembre 6 de ese mismo año, Abraham Lincoln fué elegido el decimosexto Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica.  Este año de 1860 fué muy movido. 

El Lápiz de Conté

En un esfuerzo por crear una herramienta más útil y manejable para hacer marcas y para escribir, el primer ensayo que se hizo para fabricar minas hechas de grafito pulverizado y compactado, se realizó en la alemana ciudad de Núremberg en el temprano año de 1662; para lo cual se utilizó una mezcolanza de grafito, azufre, antimonio y arcilla para mantener la coherencia de este aserrín de grafito.  Ese mismo nefasto año se extinguió el Raphus Cucullatus, conocido por la humanidad como el pájaro Dodo; quien era el hermano del Pezophaps Solitaria, otro pájaro extinto que no volaba.  ¿Qué cosas, no?

Para conseguir que el grafito fuese un poco más sencillo y práctico de usar, usuarios como topógrafos y artistas envolvían o forraban delgadas varillas de grafito con cáñamo o con piel de Ovis Aries.  En el año 1565 mientras que los portugueses estaban ocupados fundando la ciudad de Río de Janeiro en Brasil, el botánico y zoólogo suizo Konrad von Gessner reveló un dibujo de una delgada varita de grafito confinada dentro de un tubo hecho de madera.  Ésta fué la primera representación moderna oficial de un lápiz de madera.  

En el sacudido año de 1794 durante la guerra de la Francia revolucionaria con Gran Bretaña, Francia se encontró completamente carente de la superior calidad del grafito Inglés, por lo que entonces el ministro de Guerra francés Jean Baptiste Noël Bouchotte, le encargó al talentoso pintor e inventor francés tuerto, Nicolas-Jacques Conté, que encontrase una solución urgente y viable para esta carencia de lápices.   El ingenioso Conté entonces molió grafito impuro y de mala calidad y lo mezcló con arcilla húmeda, luego a esta masa amorfa le dió un formato de barras, y luego las metió al horno para cocinarlas.  El resultado final de este mejunje asado fué un lápiz de mina bastante aceptable.  

El Lápiz de Thoreau

La gran innovación de Conté llevó a décadas de experimentación.  Los alemanes decidieron meterse en la carrera del nuevo invento, y comenzaron a experimentar con una infinidad de proporciones entre arcilla y grafito para hacer lápices blandos y duros, y que hiciesen marcas más oscuras, o más claras.  Esta carrera de experimentos no se limitó solo a Europa.   En 1821, en los Estados Unidos de Norteamérica, míster Charles Dunbar descubrió por casualidad un depósito de grafito de buena calidad en Bristol, New Hampshire; y decidió también meterse en la carrera de los lápices con su cuñado John Thoreau.

Esta carrera de lápices era auspiciosa y lucrativa.  En 1820, la primera factoría que produjo lápices en masa fué una establecida por un gil llamado William Munroe, en Concorde, New Hampshire; y a pesar de que sus lápices eran de bastante mediocre calidad, éste se hizo millonario vendiéndolos. 

John Thoreau era un habilidoso hombre de negocios quien después de graduarse de la Universidad, estaba desempleado.  Entonces sin tener otra cosa que hacer, comenzó a ayudar con el nuevo y bisoño negocio de la familia.  Thoreau desarrolló nuevas técnicas en el refinado del grafito, las que hicieron los lápices “Thoreau” menos frágiles y menos grasientos, y en ese entonces éstos se convirtieron en los mejores lápices que América tenía para ofrecer.  Obviamente el negocio adoptó el apellido de la familia (Thoreau) para darle un nombre y una marca a estos afamados lápices.  La empresa de los Thoreau fué capaz de ofrecer una variedad de lápices a los que numeraron desde el Nº 1 (el más blando) hasta el Nº 4 (el más duro).  Este sistema de numeración para los lápices se continúa usando hasta el día de hoy.

El gusto y la preferencia por un lápiz específico se acomodó por sí solo: Los lápices Nº 1 eran muy suaves y blandos, y manchan con facilidad; el Nº 3 era muy duro y por lo tanto, se quebraba fácilmente; el N° 4 era sumamente duro y no era apto para escribir sobre superficies blandas como el papel; pero el lápiz de mina Nº 2 resultó ser el lápiz correcto y apropiado para escribir sobre cualquier superficie, y se convirtió en el lápiz de preferencia para la mayoría de la gente, y como muchos de ustedes ya lo saben, es perfecto para rellenar las burbujas de las tarjetas de la Polla-Gol.

Nota del Autor:
La ligera película dejada por el grafito en el papel es increíblemente delgada.  Esta capa de grafito es mil veces más delgada que un cabello humano.  De acuerdo con el matemático inglés John Barrow, un solo lápiz de mina Nº 2 podría trazar una línea de más de 1.126 kilómetros de longitud hasta llegar a la goma.  ¿Qué cosas, no?

El Color Amarillo

Originalmente, los lápices se pintaban para disfrazar la pobre calidad de la madera en que estaban contenidos, pero los lápices más finos y elegantes forrados con madera de buena calidad estaban terminados sin barniz o pintura.  En la Exposición Universal de 1889 en París, Francia, la que conmemoraba el Centenario de la Revolución Francesa y la toma de La Bastilla; una compañía Austro-Húngara fabricante de lápices reveló un suntuoso lápiz de lujo.  

Este boato nuevo lápiz estaba hecho con los mejores materiales existentes, y fué llamado “Koh-I-Noor” que en el lenguaje Persa significa “Montaña de Luz”, en honor al diamante más grande conocido hasta ese momento.  Este magnífico y hermoso diamante terminó adornando la corona británica.   Se piensa que éste, el más fino de los lápices del planeta fué pintado de color amarillo en honor a la bandera del imperio.  El color se suponía que fuese  dorado, pero el color más cercano al dorado disponible en ese entonces era el amarillo no patito feo.

Esta osada estrategia de marketing trabajó muy bien en un principio, y el color amarillo se comenzó a asociar con “calidad”.  Pero al poco tiempo después y debido a su gran éxito, un enjambre de imitadores comenzó a pintar sus lápices de color amarillo, entonces la “calidad” se hizo invisible quedando disfrazada de amarillo.  ¿Qué cosas, no?

Y Hablando de Coronas...

Durante el primer uso de los lápices de grafito, la gente utilizaba grumos de miga de pan para borrar errores porque la miga era fácil de obtener y de usar; pero este artefacto no era perfecto.  En el año 1770, el ex-teólogo, filósofo natural, químico, educador y teórico político liberal Joseph Priestley notó que el uso de una extraña materia que era recolectada de algunos árboles en Sudamérica, resultó ser especialmente apta para eliminar las marcas del lápiz de grafito.  

Entre otras cosas, Priestley también descubrió el Oxígeno al que llamó "aire defologisticado".  Con este nuevo “gas” descubierto, Priestley después inventó el agua con gas.  Obviamente Priestley no era productivo ni adecuado antes de renunciar al clérigo, pero cuando abrió los ojos y lo hizo; se convirtió en un magnífico y fructífero ciudadano el que ahora se daba cuenta de la realidad.

Como la Corona Británica era muy famosa en todo el mundo, los fabricantes de lápices decidieron “coronar” a sus productos con una práctica corona, pero sin insultar a la Corona Real.  Para esto, usaron el “caucho” de Priestley, y desde entonces, la forma física final del lápiz tomó su forma concluyente y definitiva.    

Los Lápices Modernos

Ningún lápiz moderno contiene una “mina” de plomo como los antiguos romanos solían llamarle; y lo que contienen hoy es una calculada mezcla de polvos de grafito y arcilla finamente molidos.  Antes de mezclar estos dos elementos, ellos se purifican por separado para extraerles cualquier materia ajena a estos materiales, y la mezcla se seca en moldes de forma que crean grandes bloques cuadrados.

Los Lápices de Colores

La historia del lápiz de cera de color no está clara y se pierde entre cuentos y suposiciones, pero el uso de los elementos básicos con que estos lápices eran hechos, está bien documentada y se remonta a la Época de Oro de la Grecia Antigua, historia que más tarde fué propiamente documentada por el escritor, científico, naturalista y militar latino romano Gaius Plinius Secundus, conocido como Plinio el Viejo, amigo personal del Emperador Vespasiano.

Los materiales a base de cera han sido los preferidos por los artistas durante siglos debido a su resistencia al deterioro, a la intensidad y el brillo de sus colores,  y sus cualidades únicas de manipulación.  A pesar de lápices de colores se habían estado utilizado para otras funciones por décadas, no fué hasta principios del siglo XX en que se produjo lápices de cera de colores con una calidad artista aceptable.  

Los primeros fabricantes que iniciaron la producción masiva de lápices de colores de cera de buena calidad, incluyen a la fabrica Faber-Castell en 1908, y después a Caran d'Ache en 1924.  Más tarde, la fabrica Berol Prismacolor se metió en el baile en el año 1938, el mismo año en que Adolfo Hitler abolió el Ministerio de Guerra y creó el Oberkommando der Wehrmacht (Alto Mando de las Fuerzas Armadas.) para reemplazarlo.

El lápiz de color, lápiz-crayón, o lápiz-pastel como se le conoció al principio, a diferencia de los lápices de grafito y carbón, los lápices-pastel de colores tienen un núcleo en base a cera o aceite, y contienen proporciones variables de pigmentos, aditivos y agentes aglutinantes.  Este lápiz de color -o policromo- es una mezcla de varios elementos minerales como grafito, cera y arcilla, procesados e integrados para hacer la “mina”, la que es una médula de cera con pigmentos y otros aditivos.  Múltiples colores se mezclan para obtener una gran variedad de lápices de diversos colores.

La Parábola del Lápiz

Érase una vez un fabricante de lápices.  Me gusta siempre comenzar mis historias con esta frase porque es la que siempre oía cuando alguien me leía un libro de cuentos, y todos estos cuentos; aún viven almacenados e inquietos en los numerosos pliegues de mi vasta y activa memoria.

Este meditabundo y considerado fabricante de lápices, cada vez que terminaba de construír cuidadosamente uno de ellos, lo hacía a un lado para darle consejos antes de ponerlo en su caja.

-  “Hay 5 cosas que necesitas y debes de saber antes de que yo te envíe al mundo.  Recuerda estas cosas siempre y nunca te olvides de ellas.  Si haces esto, te convertirás en el mejor lápiz que un fabricante pueda soñar" - le dijo concienzudamente al lápiz.

- "La primera es: Tú serás capaz de hacer muchísimas y muy diferentes cosas, pero esto ocurrirá solo siempre y cuando estés en la mano de alguien".

- "La segunda es: Tú experimentarás de vez en cuando un doloroso y agudo proceso de perfeccionamiento, pero lo necesitas para ser un mejor lápiz".

- "La tercera es: Debes de ser capaz de corregir rápidamente y sin constricciones cualquier, y todos los errores que cometas".

- "La cuarta es: No te olvides jamás de los jamases de que la parte más valiosa e importante que posees, es lo que llevas dentro".

- "Y la quinta es: En todas y cualquier de las innumerables superficies en que seas utilizado, debe dejar tu marca, una buena marca, y sin importar las condiciones de las superficies en que escribes; debes de continuar escribiendo".

El lápiz entendió claramente el intrínseco valor de los lúcidos consejos de su bienhechor, y se comprometió a recordar y a practicarlos todos ellos, entonces cuando su hechor lo depositó cuidadosamente dentro de su caja, el lápiz llevaba firmemente arraigados estos propósitos en su corazón.  Fin.

Reflexión

Esta corta y sencilla parábola del lápiz, lleva contenida importantes y sólidas enseñanzas las que he tratado de practicar durante mi exacerbada vida.  

Ahora, si usted pretende momentáneamente que está tomando el lugar del lápiz, evoque, retenga y practique sin titubear estas magníficas enseñanzas, y si lo hace; lo más probable es que se convierta en la mejor persona que usted pueda ser.  Haciendo un paralelo con estos principios para el lápiz, ellos lucen como algo así para nosotros:

Primero: Usted será capaz de hacer muchísimas y muy variadas cosas, pero sólo si usted se permite a sí mismo la libertad y el compromiso de hacerlo; y permitirle a otras personas que tengan acceso a todas las virtudes que usted posee.

Segundo: Usted experimentará un proceso de mejoramiento de vez en cuando, y éste puede llegar a ser bastante duro y doloroso.  Esto ocurre cuando nos enfrentamos con los –a veces- numerosos y complicados problemas y desafíos que se nos presentan en la vida; pero esta adversidad la necesitamos para poder convertirnos en individuos más fuertes y resistentes.

Tercero: Usted debe de ejercer su mejor y más sincero esfuerzo para ser capaz de corregir cualquier error que cometa sin sentirse derrotado o minimizado.  El reconocer errores nos hace más nobles y más fuertes, y lo más importante; nos hace ser sinceros con nosotros mismos.

Cuarto: La parte más importante y más valiosa que siempre poseeremos es la riqueza humana que llevamos dentro.  Éste es un obsequio que le pertenece a usted, y es el material de lo que usted está hecho en su interior.  Nadie le puede quitar esto.

Y quinto: En todas las superficies o condiciones en las que deba caminar o desenvolverse durante su valiosa existencia, siempre deje una buena y saludable marca.  Sin importar cuál sea la situación o lo difícil que ésta sea, siempre debe continuar incansablemente haciendo sus deberes, y manteniendo siempre alta su responsabilidad.

Le traje a colación esta humilde parábola sobre el lápiz para recordarle de que usted es una persona especial y muy valiosa para mí, y para nosotros todos; y para que nunca permita que le desaniman o que usted llegue a pensar de que su vida es insignificante, o que usted no es capaz de realizar un cambio; porque aunque usted no lo piense o no lo crea; le necesitamos mucho.

Esto me trae a la memoria un axioma que siempre se balancea en las inquietas e impacientes olas de mi filosofía de vida: ¿Actuamos basados en el Valor de la Verdad, o lo hacemos fundados en la Verdad del valor?  Dígame usted...

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Post scriptum et quorumdam suggestionibus pro futurum: Si hay algún tema sobre el cual usted quisiera leer mis traumáticas y ligeramente psicopatísticas opiniones, por favor sugiéralo a: rguajardo@rguajardo.us.

Caveat: Mis opiniones personales pueden resultarle ácidas, demasiado honestas, corrosivas, irreverentes, insultantes, altamente irónicas, acerbas, licenciosas, mordaces y de una causticidad filosófica sin límites conocidos por el ser humano, y quizá no le apetezcan o acomoden intelectualmente; pero es lo que habrá disponible basado en su pedido.  Gracias. 



El Loco