La Revolución Industrial se
dió a lugar entre los siglos XVIII y XIX, y fué un severo y despiadado impacto
para la clase trabajadora. Durante este
austero período, las sociedades predominantemente agrarias y rurales en Europa
y América se convirtieron en sociedades industriales y urbanas. Esta revolución industrial fué un punto
pivotal de cambio para las economías de escala de estos países, y especialmente;
para la vida de de sus obreros.
El siglo XVII de la Era Común
estuvo lleno de acontecimientos impactantes aparte del inicio de la Revolución
Industrial. Entre otros hechos de
importancia, están los siguientes:
1700 - Este año (MDCC) fué
un año excepcional de la Era Común el que comenzó un Viernes en el calendario Gregoriano,
y fué el año bisiesto que comenzó un Lunes en el calendario Juliano.
1702 - En marzo, la reina Ana asciende al trono Inglés.
1706 - El 17 de Enero, Benjamín Franklin nace en Boston.
1714 - El té se introdujo por primera vez en las colonias
americanas.
1716 - El primer grupo de esclavos negros llega al
territorio de Luisiana.
1756 - Inglaterra declara la guerra a Francia.
1762 - Inglaterra declara la guerra a España.
1799 – La Guerra de las Galaxias comienza, pero nadie lo
sabía.
Antes de que en Gran Bretaña
comenzara la Revolución Industrial a finales de 1700, la fabricación de enceres
y otros artefactos se producía en su mayoría en los hogares o talleres de la
clase proletaria, los que utilizaban rústicas herramientas manuales, maquinaria
semi-mecánica operada por humanos o animales, o artificios lentos y básicos. La industrialización marcó un avance radical
en el diseño de la maquinaria la que se modernizó, se le agregó poder, potencia
y mecanización, y así nacieron las fábricas de producción en masa o producción
en serie.
Por otro lado, con el rápido
desarrollo e implementación de la "máquina de vapor", principalmente las
industrias textiles y metalúrgicas jugaron un papel central en la Revolución
Industrial porque mejoraron los sistemas de transporte, las comunicaciones, la
industria mercantil y la banca. Esto fué
fantástico: la industrialización estimuló y suscitó un aumento en el volumen,
calidad, uniformidad,
disponibilidad y variedad de los productos manufacturados, y a la vez disminuyó los
costos de producción ofreciendo precios más bajos al público, y por supuesto; un mejor nivel de vida para
algunos. Esto a su vez resultó en una
gran pérdida de empleos, y las condiciones de vida del proletariado en general
se tornaron muy difíciles y severas económicamente, especialmente para las
clases pobres y trabajadoras. Y así, en
menos de dos siglos la efectiva e incansable máquina reemplazó al ineficaz y
lento ser humano.
Hoy estamos en la avanzada
aurora de una nueva, más peligrosa, más
rápida, y
más poderosa Revolución Industrial. Las
nuevas máquinas de diferente personalidad que ahora conocemos como computadoras
y robots, nos están reemplazando rápida y peligrosamente porque son muchísimo más poderosas, rápidas,
efectivas, exactas, productivas, de bajo costo y mantención, y no producen
ningún tipo de problemas laborales, ni de Uniones o Cooperativas, y no
requieren de seguros de vida o salud, ni de permiso pre y/o post natal, ni se
enferman, ni piden aumento de sueldo ni vacaciones, no necesitan vacunas, y si
se rompen, se reemplazan rápidamente sin ninguna tragedia o daño emocional, y
no dejan ni familia ni deudas pendientes, y segundos después de ser
reemplazadas, ya nadie se acuerda de ellas; ni les importa.
La pregunta es: ¿Cómo podemos
competir o defendernos de esto? Antes de
ofrecerle una respuesta (una respuesta, no una fórmula mágica), voy a poner en
contexto la existencia actual de estas infernales artilugios modernos con
respecto de esta nueva revolución para asustarlo un poco, y quizá así usted ponga
más atención a mi humilde e indocumentada
respuesta a esta quemante pregunta al final de este texto. Nó, no la busque ahora porque sin una breve
explicación previa, es muy posible que usted no la comprenda.
La razón principal
para el nacimiento y rápida proliferación de este nuevo movimiento cibernético, es que el tremendo conocimiento
colectivo que existe en nuestros días ya no podemos ni esgrimirlo ni
manipularlo apropiada y efectivamente en nuestros pequeños y circunscritos cerebros
por más desarrollados y progresados que éstos sean, ni tampoco podemos utilizar
este conocimiento colectivo efectivamente porque solo tenemos acceso a una
ínfima parte de éste.
En la Antigüedad había "Sabios",
y eran esos hombres que lo sabían todo. Esto
era más fácil y factible porque aquella Humanidad en conjunto no sabía casi
nada de nada, y para una persona medianamente inteligente que se dedicara a
aprender sobre las exiguas ciencias que existían en aquel entonces (comparadas
con las contemporáneas), era muy posible asimilar todo (o casi todo) el
conocimiento existente en su tiempo, y convertirse en un
"Sabio". Hoy, esto es
imposible al cubo. Lo único de la
Antigüedad que podemos usar en este respecto hoy, es la sabia frase de Platón
en su respuesta oracular a la Pitonisa de Delfos: "Sólo sé que nada
sé".
Este escrito está dirigido a un grupo específico de
lectores, y éste sería el Grupo Número 1.
Si no está familiarizado con estos grupos intelectuales, aquí le doy una
reseña.
Grupo 1:
Pertenecen a este grupo aquellas personas que están
constantemente preguntándose: "¿Qué
irá a pasar?", "¿Qué nos
traerá el destino?". Y se
encuentran asiduamente investigando, observando y tratando de elucubrar qué les
podría traer el futuro, y que pudiese alterar sus vidas; e infatigablemente
escudriñan lo eventual y lo venidero en busca de una respuesta a sus preguntas.
Grupo 2:
Pertenecen a este grupo aquellas personas que están
constantemente preguntándose: "¿Qué
está pasando?", "¿Qué está
ocurriendo ahora a mi alrededor?". Y acérrimamente tratan de entender lo que pasa
en torno suyo, hechos que normal e inevitablemente afectarán sus vidas
cotidianas de una forma u otra, trayéndoles cambios que quizá no sean
bienvenidos o beneficiales.
Grupo 3:
Pertenecen a este grupo aquellas personas que están
constantemente preguntándose: "¿Qué (expletivo
censurado) pasó?".
Bién, si usted pertenece al Grupo Número 1, esto quizá
le podrá interesar. En mi artículo sobre
la revolución de los Robots solamente voy a discutir algunas aéreas del campo médico. Sería imposible para mí comentar sobre todas
las aéreas que los robots cubren hoy en día, porque hay muy poquísimas a las
que aún no han llegado... por ahora.
Además en medicina, mientras más viejos nos hacemos, más nos acercamos a
ella; hasta un punto en que dependemos casi completamente de ella.
Cuando erramos jóvenes, pasábamos la mayoría de
nuestro tiempo en el estadio, en fiestas, jugando pichangas, escalando montañas,
viajando a lugares desconocidos, y gastábamos la mayoría de nuestro dinero en bares,
restaurantes, viajes
y actividades recreativas. Cuando
llegamos a cierta edad, y dependiendo de cómo hayamos tratado nuestra humanidad
durante nuestros años jóvenes, comenzamos a pasar la mayoría de nuestro tiempo
en oficinas de doctores, hospitales y laboratorios, y la mayoría de nuestra
pecunia se va en farmacias, exámenes surtidos y cuidados seniles, y nuestro
tiempo también se esfuma mientras estamos sentados en alguna plaza
arropados con una frazada, o encerrados en el asilo. Por eso es que voy a hablar de los Robots en
Medicina.
Medicina
Desde hace ya un buen tiempo, los Robots han estado
aprendiendo medicina y a hacer diagnósticos y recomendaciones de tratamiento
muy exactos. Este movimiento cibernético
es el lógico resultado en que la tecnología computacional asistida por
"Lenguage Natural" e "Inteligencia Artificial" están irrumpiendo
velozmente en el área de atención de salud, de la misma forma en que han penetrado
y conquistado casi todas las industrias del planeta.
Ahora, si usted es médico, comience a espantarse, pero
si usted está planeando estudiar medicina, apaníquese hasta la médula ósea roja
y con un descontrolado pavor como si estuviese poseído, porque la nueva e
intencionada pregunta que la ciencia robótica ha planteado clara y ácidamente
es: ¿Siguen siendo los médicos necesarios?
Claro, si yo fuese médico, se me helaría la pajarilla.
Mucho de lo que les contaré aquí es parte de lo que
hago en forma consuetudinaria, así que esto lo sé de primera mano, y lo he experimentado
en persona. Les daré algunos ejemplos
sublimes de "Doctores Robots" los que he presenciado con la boca
abierta y sintiendo que estaba viviendo el algún puesto de avanzada o
guarnición espacial de "La Guerra de las Galaxias". Antes de comenzar, les convendré un poco de
contexto.
Algunos de ustedes quizá tengan buena memoria
y se acuerden de "Watson".
Watson es una computadora masiva de IBM nombrada en reconocimiento del
industrialista Thomas J. Watson, quien fué el primer CEO (Chief Executive
Officer) de IBM (International Business Machines); que para probar la capacidad
de discernimiento de este computador, IBM la enfrentó a Kenneth Wayne Jennings
III quien tiene el récord de la racha ganadora más larga en el programa
televisivo de juegos llamado Jeopardy!
Por supuesto que Watson lo derrotó.
Quizá esta victoria suene trivial, pero lo que se probó es que Watson (o
los computadores) podía asimilar cantidades infinitas de conocimiento,
procesarlos, y encontrar la información adecuada en segundos.
Watson está ahora asimilando innumerables casos
médicos en el Hospital Memorial Sloan-Kettering, un avanzado Centro de Cáncer en
Nueva York; y ya puede hacer diagnósticos y recomendaciones de tratamiento. Entonces la otra pregunta que siembra el
pánico entre el establecimiento médico es: ¿Hasta dónde y que tan rápido puede
llegar la automatización de la medicina?
Desafortunadamente para el establecimiento galeno, ya está aquí. Watson es solo uno de los numerosos
supercomputadores que están conquistando la medicina, y los hay muchos más y
más avanzados que Watson, los que ya son parte de nuestra medicina.
Es normal que los pacientes busquen una "segunda
opinión", especialmente en aquellos que sufren de un mal desconocido el
que los doctores no pueden determinar.
Estos pacientes se ven forzados a buscar un médico que sepa más,
entonces comienza el "Via Crucis"
de visitar un sinfín de "especialistas" que tampoco pueden determinar
qué es lo que anda mal con el paciente, y los mandan a hacerse una batería de
pruebas y exámenes surtidos los que a la postre, no conducen a un diagnóstico (o
a uno acertado), y lo único que obtiene el paciente es desesperación, la liquidación
de la billetera, y el agotamiento el seguro de salud.
Algunos doctores tratan de "adivinar" lo que
pasa basados en lo mejor de su conocimiento, y comienzan a recetar medicinas a
diestra y siniestra como el amazónico brujo de la tribu Kawahiva, recetando una
primero para "ver qué pasa", y si no funciona, cambian la medicina y
tratan de nuevo, y esto lo hacen varias veces en el desesperado y ciego intento
de adivinar qué podría resultar de este festival de prescripciones. En la mayoría de los casos, después de este
certamen de pastillas,
jarabes y ungüentos medicinales, el problema persiste y el paciente no solo
sigue empeorando, pero ahora está emponzoñado y atosigado con químicos, narcóticos
y cuanto polvo infernal y linimento diabólico que sale de la farmoteca.
Esto sucede porque nuestros doctores se especializan o
tienen conocimiento de una despreciable y casi insignificante parte del
conocimiento acumulado colectivamente de la medicina actual. Es como tratar de adivinar la figura de un
puzle de un millón de piezas, con sólo unas cuantas en la mano. La culpa no es de los doctores, la culpa es
de nuestros subdesarrollados cerebros sin la capacidad de asimilar estas formidables
cantidades de conocimiento médico, y lucen alaracamente sub-estándar comparados
con la capacidad de retención y discernimiento que las supercomputadoras
poseen, las que pueden asimilar el conocimiento galeno de un billón de
doctores, y los avances médicos desde que Lucy la Australopiteca se tomó un
tecito para el dolor de estómago.
Casos reales
Estos casos han ocurrido en es Estado de Virginia
donde asisto a doctores con pacientes que no hablan Inglés. No nombraré los hospitales ni el nombre de
los pacientes porque esto constituye información confidencial.
Un paciente sufriendo de dolores al hígado llegó al
hospital una temprana mañana quejándose de grandes dolores y caminando
encorvado por el dolor. En el
departamento de emergencia lo atendieron rápidamente y lo inyectaron con una
poción intravenosa para aliviarle el dolor mientras que uno de los doctores de
turno llegaba a asistir. Unos cortos
minutos más tarde, el médico después de hacerle varias preguntas a través mío
al paciente, ordenó que se le sacara una radiografía.
Cuando las radiografías llegaron de vuelta al poco
rato, el médico comentó que no veía nada anormal en el hígado, entonces llamó a
otro doctor dentro del establecimiento para consultar. El segundo doctor después de rascarse la
cabeza constantemente mientras estudiaba las radiografías, aceptó que tampoco
veía nada anormal. Entonces, el primer
doctor dijo: "Es tiempo de llamar al
robot". El doctor se dirigió a
mí y me invitó a venir a su oficina así podría escuchar, y luego transmitir los
resultados al paciente.
Lo que observé en la oficina del doctor fué algo nuevo
para mí. El doctor hizo un
"scan" de las radiografías y las "subió" a una máquina que
descansaba en uno de los mesones de su oficina, la que supuestamente, se las enviaría
al robot. Curioso le pregunté qué estaba
pasando, y él me respondió que las radiografías iban a ser "digitalizadas"
por un computador al que en el hospital llaman cariñosamente: "Cloud Doctor" (Doctor en la Nube),
y que el Cloud Doctor las revisaría y enviaría un diagnostico de vuelta.
A los pocos minutos llegó la respuesta del Cloud
Doctor con el siguiente diagnóstico: Adenocarcinoma. La Adenocarcinoma es un cáncer común que
comienza en los pulmones y se desplaza hacia el hígado y es muy difícil de
detectar por su errático comportamiento.
Seguidamente, el robot prescribió un tratamiento para esta
condición. Después de recibir y examinar
los resultados, el doctor me miró sonriente y me dijo: "Gracias a dios por Cloud Doctor".
Previamente a esto, el paciente había sido objeto de
múltiples biopsias a los pulmones, hígado e intestinos, las cuales arrojaros
resultados negativos de cáncer, por lo cual el paciente se vió obligado a
continuar su tortura médica experimental hasta que algún doctor iluminado
pudiese adivinar cuál era la condición que lo estaba matando. Según el paciente, este martirio venía
arrastrándose ya por más de tres años. Y
aquí, en un hospital en que los doctores usan un robot, el problema del
paciente se dilucidó correcta y rápidamente en materia de unos pocos y
bienvenidos minutos. El Cloud Doctor
también puede procesar rápida y eficientemente Rayos X de tomografía
computarizada (CT por rayos X), o tomografía axial computarizada (TAC),
electroencefalogramas, y un montón de otras pruebas de sangre y documentos
clínicos y material facultativos surtido.
De la forma en que este robot trabaja es usando
la misma mecánica que usa el FBI (Federal Bureau of Investigations) para
comparar huellas digitales, sistema que al que se le denomina IAFIS (Integrated Automated Fingerprint Identification System). IAFIS
no sólo incluye las huellas dactilares, pero también circunscribe cualquier antecedente
penale correspondiente; fotografías policiales; cicatrices y fotos de tatuajes;
características físicas como la altura, el peso, el color del cabello y de los
ojos; y los aliases. Usando términos
obsoletos ya, IAFIS es la mayor base de
datos de huellas dactilares penal en el mundo, el que alberga las huellas
dactilares y antecedentes penales por más de 70 millones de legajos y
expedientes en el archivo maestro criminal, junto con más de 34 millones de
impresiones digitales de civiles. También
incluye datos criminales y huellas dactilares de más de 73,000 terroristas
conocidos y sospechosos procesados por los EE.UU. o por organismos
internacionales.
El Cloud Doctor y IAFIS trabajan 365.25 días al año,
24 horas al día. El Doctor Mortis o
Sherlock Holmes no pueden hacer esto ni en películas. La eficiencia de estos robots se debe a la
moderna tecnología en computación, y la casi infinita capacidad de estas
máquinas de asimilar todo el conocimiento colectivo producido por la voluble e
inconstante raza Humana. Esto sin contar
las velocidades lumínicas en las que funcionan.
Un Doctor Robot que puede examinar, reconocer,
comparar e identificar correctamente más de 350.000.000 de radiografías en
materia de minutos, será necesariamente más efectivo y acertado que cualquier
doctor en el planeta. Cada vez que veo
un doctor y éste me refiere a un especialista, ya sé que este doctor no tiene
idea de lo que está pasando conmigo. Bajo
estas circunstancias, la nueva e intencionada pregunta que la ciencia robótica
ha planteado clara y ácidamente es: ¿Siguen siendo los médicos necesarios? ¿Qué cosas, no?
Un caso más cercano a usted
Quizá usted esté familiarizados con un crudo precursor
de los robots en medicina conocido como: WebMD.
WebMD es un sitio web público que ostenta y mantiene vigente información
sobre salud y el cuidado de ésta, incluyendo una lista de síntomas, información
farmacéutica precisa, información sobre medicamentos, "blogs" de
médicos con temas específicos, y además le proporciona un repositorio para que
usted acopie su información médica personal.
No tengo estadísticas más actualizadas que las que le
ofrezco, pero a fines del 2007, WebMD tuvo el mayor número de visitas en su
sitio comparación con todos los otros sitios web de salud privados y
gubernamentales combinados. En febrero
de 2011, la red de sitios de WebMD alcanzó un promedio de 86.4 millones de
visitantes mensuales y hoy es el portal líder en salud en los Estados
Unidos. A partir de Febrero de 2014,
WebMD ha registrado un promedio de 156 millones de visitantes por mes y 3.17 billones
de visitas en sus páginas por trimestre.
Lastimosamente esto demuestra fehacientemente nuestra
gran falta de confianza en el conocimiento y capacidad de nuestros galenos. Con WebMD, ahora nosotros mismos obtenemos una
segunda opinión sin someternos a las constantes torturas medievales de las que
nos hacen objeto algunos de nuestros médicos brujos, curanderos de villa, o algún
poderoso Machi del sur del planeta.
Otro caso aún más cercano a usted
Si usted posee un vehículo
motorizado, usted experimenta esto cada vez que o lleva al taller
mecánico. Si no tiene una máquina
mecanizada de poder independiente, por favor súbase al vagón del progreso en el
área de transporte. Créame, es una
ventaja.
Usted ya sabe que nuestros automóviles modernos son
controlados por computadoras de alta velocidad y rápida respuesta. Son pequeños robotitos instalados en nuestra
máquina de transporte personal, los que hacen posible que este armatoste de
fierro, cables, goma y asientos; funcione y se mueva. Estos robots enanos son algo así como los Territos y Fermitos de aquellos nuestros años de la sublime infancia.
El caso es que los mecánicos actuales son rendidos
casi inservibles a causa de estos robotitos.
Ya no pueden poner el oído sobre el capot, escuchar el ruido del motor
por aproximadamente 30 segundos, y después mirarnos con cara de inteligente
para informarnos sobre qué es lo malo que nuestro motor tiene. La verdad es que los mecánicos de hoy no
tienen la mas peregrina idea de lo que pasa en las partes más complicadas de un
motor, y menos, el poder diagnosticar sus fallas. Necesitan un robot.
Cuando usted lleva su coche al hospital
automovilístico, lo primero que hacen los mecánicos del establecimiento, es
enchufar su cacharro en una computadora.
Digo cacharro porque si ya lo tiene que llevar a semejante lugar, es
porque ya tiene problemas. Entonces el
mecánico mientras que el robot trabaja, se fuma un pucho, o come con la boca
abierta una porción del sánguche de pernil que trajo de casa.
Los mecánicos de hoy siguen siendo simplemente
mecánicos porque no pueden funcionar a nivel cibernético, entonces se han
quedado estancados en el nivel mecánico básico del oficio: cambiar llantas y
ruedas, cambios de aceite, filtros surtidos, repuestos múltiples, y mirar con
cara de inteligente por debajo de su vehículo mientras lo tienen sostenido en
el aire para desangrarle el Castrol®. Ya
no pueden competir con la tecnología que ha sido conquistada por los robots y
esto es simplemente porque, por astuto que sea su mecánico, no puede asimilar
la enorme cantidad de conocimiento que se requiere para competir con un robot,
ni la velocidad de discernimiento para evaluar los resultados, los cuales
tampoco puede medir. Entonces, los
verdaderos mecánicos modernos son otra vez, los robots.
Para el curioso intelectual
La robótica es la rama de las Ingenierías Mecánica, Eléctrica
y Ciencias de la Computación, la que se ocupa del diseño, construcción,
operación y aplicación de robots, así como los sistemas informáticos para su
control, retroalimentación sensorial y procesamiento de la información.
Un robot es un agente artificial mecánico o virtual,
por lo general una máquina electro-mecánica guiada y tutelada por un programa
de ordenador o circuitos electrónicos.
Los robots pueden ser autónomos o semi-autónomos; y variar entre
humanoides como ASIMO (Advanced Step in Innovative Mobility), el aventajado
robot de la Honda, pasando por robots industriales, robots operativos médicos,
robots perros de terapia, el robot que le dá dinero cuando va al banco a usar
su tarjetita, o aquellos robots que vuelan aviones, navegan barcos, o los que
fabrican su automóvil; y que varían grandemente de tamaño como el "Blue
Gene" que es un supercomputador de IBM y que es más grande que su
supermercado local, hasta el nano computador que usted lleva en su tarjeta de
crédito, que es más chico que el amor que usted siente por su suegra.
La respuesta prometida anteriormente
Lo más seguro es que a estas alturas, a usted ya se la
había olvidado de que yo le iba a dar una respuesta a la corrosiva pregunta: ¿Cómo podemos
competir o defendernos de esto? - del avance y control de que los robots nos
están haciendo fácil víctimas - porque debe de saber que
los
robots ya están llegando a su lugar de trabajo, y van a competir por su oficio.
También recuerde que lo que le he
ofrecido es una respuesta, y no una fórmula mágica.
La respuesta es simple. Teniendo
en cuenta que usted NO PODRÁ NUNCA JAMÁS competir con un robot: ¡Evítelos!
¿Cómo? Comience a observar cuidadosamente el tipo de
trabajo para los que los robots están siendo programados, y prescinda de hacer
o especializarse en ese campo de trabajo.
En lugar de tratar de descubrir industrias nuevas, busque los nuevos
tipos de trabajo. Descubra donde están
los lugares de trabajo que lo podrían emplear a usted, aunque usted sea
peculiar, desviado, o perezoso, pero sin embargo, usted puede ser muy creativo. Conviértase en una persona ajena a cualquier
proceso mecánico de trabajo.
Con respecto a cualquier
actividad pregúntese ¿cuál es el propósito de este trabajo en particular? Acérquese a la realidad (la que nunca está muy
lejos de usted) y reconozca que no hay ningún valor en su trabajo si se limita
a producir un "valor agregado", o a ser sólo un reemplazable
fragmento en una línea de producción. En
lugar de esto, dedíquese a racionalizar y definir un trabajo que devengue un
valor de uso o impacto directo para el cliente que necesita su producto o
servicio.
Comience la costumbre de pensar
diferente e intente ser desafiante, de romper y violar las normas sociales, si
nó, éstas lo violarán a usted. Exija un
trabajo que se concentre en atender y satisfacer con un valor intrínseco de uso
las necesidades de los clientes. Evite
el convertirse en un esclavo de los robots. Si usted consigue hacer estas cosas simples, usted
tendrá más tiempo para vivir menos estresado y podrá divertirse más en el
trabajo y en sus horas de descanso, y su retribución será algo que estará muy
por encima de un salario conformista y de una vida mediocre.
Sé que a usted le gustaría un
ejemplo. Le voy a dar uno, pero no lo
que yo estoy haciendo ahora para evitar ser una víctima de los robots, porque
entonces usted me quitará mi trabajo, así que le daré otro ejemplo: sea como la
vaca. La vaca presta un servicio directo
al público el que no puede ser reemplazado por ningún robot. ¿Qué cosas, no?
La verdad es que necesitamos
comenzar a usar nuestros cerebros en una forma más efectiva que nuestros
cuerpos, porque un robot puede emular cualquier cosa que hacemos mecánicamente,
no sólo de mejor manera, pero más efectivamente, más rápido y sin errores. Lo que los robots nunca podrán hacer mejor
que nosotros es ser originales, pensar (no deducir), ser creativos, y
determinar sus comportamientos sin nuestra ayuda.
Y con este pensamiento lo
dejo, porque el robot que hace café en mi casa me está llamando.
Post scriptum et quorumdam suggestionibus pro futurum: Si hay algún tema sobre el cual usted quisiera leer mis traumáticas y
ligeramente psicopatísticas opiniones, por favor sugiéralo a: rguajardo@rguajardo.us.
Caveat: Mis opiniones personales pueden
resultarle ácidas, demasiado honestas, corrosivas, irreverentes, insultantes,
altamente irónicas, acerbas, licenciosas, mordaces y de una causticidad filosófica
sin límites conocidos por el ser humano, y quizá no le apetezcan o acomoden intelectualmente;
pero es lo que habrá disponible basado en su pedido. Gracias.
El
Loco