De la Revolución Industrial a la Revolución de los Robots

La Revolución Industrial se dió a lugar entre los siglos XVIII y XIX, y fué un severo y despiadado impacto para la clase trabajadora.  Durante este austero período, las sociedades predominantemente agrarias y rurales en Europa y América se convirtieron en sociedades industriales y urbanas.  Esta revolución industrial fué un punto pivotal de cambio para las economías de escala de estos países, y especialmente; para la vida de de sus obreros.

El siglo XVII de la Era Común estuvo lleno de acontecimientos impactantes aparte del inicio de la Revolución Industrial.  Entre otros hechos de importancia, están los siguientes:

1700 - Este año (MDCC) fué un año excepcional de la Era Común el que comenzó un Viernes en el calendario Gregoriano, y fué el año bisiesto que comenzó un Lunes en el calendario Juliano.
1702 - En marzo, la reina Ana asciende al trono Inglés.
1706 - El 17 de Enero, Benjamín Franklin nace en Boston.
1714 - El té se introdujo por primera vez en las colonias americanas.
1716 - El primer grupo de esclavos negros llega al territorio de Luisiana.
1756 - Inglaterra declara la guerra a Francia.
1762 - Inglaterra declara la guerra a España.
1799 – La Guerra de las Galaxias comienza, pero nadie lo sabía.

Antes de que en Gran Bretaña comenzara la Revolución Industrial a finales de 1700, la fabricación de enceres y otros artefactos se producía en su mayoría en los hogares o talleres de la clase proletaria, los que utilizaban rústicas herramientas manuales, maquinaria semi-mecánica operada por humanos o animales, o artificios lentos y básicos.  La industrialización marcó un avance radical en el diseño de la maquinaria la que se modernizó, se le agregó poder, potencia y mecanización, y así nacieron las fábricas de producción en masa o producción en serie.

Por otro lado, con el rápido desarrollo e implementación de la "máquina de vapor", principalmente las industrias textiles y metalúrgicas jugaron un papel central en la Revolución Industrial porque mejoraron los sistemas de transporte, las comunicaciones, la industria mercantil y la banca.  Esto fué fantástico: la industrialización estimuló y suscitó un aumento en el volumen, calidad, uniformidad, disponibilidad y variedad de los productos manufacturados, y a la vez disminuyó los costos de producción ofreciendo precios más bajos al público, y por supuesto; un mejor nivel de vida para algunos.  Esto a su vez resultó en una gran pérdida de empleos, y las condiciones de vida del proletariado en general se tornaron muy difíciles y severas económicamente, especialmente para las clases pobres y trabajadoras.  Y así, en menos de dos siglos la efectiva e incansable máquina reemplazó al ineficaz y lento ser humano. 

Hoy estamos en la avanzada aurora de una nueva, más peligrosa, más rápida, y más poderosa Revolución Industrial.  Las nuevas máquinas de diferente personalidad que ahora conocemos como computadoras y robots, nos están reemplazando rápida y peligrosamente porque son muchísimo más poderosas, rápidas, efectivas, exactas, productivas, de bajo costo y mantención, y no producen ningún tipo de problemas laborales, ni de Uniones o Cooperativas, y no requieren de seguros de vida o salud, ni de permiso pre y/o post natal, ni se enferman, ni piden aumento de sueldo ni vacaciones, no necesitan vacunas, y si se rompen, se reemplazan rápidamente sin ninguna tragedia o daño emocional, y no dejan ni familia ni deudas pendientes, y segundos después de ser reemplazadas, ya nadie se acuerda de ellas; ni les importa. 

La pregunta es: ¿Cómo podemos competir o defendernos de esto?  Antes de ofrecerle una respuesta (una respuesta, no una fórmula mágica), voy a poner en contexto la existencia actual de estas infernales artilugios modernos con respecto de esta nueva revolución para asustarlo un poco, y quizá así usted ponga más atención a mi humilde e indocumentada respuesta a esta quemante pregunta al final de este texto.  Nó, no la busque ahora porque sin una breve explicación previa, es muy posible que usted no la comprenda.

La razón principal para el nacimiento y rápida proliferación de este nuevo movimiento cibernético, es que el tremendo conocimiento colectivo que existe en nuestros días ya no podemos ni esgrimirlo ni manipularlo apropiada y efectivamente en nuestros pequeños y circunscritos cerebros por más desarrollados y progresados que éstos sean, ni tampoco podemos utilizar este conocimiento colectivo efectivamente porque solo tenemos acceso a una ínfima parte de éste.

En la Antigüedad había "Sabios", y eran esos hombres que lo sabían todo.  Esto era más fácil y factible porque aquella Humanidad en conjunto no sabía casi nada de nada, y para una persona medianamente inteligente que se dedicara a aprender sobre las exiguas ciencias que existían en aquel entonces (comparadas con las contemporáneas), era muy posible asimilar todo (o casi todo) el conocimiento existente en su tiempo, y convertirse en un "Sabio".  Hoy, esto es imposible al cubo.  Lo único de la Antigüedad que podemos usar en este respecto hoy, es la sabia frase de Platón en su respuesta oracular a la Pitonisa de Delfos: "Sólo sé que nada sé".

Este escrito está dirigido a un grupo específico de lectores, y éste sería el Grupo Número 1.  Si no está familiarizado con estos grupos intelectuales, aquí le doy una reseña.

Grupo 1:
Pertenecen a este grupo aquellas personas que están constantemente preguntándose: "¿Qué irá a pasar?", "¿Qué nos traerá el destino?".  Y se encuentran asiduamente investigando, observando y tratando de elucubrar qué les podría traer el futuro, y que pudiese alterar sus vidas; e infatigablemente escudriñan lo eventual y lo venidero en busca de una respuesta a sus preguntas.

Grupo 2:
Pertenecen a este grupo aquellas personas que están constantemente preguntándose: "¿Qué está pasando?", "¿Qué está ocurriendo ahora a mi alrededor?".  Y acérrimamente tratan de entender lo que pasa en torno suyo, hechos que normal e inevitablemente afectarán sus vidas cotidianas de una forma u otra, trayéndoles cambios que quizá no sean bienvenidos o beneficiales. 

Grupo 3:
Pertenecen a este grupo aquellas personas que están constantemente preguntándose: "¿Qué (expletivo censurado) pasó?".

Bién, si usted pertenece al Grupo Número 1, esto quizá le podrá interesar.  En mi artículo sobre la revolución de los Robots solamente voy a discutir algunas aéreas del campo médico.  Sería imposible para mí comentar sobre todas las aéreas que los robots cubren hoy en día, porque hay muy poquísimas a las que aún no han llegado... por ahora.  Además en medicina, mientras más viejos nos hacemos, más nos acercamos a ella; hasta un punto en que dependemos casi completamente de ella.

Cuando erramos jóvenes, pasábamos la mayoría de nuestro tiempo en el estadio, en fiestas, jugando pichangas, escalando montañas, viajando a lugares desconocidos, y gastábamos la mayoría de nuestro dinero en bares, restaurantes, viajes y actividades recreativas.  Cuando llegamos a cierta edad, y dependiendo de cómo hayamos tratado nuestra humanidad durante nuestros años jóvenes, comenzamos a pasar la mayoría de nuestro tiempo en oficinas de doctores, hospitales y laboratorios, y la mayoría de nuestra pecunia se va en farmacias, exámenes surtidos y cuidados seniles, y nuestro tiempo también se esfuma mientras estamos sentados en alguna plaza arropados con una frazada, o encerrados en el asilo.  Por eso es que voy a hablar de los Robots en Medicina.

Medicina

Desde hace ya un buen tiempo, los Robots han estado aprendiendo medicina y a hacer diagnósticos y recomendaciones de tratamiento muy exactos.  Este movimiento cibernético es el lógico resultado en que la tecnología computacional asistida por "Lenguage Natural" e "Inteligencia Artificial" están irrumpiendo velozmente en el área de atención de salud, de la misma forma en que han penetrado y conquistado casi todas las industrias del planeta.

Ahora, si usted es médico, comience a espantarse, pero si usted está planeando estudiar medicina, apaníquese hasta la médula ósea roja y con un descontrolado pavor como si estuviese poseído, porque la nueva e intencionada pregunta que la ciencia robótica ha planteado clara y ácidamente es: ¿Siguen siendo los médicos necesarios?  Claro, si yo fuese médico, se me helaría la pajarilla.

Mucho de lo que les contaré aquí es parte de lo que hago en forma consuetudinaria, así que esto lo sé de primera mano, y lo he experimentado en persona.  Les daré algunos ejemplos sublimes de "Doctores Robots" los que he presenciado con la boca abierta y sintiendo que estaba viviendo el algún puesto de avanzada o guarnición espacial de "La Guerra de las Galaxias".  Antes de comenzar, les convendré un poco de contexto.

Algunos de ustedes quizá tengan buena memoria y se acuerden de "Watson".  Watson es una computadora masiva de IBM nombrada en reconocimiento del industrialista Thomas J. Watson, quien fué el primer CEO (Chief Executive Officer) de IBM (International Business Machines); que para probar la capacidad de discernimiento de este computador, IBM la enfrentó a Kenneth Wayne Jennings III quien tiene el récord de la racha ganadora más larga en el programa televisivo de juegos llamado Jeopardy!  Por supuesto que Watson lo derrotó.  Quizá esta victoria suene trivial, pero lo que se probó es que Watson (o los computadores) podía asimilar cantidades infinitas de conocimiento, procesarlos, y encontrar la información adecuada en segundos.

Watson está ahora asimilando innumerables casos médicos en el Hospital Memorial Sloan-Kettering, un avanzado Centro de Cáncer en Nueva York; y ya puede hacer diagnósticos y recomendaciones de tratamiento.  Entonces la otra pregunta que siembra el pánico entre el establecimiento médico es: ¿Hasta dónde y que tan rápido puede llegar la automatización de la medicina?  Desafortunadamente para el establecimiento galeno, ya está aquí.  Watson es solo uno de los numerosos supercomputadores que están conquistando la medicina, y los hay muchos más y más avanzados que Watson, los que ya son parte de nuestra medicina.

Es normal que los pacientes busquen una "segunda opinión", especialmente en aquellos que sufren de un mal desconocido el que los doctores no pueden determinar.  Estos pacientes se ven forzados a buscar un médico que sepa más, entonces comienza el "Via Crucis" de visitar un sinfín de "especialistas" que tampoco pueden determinar qué es lo que anda mal con el paciente, y los mandan a hacerse una batería de pruebas y exámenes surtidos los que a la postre, no conducen a un diagnóstico (o a uno acertado), y lo único que obtiene el paciente es desesperación, la liquidación de la billetera, y el agotamiento el seguro de salud.

Algunos doctores tratan de "adivinar" lo que pasa basados en lo mejor de su conocimiento, y comienzan a recetar medicinas a diestra y siniestra como el amazónico brujo de la tribu Kawahiva, recetando una primero para "ver qué pasa", y si no funciona, cambian la medicina y tratan de nuevo, y esto lo hacen varias veces en el desesperado y ciego intento de adivinar qué podría resultar de este festival de prescripciones.  En la mayoría de los casos, después de este certamen de pastillas, jarabes y ungüentos medicinales, el problema persiste y el paciente no solo sigue empeorando, pero ahora está emponzoñado y atosigado con químicos, narcóticos y cuanto polvo infernal y linimento diabólico que sale de la farmoteca.

Esto sucede porque nuestros doctores se especializan o tienen conocimiento de una despreciable y casi insignificante parte del conocimiento acumulado colectivamente de la medicina actual.  Es como tratar de adivinar la figura de un puzle de un millón de piezas, con sólo unas cuantas en la mano.  La culpa no es de los doctores, la culpa es de nuestros subdesarrollados cerebros sin la capacidad de asimilar estas formidables cantidades de conocimiento médico, y lucen alaracamente sub-estándar comparados con la capacidad de retención y discernimiento que las supercomputadoras poseen, las que pueden asimilar el conocimiento galeno de un billón de doctores, y los avances médicos desde que Lucy la Australopiteca se tomó un tecito para el dolor de estómago.

Casos reales

Estos casos han ocurrido en es Estado de Virginia donde asisto a doctores con pacientes que no hablan Inglés.  No nombraré los hospitales ni el nombre de los pacientes porque esto constituye información confidencial.

Un paciente sufriendo de dolores al hígado llegó al hospital una temprana mañana quejándose de grandes dolores y caminando encorvado por el dolor.  En el departamento de emergencia lo atendieron rápidamente y lo inyectaron con una poción intravenosa para aliviarle el dolor mientras que uno de los doctores de turno llegaba a asistir.  Unos cortos minutos más tarde, el médico después de hacerle varias preguntas a través mío al paciente, ordenó que se le sacara una radiografía.

Cuando las radiografías llegaron de vuelta al poco rato, el médico comentó que no veía nada anormal en el hígado, entonces llamó a otro doctor dentro del establecimiento para consultar.  El segundo doctor después de rascarse la cabeza constantemente mientras estudiaba las radiografías, aceptó que tampoco veía nada anormal.  Entonces, el primer doctor dijo: "Es tiempo de llamar al robot".  El doctor se dirigió a mí y me invitó a venir a su oficina así podría escuchar, y luego transmitir los resultados al paciente.

Lo que observé en la oficina del doctor fué algo nuevo para mí.  El doctor hizo un "scan" de las radiografías y las "subió" a una máquina que descansaba en uno de los mesones de su oficina, la que supuestamente, se las enviaría al robot.  Curioso le pregunté qué estaba pasando, y él me respondió que las radiografías iban a ser "digitalizadas" por un computador al que en el hospital llaman cariñosamente: "Cloud Doctor" (Doctor en la Nube), y que el Cloud Doctor las revisaría y enviaría un diagnostico de vuelta.

A los pocos minutos llegó la respuesta del Cloud Doctor con el siguiente diagnóstico: Adenocarcinoma.  La Adenocarcinoma es un cáncer común que comienza en los pulmones y se desplaza hacia el hígado y es muy difícil de detectar por su errático comportamiento.  Seguidamente, el robot prescribió un tratamiento para esta condición.  Después de recibir y examinar los resultados, el doctor me miró sonriente y me dijo: "Gracias a dios por Cloud Doctor".

Previamente a esto, el paciente había sido objeto de múltiples biopsias a los pulmones, hígado e intestinos, las cuales arrojaros resultados negativos de cáncer, por lo cual el paciente se vió obligado a continuar su tortura médica experimental hasta que algún doctor iluminado pudiese adivinar cuál era la condición que lo estaba matando.  Según el paciente, este martirio venía arrastrándose ya por más de tres años.  Y aquí, en un hospital en que los doctores usan un robot, el problema del paciente se dilucidó correcta y rápidamente en materia de unos pocos y bienvenidos minutos.  El Cloud Doctor también puede procesar rápida y eficientemente Rayos X de tomografía computarizada (CT por rayos X), o tomografía axial computarizada (TAC), electroencefalogramas, y un montón de otras pruebas de sangre y documentos clínicos y material facultativos surtido.

De la forma en que este robot trabaja es usando la misma mecánica que usa el FBI (Federal Bureau of Investigations) para comparar huellas digitales, sistema que al que se le denomina IAFIS (Integrated Automated Fingerprint Identification System).  IAFIS no sólo incluye las huellas dactilares, pero también circunscribe cualquier antecedente penale correspondiente; fotografías policiales; cicatrices y fotos de tatuajes; características físicas como la altura, el peso, el color del cabello y de los ojos; y los aliases.  Usando términos obsoletos ya, IAFIS es la mayor base de datos de huellas dactilares penal en el mundo, el que alberga las huellas dactilares y antecedentes penales por más de 70 millones de legajos y expedientes en el archivo maestro criminal, junto con más de 34 millones de impresiones digitales de civiles.  También incluye datos criminales y huellas dactilares de más de 73,000 terroristas conocidos y sospechosos procesados por los EE.UU. o por organismos internacionales. 

El Cloud Doctor y IAFIS trabajan 365.25 días al año, 24 horas al día.   El Doctor Mortis o Sherlock Holmes no pueden hacer esto ni en películas.  La eficiencia de estos robots se debe a la moderna tecnología en computación, y la casi infinita capacidad de estas máquinas de asimilar todo el conocimiento colectivo producido por la voluble e inconstante raza Humana.  Esto sin contar las velocidades lumínicas en las que funcionan.

Un Doctor Robot que puede examinar, reconocer, comparar e identificar correctamente más de 350.000.000 de radiografías en materia de minutos, será necesariamente más efectivo y acertado que cualquier doctor en el planeta.  Cada vez que veo un doctor y éste me refiere a un especialista, ya sé que este doctor no tiene idea de lo que está pasando conmigo.  Bajo estas circunstancias, la nueva e intencionada pregunta que la ciencia robótica ha planteado clara y ácidamente es: ¿Siguen siendo los médicos necesarios?  ¿Qué cosas, no?

Un caso más cercano a usted

Quizá usted esté familiarizados con un crudo precursor de los robots en medicina conocido como: WebMD.  WebMD es un sitio web público que ostenta y mantiene vigente información sobre salud y el cuidado de ésta, incluyendo una lista de síntomas, información farmacéutica precisa, información sobre medicamentos, "blogs" de médicos con temas específicos, y además le proporciona un repositorio para que usted acopie su información médica personal.  

No tengo estadísticas más actualizadas que las que le ofrezco, pero a fines del 2007, WebMD tuvo el mayor número de visitas en su sitio comparación con todos los otros sitios web de salud privados y gubernamentales combinados.  En febrero de 2011, la red de sitios de WebMD alcanzó un promedio de 86.4 millones de visitantes mensuales y hoy es el portal líder en salud en los Estados Unidos.  A partir de Febrero de 2014, WebMD ha registrado un promedio de 156 millones de visitantes por mes y 3.17 billones de visitas en sus páginas por trimestre.

Lastimosamente esto demuestra fehacientemente nuestra gran falta de confianza en el conocimiento y capacidad de nuestros galenos.  Con WebMD, ahora nosotros mismos obtenemos una segunda opinión sin someternos a las constantes torturas medievales de las que nos hacen objeto algunos de nuestros médicos brujos, curanderos de villa, o algún poderoso Machi del sur del planeta.

Otro caso aún más cercano a usted

Si usted posee un vehículo motorizado, usted experimenta esto cada vez que o lleva al taller mecánico.  Si no tiene una máquina mecanizada de poder independiente, por favor súbase al vagón del progreso en el área de transporte.  Créame, es una ventaja.

Usted ya sabe que nuestros automóviles modernos son controlados por computadoras de alta velocidad y rápida respuesta.  Son pequeños robotitos instalados en nuestra máquina de transporte personal, los que hacen posible que este armatoste de fierro, cables, goma y asientos; funcione y se mueva.  Estos robots enanos son algo así como los Territos y Fermitos de aquellos nuestros años de la sublime infancia.

El caso es que los mecánicos actuales son rendidos casi inservibles a causa de estos robotitos.  Ya no pueden poner el oído sobre el capot, escuchar el ruido del motor por aproximadamente 30 segundos, y después mirarnos con cara de inteligente para informarnos sobre qué es lo malo que nuestro motor tiene.  La verdad es que los mecánicos de hoy no tienen la mas peregrina idea de lo que pasa en las partes más complicadas de un motor, y menos, el poder diagnosticar sus fallas.  Necesitan un robot.

Cuando usted lleva su coche al hospital automovilístico, lo primero que hacen los mecánicos del establecimiento, es enchufar su cacharro en una computadora.  Digo cacharro porque si ya lo tiene que llevar a semejante lugar, es porque ya tiene problemas.  Entonces el mecánico mientras que el robot trabaja, se fuma un pucho, o come con la boca abierta una porción del sánguche de pernil que trajo de casa.

Los mecánicos de hoy siguen siendo simplemente mecánicos porque no pueden funcionar a nivel cibernético, entonces se han quedado estancados en el nivel mecánico básico del oficio: cambiar llantas y ruedas, cambios de aceite, filtros surtidos, repuestos múltiples, y mirar con cara de inteligente por debajo de su vehículo mientras lo tienen sostenido en el aire para desangrarle el Castrol®.  Ya no pueden competir con la tecnología que ha sido conquistada por los robots y esto es simplemente porque, por astuto que sea su mecánico, no puede asimilar la enorme cantidad de conocimiento que se requiere para competir con un robot, ni la velocidad de discernimiento para evaluar los resultados, los cuales tampoco puede medir.  Entonces, los verdaderos mecánicos modernos son otra vez, los robots. 

Para el curioso intelectual

La robótica es la rama de las Ingenierías Mecánica, Eléctrica y Ciencias de la Computación, la que se ocupa del diseño, construcción, operación y aplicación de robots, así como los sistemas informáticos para su control, retroalimentación sensorial y procesamiento de la información.

Un robot es un agente artificial mecánico o virtual, por lo general una máquina electro-mecánica guiada y tutelada por un programa de ordenador o circuitos electrónicos.  Los robots pueden ser autónomos o semi-autónomos; y variar entre humanoides como ASIMO (Advanced Step in Innovative Mobility), el aventajado robot de la Honda, pasando por robots industriales, robots operativos médicos, robots perros de terapia, el robot que le dá dinero cuando va al banco a usar su tarjetita, o aquellos robots que vuelan aviones, navegan barcos, o los que fabrican su automóvil; y que varían grandemente de tamaño como el "Blue Gene" que es un supercomputador de IBM y que es más grande que su supermercado local, hasta el nano computador que usted lleva en su tarjeta de crédito, que es más chico que el amor que usted siente por su suegra.

La respuesta prometida anteriormente

Lo más seguro es que a estas alturas, a usted ya se la había olvidado de que yo le iba a dar una respuesta a la corrosiva pregunta: ¿Cómo podemos competir o defendernos de esto? - del avance y control de que los robots nos están haciendo fácil víctimas - porque debe de saber que los robots ya están llegando a su lugar de trabajo, y van a competir por su oficio.  También recuerde que lo que le he ofrecido es una respuesta, y no una fórmula mágica.

La respuesta es simple.  Teniendo en cuenta que usted NO PODRÁ NUNCA JAMÁS competir con un robot: ¡Evítelos!

¿Cómo?  Comience a observar cuidadosamente el tipo de trabajo para los que los robots están siendo programados, y prescinda de hacer o especializarse en ese campo de trabajo.  En lugar de tratar de descubrir industrias nuevas, busque los nuevos tipos de trabajo.  Descubra donde están los lugares de trabajo que lo podrían emplear a usted, aunque usted sea peculiar, desviado, o perezoso, pero sin embargo, usted puede ser muy creativo.  Conviértase en una persona ajena a cualquier proceso mecánico de trabajo.  

Con respecto a cualquier actividad pregúntese ¿cuál es el propósito de este trabajo en particular?  Acérquese a la realidad (la que nunca está muy lejos de usted) y reconozca que no hay ningún valor en su trabajo si se limita a producir un "valor agregado", o a ser sólo un reemplazable fragmento en una línea de producción.  En lugar de esto, dedíquese a racionalizar y definir un trabajo que devengue un valor de uso o impacto directo para el cliente que necesita su producto o servicio.

Comience la costumbre de pensar diferente e intente ser desafiante, de romper y violar las normas sociales, si nó, éstas lo violarán a usted.  Exija un trabajo que se concentre en atender y satisfacer con un valor intrínseco de uso las necesidades de los clientes.  Evite el convertirse en un esclavo de los robots.  Si usted consigue hacer estas cosas simples, usted tendrá más tiempo para vivir menos estresado y podrá divertirse más en el trabajo y en sus horas de descanso, y su retribución será algo que estará muy por encima de un salario conformista y de una vida mediocre. 

Sé que a usted le gustaría un ejemplo.  Le voy a dar uno, pero no lo que yo estoy haciendo ahora para evitar ser una víctima de los robots, porque entonces usted me quitará mi trabajo, así que le daré otro ejemplo: sea como la vaca.  La vaca presta un servicio directo al público el que no puede ser reemplazado por ningún robot.  ¿Qué cosas, no?

La verdad es que necesitamos comenzar a usar nuestros cerebros en una forma más efectiva que nuestros cuerpos, porque un robot puede emular cualquier cosa que hacemos mecánicamente, no sólo de mejor manera, pero más efectivamente, más rápido y sin errores.  Lo que los robots nunca podrán hacer mejor que nosotros es ser originales, pensar (no deducir), ser creativos, y determinar sus comportamientos sin nuestra ayuda.

Y con este pensamiento lo dejo, porque el robot que hace café en mi casa me está llamando.

Post scriptum et quorumdam suggestionibus pro futurum: Si hay algún tema sobre el cual usted quisiera leer mis traumáticas y ligeramente psicopatísticas opiniones, por favor sugiéralo a: rguajardo@rguajardo.us.

Caveat: Mis opiniones personales pueden resultarle ácidas, demasiado honestas, corrosivas, irreverentes, insultantes, altamente irónicas, acerbas, licenciosas, mordaces y de una causticidad filosófica sin límites conocidos por el ser humano, y quizá no le apetezcan o acomoden intelectualmente; pero es lo que habrá disponible basado en su pedido.  Gracias. 



El Loco