El Calendario

Limitación de Garantías

No quiero insultar a nadie, pero como ustedes ya me conocen muy bien, de cualquier forma me las arreglo para insultar a todo el mundo de una forma u otra; y este escrito no es ninguna excepción.   Ahora, mis insultos no son intencionales, deliberados o premeditados; simplemente son calculados con una ambigüedad dilógica con estrictos fines de asepsia para así evitar un posible auto-menticidio.

El Calendario

Usted ya conoce el "calendario".  ¿Está seguro?  Yo no lo estaría tanto...  La pregunta es: ¿Qué calendario está usted mirando?  Todo el mundo mira al calendario si nó una vez, muchas veces al día, por supuesto a no ser de que usted esté muerto.  El calendario es el mejor invento de orden cronológico general y de esclavitud cíclica que usamos con la excusa de saber en qué momento del tiempo nos encontramos viviendo.

Lo cómico de todo esto, es que según el calendario que observemos, tendemos a creer que aquel tiempo que el susodicho calendario marca, es la época en que realmente existimos.  Bueno, tengo algunas malas noticias para usted: el "tiempo" o la "época" en que vivimos es simplemente una etérea forma del lapso universal y cósmico-espacio-temporal en que ésta canica de agua, tierra y humanos surtidos en la que anidamos, ni siquiera tiene una fecha determinada de comienzo, o fin.

Para ubicarlo un poco en las inmensidades del desconocimiento humano (y digo y hago esto con sumo respeto), el denotado concepto de espacio-temporal, o espacio-tiempo; es un modelo matemático de propiedades geométricas y secuenciales que combina el espacio y el tiempo en un único e indiviso continuum, como dos nociones conceptuales inseparablemente atañidas.  Según la defectuosa Teoría de la Relatividad de Albertito y de acuerdo con otras teorías físicas menores, dentro de este continuum de perpetuidad espacio-temporal se desarrollan todos los eventos físicos, cíclicos e irregulares del Universo.

Antecedentes

Según la laxista estipulación de la Teoría de la Relatividad, el tiempo no puede existir en forma autónoma de las tres dimensiones espaciales porque que al igual que ellas, el tiempo depende del estado de movimiento del observador.  En ciencias físicas, un "observador" es cualquier ente capaz de efectuar cotejos de magnitudes físicas.  De la forma en que trabaja, es que dos observadores miden tiempos asinartéticos del intervalo entre dos sucesos. 

La diferencia entre las duraciones medidas entonces, depende de la velocidad relativa entre los observadores.  Si agregamos un campo gravitatorio, la diferencia de intensidades de dicho campo gravitatorio también se convertirá en una dependencia para cada uno de los dos observadores.  Por eso es que consideramos el tiempo como una dimensión geométrica más.  ¿Le quedó claro?

De vuelta al Calendario

Antes de perderme en un debate analítico sobre las adalpelágicas profundidades de las tetradimensionales teorías relativistas, voy a aterrizar my psiquis en un lugar más pequeño, y voy a concentrarme en la efeméride del calendario.  Aquí revisaremos quién, cuándo y por qué se inventó este ordenado almanaque. 

El curso del Sol y la Luna son las formas más axiomáticas de medir la hora normal, y el año y la lunación se usaban más comúnmente como unidades de tiempo en las sociedades pre-modernas a nivel mundial.  Sin embargo, el calendario Romano contiene imbuídos restos muy antiguos de un año solar pre-Etrusco de 10 meses de duración.  Los primeros calendarios cincelados sobre superficies sólidas datan de la Edad del Bronce, escritos en un lenguaje que dependió del desarrollo de la escritura de los calendarios en el Antiguo Oriente, y de los calendarios Egipcios y Sumerios.

Un mayor número de sistemas de calendarios Orientales se hacen disponibles durante la Edad del Hierro, basados en el calendario Babilónico.  Estos incluyen el calendario del Imperio Persa el que a su vez dió origen al calendario de Zoroastro y al calendario Hebreo.

Y el enredo del calendario sigue.   Un gran número de calendarios Helénicos se propagaron y difundieron en la Grecia Clásica durante el período Helenístico, los que influyeron el diseño de calendarios fuera de la esfera del predominio Griego, dando lugar al origen de los diferentes calendarios Hindúes, así como el antiguo calendario Romano.

Los calendarios creados en la antigüedad eran "lunisolares", es decir; un calendario cuyas fechas indican tanto la fase de la luna, como el tiempo del año solar; y esto dependía de la introducción de los meses intercaladamente para alinear el año solar con los años lunares. Esto se basó principalmente en observaciones, pero puede haber habido intentos tempranos de modelar el patrón de intercalación en una forma algorítmica, como se evidencia en el siglo II en el fragmentado calendario Coligny construído en la Galia romana, y que representa la evidencia más importante para la reconstrucción del Calendario Celta.

El Emperador Julio César reformó el calendario Romano en el año 45 AEC al que se le conoce como Calendario Juliano.  El calendario Juliano ya no dependía de la observación de la luna nueva; este calendario se limitó a seguir el algoritmo de introducir un día bisiesto cada cuatro años.  Esto creó una disociación de los meses naturales con respecto a la lunación.

El calendario islámico se basa en la prohibición de intercalación por Muhammad en la tradición islámica, que data de un sermón celebrado en la fecha Juliana del 6 Marzo del año 632 AEC (9 Dhu al-Hiyya AH 10 en el calendario islámico).  Esto generó un calendario lunar basado sólo en el desplazamiento observacional relacionado con las estaciones del año solar.  Por eso es que la celebración de Ramadán se mueve 15 días hacia adelante cada año, y por ende; Ramadán nunca se celebra en la misma fecha calendaria nuestra.  ¿Qué cosas, no?

Como usted puede ver, los historiadores no tienen la más pelafustán idea de quién o cuándo la humanidad inventó su primer calendario.  Se especula que probablemente fué un neolítico troglodita primitivo (conocidos hoy como: "políticos") cuando por primera vez le talló una muesca a un palo o a un hueso para marcar el paso de cada luna llena.  Esto se desprende de que huesos con marcas utilizados para registrar las fases de la luna se han encontrado en África y Europa; y la antigüedad de estos hallazgos se remontan a alrededor de 20.500 años antes de La Era Común.

El origen etimológico de la palabra calendario, del Latín Clásico Kalendae (en Latín Vulgar es Calendas), se deriva del primer día de cada mes en el antiguo calendario Romano el que se basó en el Calendario Lunar Griego, y que los Romanos atribuyeron a Romulus, el mítico fundador de Roma; pero no hay mención en la historia de la persona que actualmente lo inventó.  El Calendario de Romulus tenía diez meses donde el primer mes del calendario comenzaba con el equinoccio de Primavera.  Un equinoccio es un evento astronómico en el que el plano del ecuador de la Tierra pasa a través del centro del Sol.  Esto ocurre dos veces al año.

Los meses del calendario de Romulus se denominaban de la siguiente forma: Martius (31 days), Aprilis (30 days), Maius (31 days), Iunius (30 days), Quintilis (31 days), Sextilis (30 days), September (30 days), October (31 days), November (30 days), y December (30 days).  Si usted lo nota, los meses del 5 al 10 tienen nombres de números: Quintilis–quinto; Sextilis-sexto, September-séptimo, October-octavo, November-noveno, December-décimo.

No todos los nombres de los meses son Romanos.  ¿Está usted sorprendido?  Pues no lo esté porque las sorpresas reales vienen más adelante.  Recuerde que después y aparte de la forma en que la placenta mental de los irreflexivos meollos cerebrales políticos funciona, los cielos es la parte más misteriosa de nuestra experiencia diaria con respecto a la forma en que medimos nuestro tiempo.

Entonces, ¿cuántos calendarios hay?

Veamos.  Tenemos varios tipos de calendarios.  Un sistema de calendario completo tiene una fecha diferente para cada día de la semana, así que el ciclo semanal no es por sí mismo un sistema natural completo; tampoco es un sistema para denominar los días dentro de un año sin tener un sistema para identificar los años.

El sistema de calendario más sencillo, simplemente calcula los períodos de tiempo a partir de una fecha de referencia.  Esto se aplica para el día o la hora en el día Juliano o Tiempo Unix, o sea un instante en el tiempo elegido al azar como el origen de una época en particular.  En la práctica, la única variación posible es el utilizar otra fecha de referencia, particularmente, un instante menos lejano en el pasado para conseguir que los números sean más pequeños.  Con esto, los cálculos de estos sistemas de calendario son sólo una cuestión de suma y resta.  Hay otros calendarios que tienen una o varias unidades de tiempo más largas.

Calendario Solar

Los calendarios solares le asignan una fecha a cada día solar.  Un día solar puede consistir en el período entre la salida y la puesta del sol, con el período de seguimiento de la noche.  También se puede calcular como un período entre eventos sucesivos tales como dos puestas de sol.  La longitud del intervalo entre dos eventos sucesivos permite variar ligeramente su duración durante el año, o puede promediarse como un día solar medio. Otros tipos de calendario también pueden usar el concepto de día solar.

Calendario Lunar

No todos los calendarios utilizan el año solar como unidad.  Un calendario lunar entonces es un calendario el que tiene los días medidos dentro de cada ciclo de fases lunares.  Debido a que la duración del mes lunar no es una fracción equivalente a la duración del año tropical, un calendario puramente lunar se desplaza rápidamente en contra de las estaciones, las que no varían mucho alrededor del Ecuador. Sin embargo, lo hace permanecer constante con respecto a otros fenómenos, en particular a las mareas.  Un ejemplo es el calendario islámico.  

Alexander Marshack, un académico independiente americano y arqueólogo Paleolítico, en una lectura polémica estipuló que cree que las marcas en un bastón de hueso (circa 25.000 AEC) representan un calendario lunar.  Otros huesos marcados en forma análoga también podrían representar calendarios lunares.  Del mismo modo, Michael Rappenglueck, un investigador alemán de la Universidad de Münich, cree que las marcas en una pintura rupestre de 15.000 años de antigüedad, representan un calendario lunar.

Calendario Lunisolar

Un calendario "lunisolar" es un calendario lunar que se compensa mediante la añadidura de un mes adicional, y según sea necesario para realinear los meses con las estaciones.  Un ejemplo es el calendario hebreo, que utiliza un ciclo de 19 años.  ¿Qué cosas, no?

Calendario Astronómico

El calendario hebreo de Qahal es un calendario astronómico y está basado en una estructura de organización teocrática en la sociedad israelita antigua que comienza el calendario en al año 5.591 AEC.

Un calendario astronómico se basa en observación constante.  Ejemplos de esto son el calendario religioso islámico y el arcaico calendario judío religioso durante el tiempo del segundo templo.  A este calendario también se le refiere como un calendario basado en la observación.  La ventaja de un calendario de este tipo es que es perfecta y perpetuamente preciso.  La gran desventaja es que la determinación de cuándo ocurriría una fecha en particular en el futuro, es muy difícil de conseguir.

Calendario Aritmético

Un calendario del tipo aritmético es aquel calendario que se basa en un conjunto de reglas matemáticamente exactas.  Un ejemplo es el calendario judío actual.  A este calendario también se le refiere como un calendario basado en reglas.  La ventaja de un calendario aritmético es la facilidad de cálculo para producir fechas determinadas.  La desventaja es la inexactitud, a pesar de ser "matemático".  Aunque el calendario sea muy preciso, su precisión sufre lentamente una merma con el paso del tiempo debido a cambios en la rotación de la Tierra.  Esto limita la vida exacta útil de un calendario aritmético a unos pocos miles de años, entonces después de esto, las reglas tendrían que ser modificadas a partir de observaciones realizadas desde la invención del calendario.

Calendarios Completo e Incompleto

Los calendarios pueden ser de un formato completo, lo que ofrece una manera más clara de computar el año; o pueden ser de conformación incompleta.  Los calendarios completos facilitan la manera de nombrar cada día en forma consecutiva, mientras que los calendarios incompletos no proveen esta ventaja.

Como un ejemplo de calendario incompleto está el calendario Romano original.  Como paradigma, este temprano calendario Romano no tenía la estructura de designación de los días en cada uno de sus meses de Invierno, sino que agrupaban estos días dentro de estos meses simplemente como "Invierno".  El calendario Gregoriano es un ejemplo de un calendario completo. 

El Calendario Gregoriano

El calendario Gregoriano, al que se le conoce también como calendario Occidental, o el calendario Cristiano, es internacionalmente el calendario civil más ampliamente utilizado. Este calendario fué bautizado "Gregoriano" después de que el Papa Gregorio XIII lo estableció en el mes de Octubre del año 1582, por lo tanto el egregio Español que nació en Felanitx, Mallorca, España; Don Cristóbal Colón, usó este calendario cronológico de navegación, et ideo ex parte est (por lo tanto y basado en lo expuesto), la fecha del descubrimiento de América, es completamente arbitraria.

El Papa cristiano Gregorius XIII nació como Ugo Boncompagni, y fué el Papa oficial de la Iglesia católica desde el 13 de Mayo de 1572, hasta su defunción en 1585.  Como usted puede ver, los "aliases" para esconder la verdadera identidad ya se usaban ampliamente en la iglesia católica desde tiempos A.  El hecho que Gregorius tomó el alias número XIII, pone al descubierto a los otros 12 papas anteriores que se escondieron bajo el mismo alias.  Poco original, ¿no cree usted?

El calendario Gregoriano fué una mejora del calendario Juliano.  El cambio se limita a una corrección 0,002% en la duración del año, lo que se traduce en aproximadamente 17.52 horas de diferencia durante el año, y con un impacto cronológico diario de una fracción de 0,048 por día; lo que se traduce aproximadamente en unos 2.88 segundos por cada día.  Esto caprichosamente acortó la duración cronológica del año.

La motivación para implementar esta reforma fué completamente despótica y egoísta, y no se adhiere a ninguna razón científica, lógica, o moral.  La moral en ese tiempo y como hoy, estaba a la venta y era una ganga.  Este cambio se realizó basado en el puro egolatrismo y flautía religiosos con el solo interés egomaníaco de acomodar la fecha de la celebración de la Pascua a la época del año en la que se celebraba cuando fué inventada por la Iglesia primitiva.  Debido a que la celebración de la Pascua estaba constreñida al Equinoccio de Primavera, la iglesia católica consideraba indeseable de que el año, por ser demasiado largo; causaba la constante deriva de la fecha de Pascua.  Otras religiones consideran esto como "matonaje cristiano".  ¿Qué cosas, no?

Esta reforma facista-narcisista fué forzada inicialmente entre los países católicos de Europa.  Los países Protestantes y los países orientales Ortodoxos continuaron usando el calendario Juliano tradicional, pero fueron forzados a aceptar la reforma Gregoriana después de un tiempo, y por meras razones de conveniencia en el comercio internacional.  El último país europeo forzado a aprobar la reforma fué Grecia, en el año 1923; el mismo año en que el Ingeniero Civil Juan de la Cierva inventó el autogiro, un aparato volador de alas circulatorias con un rotor sin retroalimentación.  Como usted vé, la guerra de los calendarios se arrastraba ya hasta poco después de que finalizó la Primera Guerra Mundial.

Y esto se complica, señores.  La reforma Gregoriana contenía dos partes principales: una parte es la reforma del calendario Juliano que se utilizaba hasta ese momento; y la otra parte fué una reforma del ciclo lunar utilizado por la Iglesia en conjunto con el calendario Juliano, también con la criptodinámica intención de re-calcular la fecha de la Pascua.  La reforma no fué de ninguna manera original.  Esta metamorfosis calendarista fué una modificación de una propuesta anterior hecha por Luis Lilio.

No se sabe mucho de Luis Lilio, pero sabemos que vivió entre los años 1510 al 1576, y es también conocido como Luigi Lilio, Luigi Giglio, o Aloysius Lilius.  Este hombre fué un médico, filósofo, astrónomo y cronologista italiano; y el "autor principal" de la propuesta que luego de algunas modificaciones menores, instauró las bases definitivas para el calendario Gregoriano, el cual fué plagiado y adoptado originalmente en el año de 1582.

La propuesta de Lilio incluía la reducción del número de años bisiestos en un lapso de cuatro siglos, de 100 a 97, para hacer 3 de cada 4 años bisiestos, años centuriales comunes.  Lilio también produjo un esquema original y práctico para el ajuste de los "epacts" lunares (la edad de la Luna calculada al 1° de Enero), un ajuste en el cálculo de la fecha de la Pascua anual.  Esto resolvió un gran obstáculo que impidió por largo tiempo la reforma del calendario Gregoriano.

La reforma gregoriana modificó el esquema del calendario Juliano de los años bisiestos de la siguiente manera:

Cada año que es exactamente divisible por cuatro es un año bisiesto, a excepción de años que son exactamente divisibles por 100, pero estos años centuriales son bisiestos si son exactamente divisibles por 400.  Por ejemplo, los años 1700, 1800 y 1900 no son años bisiestos, pero el año 2000 lo es.  ¿Qué cosas, no?

El Calendario Maya

El calendario Maya es un sistema de tres calendarios y almanaques entrelazados, el que fué utilizado por varias culturas precolombinas en Mesoamérica, pero principalmente por la civilización Maya.

La civilización Maya se desarrolló en un área que abarca el sureste de México, la totalidad de Guatemala y Belice, y las porciones occidentales de Honduras y El Salvador.  Esta región se compone de las tierras bajas del norte que abarcan la península de Yucatán, y las tierras altas de la Sierra Madre que van desde el estado mexicano de Chiapas, cruzando el sur de Guatemala y llegando hasta El Salvador, y las tierras serenas bajas del litoral del Pacífico.

Según la tradición mitológica Maya como se documenta en narraciones coloniales de Yucatán, y que se han reconstruído a partir de inscripciones de los períodos Clásico y Postclásico; repetidamente se le atribuye a la deidad Itzamná el haber contribuído con el conocimiento inicial del sistema de calendario de los Mayas ancestrales, junto con la escritura, y otros aspectos fundamentales de la cultura Maya.

Tzolk'in, como se denota en la ortografía Maya moderna; es el nombre generalmente adoptado por los investigadores del Calendario Sagrado Redondo, también conocido como el calendario de 260 días.  La palabra tzolk'in es un neologismo acuñado en Maya Yucateco, que significa "la cuenta de los días".  El calendario Azteca, que es el calendario equivalente al Maya; se le conoce como "Tonalpohualli" en la lengua Náhuatl.

El calendario tzolk'in combina el nombre de veinte días con trece números para producir 260 días únicos.  Estas fechas se utilizaban para determinar la fecha de los eventos religiosos y ceremoniales, y para la "adivinación" de hechos futuros como por ejemplo; el fin del mundo.  Cada día sucesivo se enumera desde el 1 hasta el 13, y luego la cuenta comienza otra vez desde el 1.  Independientemente de estos cálculos, a todos los días se les asigna un nombre secuencial a partir de una lista de 20 nombres asociados con jeroglíficos.

Algunos locos pronosticaron que el fin del mundo estaba sujeto al término del calendario Maya.  Esta catástrofe mayúscula fué inicialmente anunciada para Mayo del 2003, pero no pasó nada.  Entonces cambiaron la fecha del fin del mundo para principios del mes de Diciembre del 2012; pero tampoco pasó nada.  No contentos con esto, los adivinos fracasados decidieron que el fin del mundo ocurriría en conjunto con el término de uno de los ciclos del antiguo calendario Maya, siendo éste el solsticio de Invierno del año 2012, entonces la fecha prevista para el fin del mundo se pronosticó para el 21 de Diciembre de 2012, donde tampoco pasó absolutamente nada.  ¿Qué cosas, no?

Después se acabó el calendario Maya ¡y tampoco pasó nada!  Seguro que el clérigo ayunado de juicio estuvo envuelto en esta estúpida maquinación llena de promesas políticas.  No se preocupe, el fin del mundo lo anunciarán varias veces más en el futuro para mantenerlo bien informado.  ¿Qué lindo, no?

El Calendario Mapuche

El poco conocido calendario Mapuche es un calendario Lunar.  Este poco conocido calendario establece un año de 364 días, los que están distribuídos equitativamente en 13 meses de 28 días cada uno.  En este calendario se pueden distinguir los dos solsticios anuales en Junio y Diciembre –cuando el sol alcanza sus puntos más alto y más bajo con respecto al Ecuador en la esfera celeste--, y los equinoccios, donde el plano terráqueo del Ecuador se alinea con el centro del sol, normalmente en Marzo y Septiembre.   Entrambos, los solsticios y los equinoccios están directamente ligados con las estaciones del año.

Las Estaciones meteorológicas para los Mapuches tienen distinta duración: El Invierno (Pukem) y el Otoño (Rimü) duran 4 meses cada una.  La Estación más corta es el Verano (Walüng) la que dura apenas dos meses, y la Primavera (Pewü) que dura tres meses.

El Calendario de Uso Actual

El uso práctico primordial de un calendario es identificar días, y esto es simplemente para poder mantenerse informado acerca de sucesos en el futuro, para evitar metacronismos en la estipulación de eventos, y para registrar un acaecimiento que ya ha sucedido.  La identificación de días específicos también es instrumental para las aéreas agrícolas, civiles, religiosas o sociales. 

Por ejemplo, un calendario ofrece una manera de determinar cuándo iniciar la siembra o efectuar la cosecha; qué días son fiestas religiosas o civiles; que días marcan el comienzo y el final de los períodos de contabilidad de las empresas; y qué días tienen significado legal, tales como los impuestos, o la expiración de un contrato. 

Los calendarios son sin duda un sistema de cronometraje completo el que puede incluír la fecha y hora del día, los que juntos, especifican un momento preciso en las regiones sin fronteras del enigmático "tiempo".  Entonces, a esta altura ¿sabe usted qué exactitud contiene el tipo de calendario que tiene colgado en una de sus murallas?

Los calendarios más comunes de uso actual son los calendarios Gregoriano, religioso, nacionales, y fiscales.  Ya hablamos del Gregoriano.  El religioso mantiene las fechas importantes del año litúrgico y la observación de las fiestas religiosas; el nacional como el chino, el hebreo, el hindú y el Julián, son ampliamente utilizados para fines religiosos y/o sociales; el fiscal es un calendario público general que se usa para el ejercicio contable de un gobierno o de una empresa; y también está el vil y soez calendario político.

El Calendario Político

Ahora, los calendarios de los sucios y patibularios políticos (que ciertamente son amigos y compinches con los abogados deshonestos y los pedófilos y degenerados sacerdotes) son en realidad una colección ingente de "Agendas Personales", todas ellas disfrazadas y disimuladas como calendario en las que ellos acomodan, manejan y ordenan el tiempo y las fechas en que se dedican a despojar, robar, y raposear a la población.   

Lo típico que identifica a los calendarios políticos, es la falta de carácter moral, de honradez civil, y el exceso de deshonestidad intelectual.  Estos truhanes y bellacos "calendarios" están nutridísimos con delincuencia especulativa concienzuda, y por eso es que de aquí se deriva la acertadísima, popular y apropiadamente enraizada expresión: "Más ocupado que político robando".

¿Calendario?  ¿Cuál calendario?

El mayor problema con el calendario es que todos ellos, sin excepción alguna, comienzan en un momento y en un lugar escogido al albur en la infinita tela del complicado continuum-espacio-temporal; así que nadie sabe a ciencia cierta en qué fibra de esta tela que bordea el ruedo de lo supranatural nos encontramos.

¿Por qué digo esto?  Muy simple.  Aquí le ofrezco una sarta surtida y heterogénea de calendarios para los que he indicado el comienzo de su relación crono-espacio-lógica con respecto al año en que arbitrariamente vivimos hoy bajo el pancista calendario Gregoriano.

     Calendario:        Año recíproco:
Gregoriano
2016
Ab urbe condita
2769
Armenio
1465
Asirio
6766
Bahá'í
172–173
Bengali
1423
Berber
2966
British Año Regnal
Budista
2560
Burma
1378
Bizantino
7524–7525
Chino
4712 o 4652, (Mono de Fuego) 4713 o 4653
Cóptico
1732–1733
Discordiano
3182
Ethiopiano
2008–2009
Hebreo
5776–5777
Vikram Samvat
2072–2073
Shaka Samvat
1938–1939
Kali Yuga
5117–5118
Holoceno
12016
Igbo
1016–1017
Iraní
1394–1395
Islámico
1437–1438
Japones
Heisei 28
Juche
105
Julián
Gregoriano menos 13 días
Koreano
4349
Minguo
ROC 105
Thai solar
2559
1451606400–1483228799

Entonces, ¿en qué año estamos viviendo realmente?  Humm...  quién sabe...  Quizá lo más acertado es pensar de que vivimos en el pretérito pluscuamperfecto del indicativo; ¿o será que es el vigente pluscuamperfecto del subjuntivo, ya sea perfecto o imperfecto?  A veces pienso que podría ser el perfecto del indicativo, pero pareciese más como el presente imperfecto del futuro indicativo...   ¿O quizá un condicional o incondicional perfecto sin pluscuamperfección?

Es difícil de acertar porque hay tiempos simples y compuestos.  Por ejemplo, el indicativo tiene diez tiempos pasando por los condicionales compuesto y simple, el pretérito indefinido y hasta algo que se denomina: el futuro imperfecto.  ¿Qué diablos será eso?

Por otro lado, el subjuntivo tiene seis tiempos, contrario al imperativo que solo tiene uno; y después tenemos las formas impersonales como el infinitivo simple, el infinitivo compuesto, el gerundio simple y el gerundio compuesto; y todo esto para acabar en el participio...  ... y los calendarios que usamos hoy no indican ninguno de ellos.  ¿Qué cosas, no?

A veces nos preguntamos ¿por qué el tiempo (las estaciones) cambian tanto?, ¿por qué el Invierno dura tanto tiempo y la Primavera se atrasa?, ¿por qué el Verano es tan frío al principio y es tan caliente al final?, ¿y por qué el Otoño no corresponde a las fechas de su agenda? ...  Lo que quizá debiéramos preguntarnos es que si estamos usando el calendario apropiado y/o correcto.  Como hemos discutido anteriormente, el calendario es un sistema de medición de tiempo completa y absolutamente arbitrario y decididamente despótica.

El "tiempo" no comienza con el calendario, sino que con el origen del Universo el que sigue su camino impávido sin cambiar su rutina y sin detenerse.  Casi todos los movimientos celestiales son perpetuos y no se ajustan con respecto al calendario.  El calendario es el que se ajusta al paso del tiempo; y dentro del nutrido número de calendarios que poseemos y usamos, no hay ninguno exacto ni perpetuo.

Quizá nuestros lamentables calendarios están desfasados con respecto a los movimientos celestiales del Universo -los que casi no cambian- y nuestras "fechas" para las Estaciones necesitan ajustarse una vez más, aunque la Pascua cristiana ocurra en Enero.  Con un retraso de 2.88 segundos por día, en tiempo de pérdida acumulado en el calendario cristiano se monta a la cantidad 11,321,865,000.00 segundos desde el año Cero (0) hasta el final de este ciclo anual (2016). 

Esto arroja aproximadamente 24.528 días, lo que significa que nuestro calendario está atrasado alrededor de un mes con respecto al movimiento natural de los cuerpos celestes del Universo.  Entonces el "Verano" debería ocurrir casi un mes después de lo que tenemos calculado, lo que trae a la palestra la pregunta: ¿Es realmente "calentamiento global", o es simplemente "verano atrasado"?  Usted decida, pero antes de decidir, échele una miradita al compendio de hojas llenas de huérfanos números que cuelga de su muralla.  Y todo esto es sin contabilizar los segundos perdidos desde el infinito-1 hasta el año Cero donde comienza nuestra Era Común.  ¿Qué cosas, no?

En cualquier caso, todos ellos y sin ninguna excepción; los calendarios comienzan en una fecha al azar y albúricamente eventual, así que la exactitud corresponde solo a los calendarios mismos, y nó a los hechos, movimientos cósmicos, galácticos, astrales, siderales, planetarios, o astronómicos; y ni a los meneos y ondulaciones celestes del gran Universo en el que estamos estancados.  Ningún calendario, por más exacto que éste sea; tiene marcada la fecha de mi muerte.

Lo único que sé y que me importa hoy, es que mañana va a estar soleado, soleado como aquellos escasos días radiantes que tuvo el inmortal e imperecedero poeta del sempiterno hálito humano, Don Federico del Sagrado Corazón de Jesús García Lorca.

Del calendario colgado en una de las murallas de la cocina de mi casa, una hoja con un montón de días estampados en ella, se acaba de caer al suelo...

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Post scriptum et quorumdam suggestionibus pro futurum: Si hay algún tema sobre el cual usted quisiera leer mis traumáticas y ligeramente psicopatísticas opiniones, por favor sugiéralo a: rguajardo@rguajardo.us.

Caveat: Mis opiniones personales pueden resultarle ácidas, demasiado honestas, corrosivas, irreverentes, insultantes, altamente irónicas, acerbas, licenciosas, mordaces y de una causticidad filosófica sin límites conocidos por el ser humano, y quizá no le apetezcan o acomoden intelectualmente; pero es lo que habrá disponible basado en su pedido.  Gracias. 





El Loco