Nadie nunca piensa seriamente en un sobre,
ese insospechado envoltorio de papel que suele llevar documentos (y quizá otros
objetos) dentro de él, y que es transportado a través de cortas y largas
distancias (llueva o truene) por todo el
planeta. No pensamos en él hasta que
necesitamos uno de ellos y entonces decidimos qué tipo y tamaño de sobre
queremos, pero aún sin nunca pensar en la larga historia de este práctico y
anciano inventito.
La necesidad y la urgencia de comunicarnos
son innatas a nuestra tan mal construída naturaleza humana, y por eso es que yo
escribo, y usted lee. Una de las convenciones
de materializar estos inaguantables y demandantes impulsos de querer comunicarnos
y mantenernos en contacto, se hace palpable en la redacción de cartas.
Después de la invención del papel y por siglos,
las cartas eran dobladas y selladas con plomo, cera, lacre u otro apropiado
sellador para efectuar la plica* de la carta y no se necesitaban sobres,
entonces los servicios postales cobraban por cada hoja de la carta para lo cual
debía violar el sello de éstas, contar las hojas para determinar una tarifa de
envío, y luego re-sellar las cartas. En
la década del año 1840 -y debido a muchos reclamos de los usuarios del sistema
de correos sobre privacidad- se efectuó una reforma postal que se implementó
desde Inglaterra a los Estados Unidos. Esta
reforma postal contenía tarifas e importes más bajos de franqueo, lo que contribuyó
a que más clientes, especialmente estadounidenses; usasen el servicio de correos
en una forma más frecuente.
Las tarifas de envío ya no se basaron más en
el número de hojas contenidas en la carta, sino que en el peso de ésta y la
distancia que recorrería. En el año 1851,
el mismo año en que el General mexicano José Mariano Martín Buenaventura Ignacio Nepomuceno
García de Arista Nuez reemplazó como
Presidente a José Joaquín Antonio de
Herrera (las malas lenguas dicen que porque tenía un nombre muy corto),
el costo de una carta que pesase 28 gramos era de solo 3₵ (centavos) para los
norteamericanos para enviar sus despachos a cualquier punto del país.
Historia
Hace ya más de 4.000 años y con mucha
antelación a la invención de los sobres hechos de papel que usamos hoy, los
babilonios diseñaron un envoltorio de arcilla para transportar y proteger importante
correspondencia. Estos ancestrales y primigenios “sobres” estaban
manufacturados con arcilla porque el papel aún no se había inventado y durante
el tiempo (4000 AEC) en se cree que la domesticación del
Equus Caballus
(caballo) comenzó en las estepas eurasiáticas cerca de Dereivka, Ucrania
central.
La forma en que fabricaban estos sobres era
relativamente simple. Tomaban arcilla
húmeda y la doblaban alrededor del mensaje el que estaba escrito originalmente
en otra tableta de arcilla ya endurecida, entonces los bordes de la arcilla
húmeda se presionaban alrededor del mensaje a enviar hasta envolverlo
completamente, acoplando y sellando los extremos de la arcilla blanda. Luego este sobre se cocía en un horno para que
se endureciera y asegurándose así que la pastilla contenida dentro, estuviese
salvaguardada.
Para obtener el mensaje contenido en la
tableta que encerraba el sobre y poder leerlo, había que destruír muy
cuidadosamente el envoltorio exterior de arcilla endurecida (el sobre) para no
destruír la tableta que éste llevaba en sus entrañas. Este práctico inventito fué el predecesor del
sobre moderno.
Como pueden ver, los sobres tienen una
luenga y útil historia. Quizá la palabra
“luenga” es apropiada aquí ya que tiempo después se usó la “lengua” para
sellarlos. Éste no es más que un abecedarianismo
anastrófico fonético de letras y palabras en caso de que a usted se le “lengüe la traba”.
Por allá por el año 3.500 Antes de la Era
Común (AEC) fué el período en que comenzó a usarse el Calendario de la Cuenta Larga Mesoamericana (Calendario Maya) por varias
civilizaciones mesoamericanas precolombinas; período en que los chinos también
usaban unos “sobres” esféricos hechos de arcilla para intercambiar mensajes secretos.
Estos sobres sellados de arcilla se
usaban para mantener la “carta” fuera del alcance de individuos fisgones, y además
para evitar cualquier falseamiento o alteración del documento original el que
podía haber estado escrito sobre una tableta, seda u otro material como cuero,
por ejemplo. En aquella época en China la
población en general no sabía leer ni escribir, por lo que los sobres de
arcilla no eran empleados muy a menudo por la caterva habitual.
Prontamente la agudeza China se hizo
patente en el desarrollo de los sobres.
Los chinos entonces desarrollaron el primer sobre de papel cuando éstos
inventaron este tipo de usable pergamino alrededor del siglo II Antes de la Era
Común (AEC) lo que correspondería aproximadamente a la época de las dinastías Qín
(9th century BEC – 221 BEC) y Zhàn Guó (403 AEC–222 EC), los que
son dos de los siete “Estados en Guerra” (Warring States). Durante este período, en el mundo occidental,
se desarrollaba la Primera Guerra Púnica en la que con la Batalla de las Islas
Aegates, los Romanos hundieron la flota Cartaginesa, poniendo así fin a la
Primera Guerra Púnica (241 AEC).
Papel
A este nuevo y útil invento le asignamos la
palabra “papel” como nombre, palabra que es etimológicamente derivada del Papiro, nombre
que a su vez se deriva del Griego “πάπυρος” (papuros), naciente del nombre de la
planta de Cyperus Papyrus la que se usaba para confeccionar un material análogo
al papel pero bastante más grueso que éste, producto que era utilizado en la
antigüedad para escribir. Entonces papel
se deriva etimológicamente así: Pa-pi-ro = Pa-pel. ¿Qué cosas, no?
Este nuevo “papel” también hizo su poco
dignificante pero gran debut en los excusados y retretes del Imperio Chino con
un absolutamente práctico y conveniente uso higiénico. El
resto de la humanidad usaba palos, rocas, y hojas de alguna vegetación poco
suertuda que se encontraba en el lugar equivocado en el momento equivocado.
De Vuelta al Sobre
Entonces y antes del año 1845 de la Era
Común, los únicos sobres de papel que estaban disponibles en el mercado para uso casero o comercial, estaban hechos a
mano -el mismo año (1845) en que el Estado de Florida fué admitido como tal convirtiéndose
en el 27º Estado de la Unión en los Estados Unidos de Norteamérica- los
británicos Edwin Hill y Warren De La Rue patentaron el primer dispositivo
mecánico para la fabricación masiva de sobres de papel.
Edwin Hill fué un funcionario del Servicio
de Correos de la Reina Victoria quien además de inventar la máquina de sobres, abogó
por cambios legales y políticos en Inglaterra durante la Era Victoriana.
Warren de la Rue fué un pionero de la
fotografía cósmica, y desarrolló un método a través del cual la mayoría de las
observaciones astronómicas modernas se continúan haciendo con el uso de este
método.
Alrededor de 50 años después del invento de
la máquina de sobres, se inventó una máquina que le agregaba goma a la tapa de
los sobres, entonces los sobres venían pre-engomados y solo había que pasarles
la lengua o mojarlos de algún otro modo para sellarlos. Anteriormente a este adelanto, para cerrar
los sobres se usaba cola, cera, o algún pegamento aplicado manualmente para
sellar el sobre.
En nuestros tiempos, los sobres abarcan una
colosal variedad tamaños, colores, materiales y personalización. A pesar de esto, el sobre aún no estaba
quieto, y en Junio 10 del año 1902 –año en que la Compañía Francesa del Canal
de Panamá se ofrece a vender su derecho a construír un canal para los Estados
Unidos por 40 millones, lo que cambió la preferencia de construír este canal de
paso en Nicaragua- el inventor norteamericano nacido en Kentucky, Americus
Franklin Callahan mientras vivía en Chicago, Illinois, obtuvo una patente para
el primer sobre con ventanilla. La
industria de cobros rápidamente adoptó estos sobres para enviarnos las odiadas
cuentas, y lo que vemos a través de esta ventanilla nunca nos gusta.
Nota del Autor:
Hay una anécdota
que dice que antes de la invención del sobre, un necesitado Emperador Chino
desconocido, le afeitaba una pierna a un esclavo, luego escribía su mensaje en
ella, esperaba que el cabello le volviese a crecer para así encubrir el
mensaje, y entonces enviaba al esclavo a su destino. Una vez que el esclavo arribaba a su destinación,
le volvían a rasurar la pierna para poder leer el mensaje. Algunas de las contrariedades de este mañoso
sistema radicaban en que el mensajero no debía de bañarse para no arruinar el
mensaje, por lo que estos mensajes generalmente eran bastante hediondos, el
esclavo debía de ser lo suficientemente peludo, y el mensaje de ninguna manera podía
ser urgente.
Otro Elemento Postal – La Goma
La palabra “goma” se refiere a pegamento, y
su nombre proviene del Ficus (Higo) elástico, Gomero, o árbol del Caucho, una
especie perennifolia del género de los higos que es nativo del Este de la India
y del Oeste de Indonesia. Cuando a este
árbol se le hace una incisión en la corteza, produce abundantes cantidades de
látex (derivado de Ficus Elasticus)
el que es un material viscoso y adhesivo.
Cuando usted le pasa su lengua traposa a la
tapa de un sobre para sellarlo, ¿se ha preguntado alguna vez de qué está hecha
la goma a la que le pasa su lengua tan despreocupadamente y que después se traga
el resto que le queda pegado en su lengüita?
Para su tranquilidad, la mayoría de los pegamentos que se utilizan hoy
para pre-engomar los sobres están hechos en base a goma Arábiga, la que es
perfectamente digerible aunque usted no hable el idioma.
La goma Arábiga (la que a veces es referida
como goma de Acacia) es un pegamento natural preparado de la savia cuajada de
varias especies de Acacia. La Acacia es
un género que abarca aproximadamente 160 especies de árboles y arbustos en la
familia de los guisantes (Fabaceae). Las
acacias son nativas de las regiones tropicales y subtropicales del mundo,
particularmente Australia y África.
Hoy en día, la goma Arábiga se cosecha primariamente
de dos especies, la Acacia Senegal, y la Acacia Vachellia. Normalmente, los productores recolectan esta “goma”
en forma comercial de árboles silvestres, y la mayoría de este producto -el 80%-
proviene de Sudán. También esta savia se
recolecta en el Sahel, que es la zona ecoclimática y biogeográfica de
transición en África entre el Sáhara del norte, y la Sabana sudanesa del sur; desde
Senegal hasta Somalia, aunque históricamente la goma Arábiga se cultivaba
mayormente en Arabia y Asia Occidental
por lo que de aquí proviene su nombre original.
¿Cuánta Goma Arábiga Consumimos?
Aunque usted no lo crea, lo más probable es
que usted consuma una alta cantidad de goma Arábiga todos los días en las
muchas cosas que come y lengüetea. La
goma Arábiga es un componente necesario y específico para una gran plétora de
alimentos, la que se comporta como estabilizador para alear (ligar o engomar)
alimentos para que éstos mantengan su firmeza en una pieza.
¿Dónde se encuentra la Goma Arábiga?
Postres y Confecciones
La mayoría de los dulces y calugas* duras
que comemos se fabrican con goma Arábiga, la que contribuye a prevenir que el
caramelo se pegue en los dientes, y hace que el dulce dure más tiempo en la
boca. A los helados con un contenido de
grasa bajo también se les agrega goma Arábiga.
El polvillo blanco que cubre la goma de mascar, es mármol pulverizado. ¿Qué cosas, no?
Soda y otras bebidas
La mayoría de las sodas o gaseosas que
bebimos contienen goma Arábiga. Este
ingrediente actúa como un aditivo que absorbe el agua, lo que resulta en una
bebida más espesa y quizá de mejor sabor cuando toca sus papilas gustativas. Este efecto que produce una textura más densa hace
que la soda se mantenga adherida a la lengua durante un corto lapso, lo que le
permite a usted degustar más la dulzura de la bebida. La goma Arábiga también es común como estabilizador
en la cerveza, la que se usa para evitar que la fermentación continúe una vez
que el proceso de preparación se haya
terminado.
Semillas Confitadas
Semillas como nueces, almendras, anarcados*, pistachos, pecanas* y otras nueces confitadas
con miel o azúcares, normalmente contienen goma Arábiga. La goma Arábiga ayuda a que la sal, el azúcar
u otras especias usadas en la confitura de estas semillas se adhieran a las
nueces antes del proceso de tostado de éstas.
Entonces al tostar las nueces, la evaporación de la humedad de la goma Arábiga
hace que las especias se aglutinen con la nuez.
Alimentos variados
Una gran cantidad de aderezos o adobos para
ensaladas con poca grasa contienen varios tipos de aglutinantes, incluyendo
goma Arábiga. Esto se usa para
substituír parte de la grasa y para impedir que el aceite y el agua se separen.
Los productos que emplean goma Arábiga
incluyen mostaza, productos de huevo, productos lácteos, cremas, queso y
postres manufacturados con leche tales como pudín o budín. También se le agrega goma Arábiga a productos
como, avena, cereales y pan.
Suegras Profesionales, Políticos Mentirosos, Abogados Indecentes, y Frailes Degenerados
Se cree con mucha base lógica y demostrada que
la mayoría de estos individuos están fundamentalmente hechos de goma Arábiga,
porque después de que uno entra en contacto con cualquiera de ellos
-accidentalmente o por necesidad; es casi imposible sacárselos de encima. Como solución para esto, hay que usar la
misma técnica efectiva que se usa para ignorar y protegerse de un ataque
verborreal de una suegra profesional: simplemente hay que hacerse el muerto.
Por lo tanto, no se preocupe de los
vestigios que le queden en la lengua después de lamer un sobre, o de las cosas que
ponga en su boca o en su lengua que contengan goma Arábiga, porque la
preocupación, cualquier preocupación; es siempre agotadora. A veces yo vivo preocupado de no preocuparme,
y eso me preocupa mucho porque la preocupación de no preocuparme me mantiene
preocupado en preocuparme de no preocuparme de las preocupaciones que me
preocupan, ¡y esto es una preocupación muy preocupante para estar preocupado de
preocuparse! Así que no se preocupe.
Ahora ya me cansé de escribir, así que me
voy a meter al “sobre” para tomarme una siestecita.
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Et sub Glossarium Glossarium – (Cum amore
legentibus)
Abecedarianismo – Orden rudimentario de letras o palabras creadas relevantes a un
orden alfabético predispuesto en una frase.
Anarcado – Cashew, también
conocido como Marañón.
Anastrófico – La inversión
de orden de letras y palabras como dispositivo retórico.
Caluga – Chilenismo para
Toffee.
Pecana – Nuez americana.
Plica – Sobre sellado,
lacrado.
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Post
scriptum et quorumdam suggestionibus pro futurum: Si
hay algún tema sobre el cual usted quisiera leer mis traumáticas y ligeramente
psicopatísticas opiniones, por favor sugiéralo a: rguajardo@rguajardo.us.
Caveat:
Mis opiniones personales pueden resultarle ácidas, demasiado honestas,
corrosivas, irreverentes, insultantes, altamente irónicas, acerbas,
licenciosas, mordaces y de una causticidad filosófica sin límites conocidos por
el ser humano, y quizá no le apetezcan o acomoden intelectualmente; pero es lo
que habrá disponible basado en su pedido.
Gracias.
El Loco