Ubi 'dies*
Escribo este
artículo durante el aislamiento forzado y en cuarentena, cortesía del nuevo
Coronavirus, del que hasta la fecha no tenemos la más peregrina idea de cómo se
originó. Las presunciones, hipótesis,
cábalas y teorías de conspiración abundan como los dedos que apuntan en una
diversidad de direcciones para encontrar un culpable. Por ahora tengo suficiente papel higiénico, el
que al parecer; es el artículo de más importancia y valor estratégico al que el
público norteamericano le ha dado el valor más alto. ¿Qué cosas, no?
Nota: Traté de convencer a mi querida suegra de que se metiera en una
jaula para gorilas que tengo en el patio de atrás por su propia seguridad, y
por el tiempo necesario hasta que pasase el peligro del Coronavirus, pero ella
se rehusó. Esto prueba que un yerno, a
pesar de que tenga las mejores intenciones del universo, no tiene credibilidad
con su suegra. ¡Lamentable!
Exemplum*
Mientras
buscaba unos documentos que llevaban archivados por alrededor de unos 50 años,
me encontré con unas fotografías que me sorprendieron porque ni me acordaba de
ellas. Al encontrarlas, las comencé a
mirar y me olvidé completamente de los documentos que estaba buscando porque
quedé completamente absorto, ensimismado y meditabundo con este fortuito, pero
agradable encuentro. Antiguas memorias
despertaron súbitamente a la luz de estas imágenes impresas en papel brillante,
las que me llevaron a aquellos lejanos parajes del recuerdo, los que solo
existen en una enraizada imaginación antigua y diplomática*.
Las
fotografías estaban en bastante buen estado a pesar de su edad, y por supuesto,
eran en blanco y negro. Me alegro de
tener estas innatas tendencias escrinarias* porque a
veces los recuerdos solo reviven en su plenitud con el tropismo* de un objeto
físico, en este caso; estas priscánicas* y surtidas efigies.
Villa Las Estrellas
Una de las
fotos es de la Villa Las Estrellas. La
Villa Las Estrellas es un remoto y aislado (remoto y aislado como lo estoy
ahora) asentamiento chileno ubicado en el continente Antártico. Esta pequeña y pintoresca villa es similar a
cualquier otro pueblo pequeño y lejano como el Cabo
San Pío, con su microsomatous* pabellón de ejercicio, una absurda y
parvipotente* cartuja religiosa, una escuelilla y un boliche de souvenirs entre
otros establecimientos liliputienses. Este
asentamiento es uno de un total de dos villas residenciales establecidas en la
Antártica (la otra es la Base Esperanza de Argentina). Por lo menos lo era así en aquel tiempo. La mayoría de la población de la zona consiste
en avanzadas de investigación anidadas por científicos y politécnicos. Toma alrededor de quince minutos recorrer la
villa. La belleza de este lugar es absoluta
e inversamente proporcional a su tamaño.
Otras oficinas
contenidas en este pobladito son la Oficina de Registro e Identificación del
Servicio Civil de Chile, la que ejecuta todas las responsabilidades inherentes
a este puesto.
Hay una
oficinita postal de Correos de Chile con un solo estafeta que la trabaja en
Verano. Durante el resto del año, es
maniobrada por el comando de la base aérea-naval-militar. Este buzón antártico recibe todo su correo desde
la austral ciudad de Punta
Arenas, y es el centro de distribución postal de toda la correspondencia
dirigida a cualquier instalación chilena en la Antártida.
Este pequeño y
remoto puesto también les proporciona servicios a algunas otras instalaciones
extranjeras. Hay también una miríada de
otros servicios disponibles para esta comunidad que no tiene nada que
envidiarle a tierra firme, como por ejemplo; el tráfico automovilístico. ¿Qué cosas, no?
Esta estación
de investigación (Villa Las Estrellas) está situada en la Isla Rey Jorge dentro
del reclamo antártico chileno, el territorio antártico chileno y también dentro
de los reclamos antárticos argentino y británico. El gobierno de Chile considera que se
encuentra en la Comuna Antártica de la Provincia Antártica Chilena, Magallanes
y la Región Antártica Chilena.
Establecida el
9 de Abril de 1984 (la misma semana en que las tropas chinas invaden Vietnam) en
la base aérea-naval-militar Presidente Eduardo Frei Montalva, es el
asentamiento civil de más tamaño en la Antártida. Su población durante el Verano es de
alrededor de unas 150 personas, y durante el Invierno, mantiene unos 80
inquilinos, eso es; cuando no hay nadie de vacaciones. La Villa Las Estrellas está incrustada en el
distrito de censo nominado: “Piloto Pardo”.
Periplus*
Hoy en día se
puede arribar a la Antártica usando una variedad de rutas diferentes. Hay solo dos maneras con las que estoy
familiarizado. Una es, primero
trasladarse a la meridional ciudad de Ushuaia en la República Argentina, y
luego iniciar una jornada de aproximadamente dos días (dependiendo de las
condiciones meteorológicas) en una embarcación marítima la cual cruza el Mar de
Drake, también conocido como Paso de Drake y Mar de Hoces, en dirección al Círculo Antártico; y desde allí; derecho hacia
la blanca y gélida Antártida.
La otra manera de arribar al blanco continente es vía la embarcación de
transporte naval “Piloto Pardo”.
Y aún otra forma de llegar allá es en avión, pero esto es para los
enclenques de carácter quienes sufren de somatastenia* y resistencia
moral. Estas otras formas de arribo me
importan un coco. Usted no puede llegar
allá en su vehículo aunque tenga 4-Wheel Drive y no me importa si su vehículo
tiene 4-Wheel Drive u 8-Wheel Drive, ni tampoco los trenes llegan a estos lares.
El “Piloto Pardo”
Forzosamente tengo que referirme a esta magnífica y valiente embarcación en
la que mi ausente padre navegó tantas veces rumbo al Polo Sur. Mi hermano Francisco Javier también marcó sus
decisivas, fundamentales y navales huellas en la cubierta de este barco y luego en las inhospitalarias pero hermosas
regiones Antárticas.
El “Piloto Pardo” fué construído a pedido del Gobierno Chileno para la
Armada de Chile por las hacendosas manos de los trabajadores de la maestranza Haarlemsche
Scheepsbouw Maatschappij ("Compañía Constructora de Barcos Haarlem ")
localizada en de Haarlem, en los Países Bajos.
La embarcación se bautizó el 11 de Junio de 1958, y se puso al servicio
de la Armada de Chile con fecha Martes, 7 de Abril de 1959, el mismo año en que
Fulgencio Batista, el dictador cubano apretó cachete apuradamente de la isla de
Cuba, y el mismo año en que el Estado de Alaska fué admitido como el Estado
número 49 de la Unión.
El “Piloto Pardo” fué construído bajo especificaciones concretamente determinadas
para su servicio a las bases científicas establecidas en el Territorio
Antártico Chileno. Esta orgullosa y
recia nave mide 83 metros de eslora total y 11.9 metros de manga, con un
tonelaje bruto de más de 2,000 toneladas métricas, y un calado de 4.6 metros. Posee un casco reforzado para impacto con
hielo diseñado especialmente para la ardua y peligrosa navegación polar, y un
poderoso motor que ronronea como tigre en celo.
Nota del Autor:
Es necesario este tipo de embarcaciones para navegar las aguas polares porque
en la piragüa de Guillermo Cubillos es imposible hacerlo.
El Nombre
Este bastimento fué bautizado como “Piloto Pardo” en honor y memoria de
Luis Antonio Pardo Villalón, el Teniente Mayor y Capitán del carguero y
remolcador “Yelcho”. Luis Pardo y su
tripulación rescataron a los hombres varados de la Expedición de Resistencia de
Sir Ernest Shackleton en la Isla Elefante, Antártida, en Agosto de 1916.
El Épico Rescate
Después del dramático viaje de la inepta chalupa “James Caird”, Ernest
Shackleton intentó y fracasó tres veces en rescatar a la tripulación abandonada
en la Isla Elefante. Tres otros barcos intentaron
rescates: el “Southern Sky” de la
compañía ballenera English Whaling, el “Instituto
de Pesca N ° 1” del Gobierno de Uruguay, y el “Emma”, una embarcación
financiada por el Club Británico de la ciudad de Punta Arenas, pero
éstos jamás llegaron a destino a la Isla Elefante.
Ante la inhabilidad y urgencia de producir un rescate frente a los
constantes fracasos, en el mes de Julio
de 1916, el “Yelcho” fué autorizado por el presidente de Chile, Don Juan Luis Sanfuentes Andonaegui, para escoltar y remolcar al “Emma” en un
lugar a unos 320 kilómetros al sur del Cabo de Hornos, pero este tercer intento
tampoco fructificó.
En el claro amanecer del 7 de Agosto de 1916, se ordenó al “Yelcho” bajo el
mando del Capitán Luis Pardo, a dirigirse a Puerto Stanley para atoar al “Emma”
y a los exploradores británicos de regreso a Punta Arenas. Este fué el cuarto intento. ¡Estas heroicas historias me erizan los pelos
de la nuca!
El gobierno chileno ofreció el “Yelcho” para el rescate a pesar de esta
embarcación no estaba bajo ningún punto de vista en condiciones de operar en
aguas antárticas. Estas estúpidas y
ridículas decisiones son típicas de políticos mentalmente disturbados con
necios esfínteres mentales sin posibilidades de morioplastía*, las que hacen
eco con las de aquellos abogados deshonestos y los indecibles frailes
degenerados. La decisión fué
indudablemente una hebetudez* y fué atronada, pero afortunadamente trascendió
en un resultado positivo. Esto prueba
que los unasinous* dioses protegen al
imbécil natural.
Con un heroísmo épico y una audacia epopéyica, sin radio para comunicarse,
sin un sistema de calefacción adecuado, sin iluminación eléctrica y sin un
apropiado doble casco, el pequeño titán tuvo que cruzar más de 800 peligrosísimos
kilómetros náuticos con que el Pasaje de Drake nos agasaja salvajemente durante
el brumal* invierno antártico.
El 25 de Agosto de 1916 a las 00:15 horas El “Yelcho” navegó rumbo a la
Isla Elefante con 22 hombres bajo el mando de Pardo, llevando a los británicos Shackleton,
Frank Worsley y Tom Crean. Después de
atravesar las complejas mareas y canales del lado Oeste de Tierra del Fuego, el
laborioso “Yelcho” se encaminó hacia el Canal Beagle.
Dos días después de una sacudida marea, el día 27 a las 11:15 horas el “Yelcho”
ancló en la isla chilena Picton, donde cargó 300 sacos de carbón de la
Estación Naval de Puerto Banner hasta que hubo un total de 72 toneladas estibadas
en el barco. El proceso de embarque se
completó en solo 12 horas y el 28 de Agosto a las 3:30 horas, levó anclas y zarpó
en dirección a Isla Elefante. A 97 kilómetros
al sur de Cabo de Hornos, el puesto de vigía advirtió los primeros icebergs
danzando en las frígidas aguas saladas.
A las 11:40 de la mañana del 30 de Agosto, la niebla se disipó y se pudo
distinguir el campamento en la Isla Elefante.
El “Yelcho” fondeó de inmediato en la bahía. En menos de una hora y con dos vigorosos viajes
en una pequeña chalupa, todos los miembros de la Isla Elefante estaban a salvo
a bordo del “Yelcho”, el que navegó raudo y pensante de vuelta a Punta Arenas.
Nota: El cabo fué llamado
“Punta Baliza” por Roberto Araya y Francisco Hervé, geólogos de
la Universidad de Chile en 1966.
Más tarde fué llamado “Punta Elefante” por la Expedición Antártica
Argentina en referencia al elefante marino (Mirounga
leonina), y en relación a la Zona Antártica Especialmente
Protegida denominada ZAEP 132 Península Potter, Isla Rey Jorge (25 de
mayo), Islas Shetland del Sur. La ZAEP
132 se extiende desde el sur de la punta Elefante hasta la saliente rocosa
denominada Peñón 7, abarcando 2,17 km² de la península Potter. Recuerde
que los argentinos son extremadamente peligrosos dibujando mapas. Nunca consultan con Condorito o Patoruzito.
Corolarios
Después de la peligrosa pero exitosa misión de rescate de 1916, el nombre
de “Yelcho” se le dió a las calles y barcos de Chile, particularmente a través
de la costa más meridional de Chile, en Puerto Williams, y es allí donde la
proa del “Yelcho” se ha conservado y se exhibe prominentemente como un tributo
al Capitán y su tripulación.
El 27 de Enero de 1945, mientras las tropas soviéticas liberaban sistemáticamente
los campos de concentración de Auschwitz y Birkenau en Polonia; el cumplido “Yelcho”
fué dado de baja y utilizado como licitación en la Escuela de Suboficiales de
la Armada de Chile. El 27 de Enero de 1958, el “Yelcho” se retiró por decreto
190 y en 1962 se vendió a ASMAR según los términos de la Ley 14.564 (5 de Mayo
de 1954) por $300,000 Pesos chilenos.
Triste, muy triste...
En cuanto al “Piloto Pardo”, éste fué dado de baja y desmantelado en Enero
de 1997, no antes de efectuar muchos viajes a la Antártida. Después de esto y en sus años de plata, fué a
servir otros propósitos menos temerarios.
No me he olvidado de la Villa Las Estrellas...
Villa Las Estrellas ofrece una jornada inmortal y memorias imperecederas
para el que la visita. Es simplemente
mágico estar en uno de los puntos más lejanos y escondidos del planeta, en el
continente más frío del universo que conocemos, el de más altura, el de más vertiginosos
y gélidos vientos, y a pesar de la inmensa cantidad de hielo y nieve; el lugar más
seco y probablemente el menos poblado del globo terráqueo.
La Antártida es un continente que ha sido completamente hundido por el
hielo, esto no solo ha dado forma a su única topografía, sino que también ha
influído en su evolución geopolítica. Este semi pucelágico* lugar es uno de los más
insólitos parajes del planeta el que ahora se ha convertido en una importante reserva
de la biósfera. Su sublime belleza
contrasta con sus intensas y descomunales condiciones climáticas extremas, y convierten
a Villa Las Estrella en un destino idiocrásico*, infrecuente e hipnotizador para
aquellos privilegiados que logran visitar las estupendas comarcas del fin del
mundo, para aquellos quienes osadamente cruzaran el dintel de entrada al gran Continente
Blanco desde la Isla Rey Jorge.
Si vá a visitar, lleve ropa abrigadora, bototos, calcetas gruesas, calzoncillos
largos y camiseta de manga larga, todo de algodón; lentes para el sol, bálsamo protector
de labios, bocadillos, guantes apropiados, chaquetas impermeables, un gorro
grueso que le cubra las orejas para evitar “sabañones”; y una larga y suave bufanda
de alpaca como aquellas que le tejía su abuelita. Esto es necesario para un lugar a casi 1.000 glaciales kilómetros al sur de Punta Arenas. (No es necesario que las mujeres lleven
pañitos personales -o tampones de güaipe.
¿Qué cosas, no?
Escolión*
Güaipe o
Huaipe. Este es sin duda alguna uno de
los vocablos indígenas post-chileno-mapudunguísticos más curiosos que conozco. La expresión nació en el glorioso puerto de
San Antonio hace ya innumerables años.
Durante el esplendor
del salitre, Chile comenzó a progresar económicamente y a mejorar el estilo de
vida de la clase alta, y como es costumbre; cuando la habilidad pecuniaria se
eleva, el Homo Chilensis se torna un poco más pretencioso y derrochador. Entonces comenzaron a importar lujo desde Europa
y Norte América. Una gran cantidad de barcos
arribaban a las cariñosas riberas de este largo y flacucho país con un surtido
de mercancías de arte y vidriería muy dispendiosa.
Para evitar el
daño a los artículos durante la travesía oceánica,
estas mercaderías se guarnecían en sus cajones con tozos de trapo, jirones de paño
viejo y misceláneos retazos de lana, y desechos y restos de hilos de mercería, menesteres
que tenían el desempeño de amortiguar la frágil carga. Después de calar y descargar, al abrir los baúles,
los estibadores se tropezaban con este rimero de guiñapos. Entones,
astutos como “el roto chileno”, los estibadores los aprovechaban como traperos o para hacerle mantención y limpieza a su maquinaria.
El curioso nombre
de estos despojos se comenzó a usar como término porque los marinos gringos
llamaban a estos trapos viejos “wipes”, lo que significa en Inglés
“toallitas”. Entonces como todo error
lingüístico, esta locución fonética pasó a ser “palabra” en su propio derecho:
“Güaipe”. De aquí se deriva el ramplón
término: “¡más vulgar que un Tampax de güaipe!”.
¡Qué experiencia!
Villa Las Estrella es naturalmente un lugar criogénico. Muy frío.
Más helado que nalga de pingüino, especialmente cuando el viento
deambula raudo por estas heladas estepas. Esta villa posee un
clima hiperbóreo, por lo que los turistas veraniegos experimentan temperaturas que
arduamente superan los 0° Celsius en los días más tibios, mientras que los
turistas psicrofílicos* invernales prueban unas máximas temperaturas que
raramente superan los -40° Celsius cuando el sol esta alto y curioso en nuestra
bóveda celeste. El Invierno aquí, es una
fría novia.
Durante la temporada
estival, los cielos jamás se ensombrecen en su totalidad, ni se ennegrecen con
las etéreas sombras del cosmos. La luz
solar es omnipotente durante el Verano, por lo que a las supuestas noches, les
llamamos “noches blancas”. En contraste,
durante la temporada hibernácula* es cuando la soliterránea* luz de Inti* solamente
se revela a lo más, unas 4 a 5 horas al día.
Por lo tanto, si usted está en su sano juicio, visite Villa Las
Estrellas en Verano. Ésta temporada es
sin duda alguna la más benévola para explorar esta abditiva* zónula* empotrada
en las áureas latitudes
del continente blanco.
Si usted
visita Villa Las Estrellas en Magallanes, su repositorio de memorias se
enriquecerá con vistas únicas y tal vez inalcanzables en el futuro, con
ebullentes vistas de poderosas ballenas
y galantes pingüinos,
una gran cantidad de hermosas aves marinas, la indeleble experiencia de atingir*
la vida humana en la Antártica, alojarse en la “Estrella Polar” y comprobar que
usted es uno de los poquísimos seres humanos que ha puesto su suave planta -aunque
temporalmente-, en una contemporánea Edad del Hielo. ¡Buena suerte Ötzi!
Para que
quede gabelado* en el récord del conocimiento humano, Ötzi
también es llamado el Hombre de Hielo, el Hombre
Similaun, el Hombre de Hauslabjoch, el Hombre de Hielo Tirolés y la momia de
Hauslabjoch. Esta última “vivió” entre los
años 3400 y 3100 antes de la Era Común (AEC) quien nos ha ofrecido una visión extraordinaria
acerca de los europeos calcolíticos. El
período calcolítico es el período comprendido entre los períodos
Neolítico y la Edad de Bronce, pero estoy
seguro de que usted ya sabía esto.
Obvención*
A pesar de las inhóspitas comarcas en que se
encuentra enclavada la Villa Las Estrellas, hay ciertamente claras ventajas
comparadas con vivir en una selva de cemento como en la que
vive usted en este momento tragando “Smog”.
Por ejemplo, en esta helada villa no hay crimen,
ni hay tráfico, no hay “colas” en ninguna parte, no hay “pacos”
dando “partes”, no hay movilización pública contaminante ni tarifas de Metro
que crean caos político y social, no hay religiosos pedófilos, abogados
deshonestos ni políticos moralmente maricones, no hay lugares abarrotados de
gente, no hay vagabundos ni individuos sin-casa porque no hay puentes donde
puedan vivir, no hay basura (incluyendo
políticos, abogados y frailes), no hay problemas de inmigración, nadie reclama
que no tiene mar, y en el departamento de música de su magisterial escuelita
tienen flautas y no “flaites”.
Lo mejor de todo es quizá que los cheques de pago
pueden ser mucho más altos que en el continente chileno, especialmente más
altos que el suyo (alrededor de un 120% más altos). No se ponga envidioso. Además, los pingüinos son civilizados y muy
bellos con sus colas largas, brillantes picos anaranjados y blancas estrías ornamentales
entre los ojos. Caminan con garbo, y a
veces cuando conversan pueden ser un poco bulliciosos, pero es lo que hay.
Otra cosa: a pesar de que la vida allí no es
frenética, es muy activa y social; pero es más tranquila que la conciencia de
mi abuelito Víctor. No tienen “redes sociales” como usted, ellos
usan sus redes para pescar. Ellos
conversan entre ellos y tienen contacto humano social sano y verdadero, no como
usted que tiene todos sus amigos con nombres raros en internet, y probablemente
no conoce a ninguno de ellos. ¡Lo mejor
de todo es que no hay milenials en esta aldehuelita!
La mayoría de los residentes que viven allí son
parientes y familiares del contingente militar, así que no hay copucheo ni
pelambres, y milagrosamente, ¡no hay ni una suegra! Como usted puede apreciar, la organización es
fantástica y sin paralelo. Igual que en
su país... El dólar está disponible.
Caviat: Para calificar como residente y trasladarse a la
villa, hay un estricto concurso nacional mas difícil que pellizcarle el poto a
un ánima, así que no se haga muchas ilusiones.
Como usted puede ver, la vida en la Villa Las
Estrellas es bastante más saludable que la vida que usted lleva en su ciudad,
¿verdad? Si no está convencido,
simplemente mire hacia afuera por alguna de sus ventanas, lea un diario, vea la
tele, o escuche la radio si todavía tiene una, y dígame honestamente cuán
idílica es su ciudad. Si usted piensa y
cree que la calidad de vida en su ciudad es mejor, quédese en ella, si nó;
véngase a Villa Las Estrellas.
Nota: La palabra honestidad se escribe con hache (H)
porque la hache es muda y a veces es mejor no decir nada y quedarse mudo antes
de decir verdades que son dolorosas. Me lo dijo Adela...
Bueno,
me acordé
Acerca de los
documentos que estaba buscando al principio de la historia, se trataban de documentos
que guardaba desde aquellos tiempos de mi juventud y que traje conmigo a mi
país. Los documento en sí no tienen
ninguna importancia para nadie, excepto para mí, pero lo que le he contado en este
multitemático escrito, espero que le guste.
¿Qué cosas, no?
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Et sub Glossarium Glossarium – (Cum
amore legentibus)
Abditivo – Remoto, secreto, escondido
Atingente – conmovedor
Brumal - De, cómo, o perteneciente al invierno
Diplomática – Ciencia de descifrar escritos y textos antiguos
Escolión - Anotación a un argumento escrito en margen
Escriniario - Guardián de archivos; archivista
Exemplum – Cuento o anécdota con una moraleja
Gabela - Gravámen, impuesto
Hebetud – Estupidez
Hibernácula - Referente al Invierno
Idiocrasis - Peculiaridad intrínseca o característica única
Inti - Dios del sol y deidad patrona del imperio inca
Microsomático - Tener un cuerpo pequeño
Morioplastía - Restauración de partes perdidas del cuerpo
Obvención - Cualquier ocurrencia incidental o ventaja
Parvipotente – Tener poco poder
Periplo – Un viaje o un viaje alrededor de algo
Priscan – Antiguo; de
los primeros tiempos
Psycrofílico – Quien prospera en temperaturas frías
Pucelágico – Relativo a la virginidad
Soliterráneo - de, cómo, o perteneciente al efecto conjunto del
sol y la tierra
Somatastenia – Debilidad del cuerpo
Tropismo – Tendencia a reaccionar a estímulos de una manera
específica
Ubi 'dies, ubicidad – Paradero del tiempo, paradero
Unasinous – Siendo igualmente estúpido
Zónula – Zona pequeña
____________________________
Post scriptum et
quorumdam suggestionibus pro futurum: Si hay algún tema sobre el cual usted
quisiera leer mis traumáticas y ligeramente psicopatísticas opiniones, por
favor sugiéralo a: rguajardo@rguajardo.us.
Caveat: Mis opiniones personales pueden
resultarle ácidas, demasiado honestas, corrosivas, irreverentes, insultantes,
altamente irónicas, acerbas, licenciosas, mordaces y de una causticidad
filosófica sin límites conocidos por el ser humano, y quizá no le apetezcan o
acomoden intelectualmente; pero es lo que habrá disponible basado en su pedido. Gracias.
El Loco