El Código de Hammurabi es un texto legal babilónico compuesto en el año 1755-1750 antes de la Era Común (AEC). Este texto legal es el más largo, mejor organizado y conservado del antiguo Cercano Oriente. Está escrito en el antiguo dialecto babilónico Acadio (Akkadian). La copia principal del texto está inscrita en un mojón de Basalto o Biorita de 2.25 m (7 pies 4 + 1⁄2 pulgadas) de altura.
Para aquellos con mente de alcantarilla, cloaca o albañal; mojón significa marca, poste, manifestación, hito, o cúmulo de piedras, entre otras varias acepciones de la lengua Castellana. Si uste ha pensado que me refiero a una asquerosa representación intestinal, usted tiene la cabeza llena de mierda. Con esto no pretendo insultarlo, sino que advertirlo de que hay que pensar un poco antes de sacar conclusiones acrasiales*. Además, para su información; código no quiere decir la mitad de un “brázigo” como brújula no es una viejújula sentádula en una escóbula. Gracias.
Leyes de la antigua Babilonia
El Código de Hammurabi se refiere a un conjunto de reglas o leyes promulgadas por el rey babilónico Hammurabi, el que reinó desde 1792-1750 AEC. Este detallado código regía a los habitantes que residen en el imperio de Hammurabi, el que era de un rápido crecimiento. En el momento de la muerte de Hammurabi, su imperio incluía gran parte del actual Irak, que se extendía desde el golfo Pérsico a lo largo de los ríos Tigris y Éufrates.
El código comprende hasta 300 leyes que interpelan una amplia gama de temas, incluídos homicidio, asalto, divorcio, deuda, adopción, honorarios de comerciante, prácticas agrícolas e incluso disputas relacionadas con la elaboración de cerveza entre una amplia gama de otras situaciones.
El código se ha dado a conocer porque está grabado en un mojón de diorita negra (ya veo que se sonríe sarcásticamente…), el que ahora se encuentra en el Museo del Louvre en París, la ciudad a la que los Francos llamaban: Lutecia. Este monolito --uso esta expresión ahora para que deje de sonreír-- fué encontrado en el sitio de Susa, en el actual Irán, por un equipo de excavadores dirigidos por Jean-Jacques de Morgan a principios del siglo XX.
Jean-Jacques de Morgan (Junio 3, 1857 – Junio 14, 1924) fué un ingeniero de minas, geólogo y arqueólogo francés. Fué el Director de Antigüedades en Egipto durante el siglo XIX, y minó en Menfis y Dashur, brindando muchos bocetos de diversas pirámides egipcias. También desarrollo trabajos en Stonehenge, Persépolis y muchos otros sitios.
Persépolis fué la capital ceremonial del Imperio Aqueménida (circa 550–330 AEC.). Está situada en las llanuras de Marvdasht, rodeado por las montañas Zagros del sur de Irán. Los primeros restos de Persépolis datan del 515 AEC.
También viajó a la Armenia rusa, como gerente de una mina de cobre en Akhtala. “El Cáucaso es de especial interés en el estudio del origen de los metales; es el punto más oriental del que se conocen restos prehistóricos; más antiguo que Europa y Grecia, aún conserva las huellas de aquellas civilizaciones que fueron cuna de la nuestra.", expresa Jean-Jacques de Morgan.
Los eruditos piensan que este monolito fué trasladado
a Susa en el siglo XII AEC por un gobernante Elamita quien posteriormente borró
una parte de él en preparación para crear una inscripción propia. Este animalejo debe haber sido un parásito
chupasangre a los que modernamente llamamos: Abogados. ¿Qué cosas, no?
Historial
Preliminarmente, se cree que Hammurabi habría
desplegado el monolito (¿se está sonriendo otra vez?) en el sitio de Sippar, hoy
Irak; y posiblemente en algún templo preponderante del asentamiento. En la antigüedad, Sippar fué el solar del dios
sol Shamash, y la parte superior del monolito señala la imagen de Hammurabi enfrente
de este dios, con fulgores saliendo de los hombros de Shamash. Los estudiosos profesan extensamente que otros
monolitos como este ahora extraviados, habrían estado en despliegue en otras
ciudades de Babilonia bajo el control de Hammurabi.
Referencia adicional
Como referencia adicional, Shamash era el
dios sol babilónico y dios de la justicia. El monolito contiene alrededor de 4.130 líneas
de texto cuneiforme. Cerca de un quinto parte de estas, delinea un
prólogo y un epílogo idílicos, y el resto de la escritura son las leyes que
Hammurabi predicaba. En su prólogo,
Hammurabi se jacta de que los dioses le confirieron su gobierno "para
evitar que los fuertes opriman a los débiles". Más tarde, Moisés, un profeta Judío; contó el
mismo cuento en otro librito posterior pero con solo diez leyes.
Las Leyes Hammurábicas
Las leyes son de un formato casuístico*, expresadas como "Si..., …entonces…" usando dictámenes condicionales. Su periferia de alcance es dilatada e incluye, por ejemplo; el derecho penal, el derecho de familia, el derecho de propiedad y el derecho comercial.
Los doctos modernos en esta materia responden a este Código con tributo y respeto por la justicia percibida, y la observancia por el Estado de Derecho, y por la alta complejidad social de la antigua Babilonia. También hay mucha discusión sobre su influencia y su plagio en la Ley Mosaica cristiana en el librito que mencioné anteriormente. Los estudiosos identificaron rápidamente la Lex Talionis (Talión) en el Código el principio de "ojo por ojo". En Chile es: “Ojo por ojo, diente picado”.
Desde aquel tiempo, el debate entre los asiriólogos se ha centralizado en varios aspectos del Código: su propósito, sus principios subyacentes, su lenguaje y su relación con colecciones de leyes anteriores y posteriores.
Posteriormente a la defunción de Hammurabi, su sistema de leyes se hizo tradicional en el mundo antiguo, y los eruditos han encontrado ejemplos escritos en tablillas, los que se copiaron y piratearon hasta el siglo V AEC, por más de mil años después de la muerte de su autor.
El término "Código" de Hammurabi es contemporáneo, y se acuñó llamado así tras el "Código Napoleón" del siglo XIX de la Era común. Los didácticos y académicos todavía debaten sobre el significado escondido en esta monolítica piedra que ahora se encuentra descansando en el Louvre, y si las reglas o leyes promulgadas en ella por Hammurabi de hecho representan un código legal completo.
Hammurabi asegura y
garantiza en el prólogo de sus edictos que su derecho a formularlos le fué
otorgado directamente por los mismos dioses.
Hablando de dioses, mi suegra me trata como si yo fuese un dios: cree
que existo pero no me puede ver.
Quizá una ley despiadada y ardua
En el Código Hammurabi, cada ley está basada en un caso real, al que le sigue un veredicto determinado. Los veredictos pueden ser muy rígidos y crueles, y la pena de muerte forma una integra parte del código alrededor de 30 veces. Este extremo castigo se daba en casos como el robo o hurto de la propiedad del templo o del palacio real, o si se le daba asilo a un esclavo prófugo.
En general, las penas judiciales dictaminadas no eran análogas sino que estribaban del estatus social del imputado y del denunciante. En el caso de que los implicados en la batalla judicial estaban considerados socialmente en el mismo estatus, se aplicada el Talión: “Ojo por ojo”. La parte de “diente por diente” se la agregaron los dentistas.
Tal como pasa hoy, la ley es comprada por el más pudiente. Hay que recordar que la libertad y la justicia son una fantasía. Vivir de sueños es la realidad. Por ejemplo, si un miembro de la alta sociedad le infligía un severo daño corporal a un plebeyo, ese individuo debía pagar una multa equivalente a una libra de plata como sanción.
Por el contrario, si un plebeyo atacaba a un individuo de un estatus social más prominente, el plebeyo recibía un castigo mucho más severo, como por ejemplo; recibir 60 azotes en público con un rebenque. ¡Ouch!
A pesar de que desde tiempos inmemoriales las mujeres han querido ser tratadas en forma igual que los hombres, en este caso no podían esperar necesariamente un trato igualitario. La cosa es que es desigual el tratar a los iguales igual que a los desiguales. Piense: ¡esto no ocurre!
Una de las leyes del código
apunta: "si se ha señalado con el dedo a la esposa de un hombre copulando
(culiando) con otro hombre, pero no ha sido sorprendida en coito con
otro hombre, la mujer debe saltar al río por el bien de su marido".
En contraste y
dependiendo de las circunstancias, una mujer podía obtener una herencia. Existían leyes que protegían a una mujer en
casos específicos como si su esposo fuese tomado prisionero o muerto en la
guerra, y se viese forzada a convivir con otro hombre para no morir por la
falta de comida. También había leyes para
aquellas mujeres que servían en al templo, que dictaminaban el apoyo que debían
recibir de sus hermanos después de la muerte de su padre.
Responsabilidad del acusador y los jueces
El acusado y el acusador deberían de probar su caso para evitar consecuencias.
La pena por homicidio se establece en el código como: “si un hombre ha hecho acusaciones contra otro hombre acusándolo de homicidio pero no puede probar su culpabilidad, el que hizo la acusación será asesinado.” ¿Qué cosas, no?
Si esta ley se promulgara hoy, los políticos mentirosos y ficulnean*, abogados intelectualmente deshonestos y frailes degenerados; no existirían.
A pesar de esto, los jueces también estaban sujetos a un cierto estándar con respecto a la administración de la ley. Hammurabi gobernó un vasto imperio y no habría podido gobernar por sí mismo en todos y cada caso. En ausencia del rey, una junta de hombres de las comunidades involucradas y pertinentes, estaban encargados de impartir justicia basados en el código.
Si un juez alteraba la pena
prescrita por el código, ese juez debía de pagar 12 veces el monto de la
pérdida que hubiera ocasionado el juicio.
¿Cómo se establecieron las leyes del Código Hammurabi?
Por supuesto que Hammurabi
no fué el primer gobernante de Oriente Medio en redactar leyes.
Tenemos constancia de la antigua ley egipcia, que data del año 3000 antes de la Era Común, basada en el concepto de Ma'at la que personificaba tradición, discurso retórico, igualdad social e imparcialidad.
Hay por lo menos tres
códigos legales establecidos por otros gobernantes mucho antes de Hammurabi.
El más antiguo que se
conoce, es el manifiesto de Ur-Nammu, uno de los reyes de Ur (la ciudad natal
de Ben-Ur), el que reinó entre 2111 y 2094 AEC, unos tres siglos antes del barbudo
Hammurabi. Hammurabi se inspiró y basó su código en estos códigos precedentes,
incluyendo probablemente sus propias experiencias y visión de la ley. Es obvio que el código es omnifarious* no
contempla todas las disputas que ocurren, y no es bajo ningún punto de vista,
un código legal completo.
El propósito del mojón (de Basalto o Diorita).
Otra cosa que no se comprende completamente, es entender cuál era el propósito de la estela (mojón) misma. Aunque se puede leer, estas leyes escritas en tamaño mojón se pueden leer, es muy confuso y enigmático usarlo como referencia para referirse a una ley específica. El único código que existe en el planeta que es más complicado, ininteligible, confuso, abstruso, embrollado, ambiguo y nebuloso, es el código de los impuestos del IRS (Servicio Interno de Ingresos) en USA. Este mojón sí es una verdadera mierda.
Hay una maldición escrita en este mojón de Hammurabi que dice que los reyes que sucedan a Hammurabi no deben cambiar ni ignorar estas leyes ni tratar de alterar la identidad de la persona que las hizo. Si algún futuro gobernante intenta esto, Hammurabi les lanza una larga maldición. Como ya hemos alterado el código de Hammurabi, estamos todos malditos.
Para comprobar esta maldición,
no tiene más que leer el código legal de su país para darse cuenta de que la ley,
al igual que la libertad y la justicia son una fantasía. Lo que me lleva a pensar en que si uso
drogas, me llaman drogadicto, pero si tomo Fanta, nadie me llama “fantástico”.
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Et sub Glossarium Glossarium – (Cum amore legentibus)
Acrasia – Mal regulado,
enfermo
Casuístico - El uso de un razonamiento inteligente pero poco sólido,
especialmente en relación con cuestiones morales; sofistería.
Ficulnean – Sin ningún valor
Omnifarious - Comprende o se relaciona con todos los géneros o
variedades
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Post
scriptum et quorumdam suggestionibus pro futurum: Si hay algún tema sobre el cual usted quisiera leer mis traumáticas
y ligeramente psicopatísticas opiniones, por favor sugiéralo a: rguajardo@rguajardo.us.
Caveat: Mis opiniones pueden resultarle
ácidas, demasiado honestas, corrosivas, irreverentes, insultantes, altamente
irónicas, acerbas, licenciosas, mordaces y de una causticidad filosófica sin
límites conocidos por el ser humano, y quizá no le apetezcan o acomoden
intelectualmente; pero es lo que habrá disponible basado en su pedido. Gracias.
El Loco