A veces es muy difícil el proveerles una educación de calidad y con excelencia a los 16 millones de niños que viven en la pobreza en nuestro país.
Esto demanda una dedicación única, una responsabilidad extraordinaria y un esfuerzo imponente. Esto es lo que piensa y dice la señora Wendy Kopp, la Fundadora y Directora de la institución Teach for America que se dedica a identificar líderes en educación quienes trabajan tenazmente para asegurarles una buena educación a los niños que crecen en pobreza.
La señora Kopp está a cargo de elegir a los siete mejores educadores del mundo para que integren una lista exclusiva de educadores considerados los más influyentes, quienes son reconocidos por esta institución, y por la revista Forbes. En esta lista hay una Latina: Ana Ponce, de Guanajuato, Méjico.
Por dos largas y sacrificadas décadas, Ana Ponce se ha dedicado laboriosamente y con mucho amor a mejorar la educación de niños y jóvenes latinos en su ciudad. Ella trabaja en el área de Pico-Unión, un distrito en Los Ángeles, California, cuyo nombre deriva de la intersección de Pico Boulevard, y de la avenida Unión. La señora Ponce es la Directora General de la Escuela Camino Nuevo Chárter Academy. Su extraordinaria y pionera labor educativa le ha reconocido un sitial de honor en el planeta, no solo representando a los Latinos de U.S.A., pero también un titánico esfuerzo para transfigurar positivamente la educación que reciben los niños en comunidades pobres o de escasos recursos, para situarlos efectivamente en un camino de vida más auspiciosa.
Con una humildad sin paralelo, la señora Ponce reconoce que su trabajo en educación ha sido un proceso natural para ella. Desde los cuatro años de edad ella creció en la comunidad de Pico-Unión, asistiendo a escuelas públicas del distrito. Poco después de comenzar sus estudios superiores universitarios pudo darse cuenta de que el nivel de educación que recibían los niños de esas escuelas como en la que ella estuvo, no estaba al nivel ni con la calidad de lo que se les instruía a estudiantes de otras escuelas, en particular entre los estudiantes para los que el Inglés era su lengua de adopción, o segunda lengua.
Esto la empujó a decidirse a encauzar sus esfuerzos hacia los estudiantes más necesitados de una mejor educación, y lo ha estado haciendo incansablemente desde entonces. Poco después, la señora Ponce asumió el liderazgo de la escuela Camino Nuevo Academy, y hoy en día; ella tutela y dirige otras cinco escuelas que llevan el mismo nombre, las que también comprenden una escuela secundaria y un pequeño campus preescolar, con un total de más de 26,000 estudiantes, con proyecciones a servir y beneficiar a más de 38,000 estudiantes necesitados en los años venideros. Si esta mujer tuviese una capa, ¡volaría!
Hoy, el 82% de los graduados de sus escuelas son aceptados en Universidades con programas de cuatro años. Ahora está orgullosa de poder brindarle a su hijo una educación tremendamente superior a la que ella recibió. La señora Ponce les aconseja a padres y maestros enfatizando la importancia de "no dejar que los actuales recortes económicos a la educación sean excusa para no buscar ofrecer a sus hijos y estudiantes la mejor educación posible".
Este es un claro ejemplo de cómo una sola persona puedo contribuír enormemente a la comunidad, desinteresadamente y para el beneficio de otros. ¡Enhorabuena Doña Ana Ponce!, vuestra valiosísima contribución no ha pasado desapercibida. Gracias.
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