Hoy, mi Madre se ha Marchitado

Hoy ha muerto mi Madre, empero; no puedo llorar a pesar de que la pena es agobiadora... 

Hoy ha muerto mi Madre lejos de mí, empero; la inmensa amargura sólo me trae un colosal vacío seco de lágrimas.  Mis sentidos están un poco extraviados, deteriorados y ausentes como lo estuvo mi presencia a tu lado en esos postreros y ácidos momentos; y mis abatidos ojos sostienen una larga y vacante mirada...  Y a pesar de que puedo avizorar claramente a través de los ciegos cristales de mis claras ventanas, no sé si el sol está brillando afuera o si las adustas golondrinas están de duelo, tampoco puedo escuchar a las agridulces mariposas despertándose, ni a las viejas nutrias lamiendo su sedoso pelaje en aquel negro río sin origen.  Solo sé que hoy te has muerto Madre, y que no puedo llorar por más que quiero, porque mis emociones han muerto todas con tu partida, y porque mi vida después de tu partida, me parece un lento parpadeo. 

Eras tan hacendosa que nunca tuviste tiempo para esperar a la muerte, por eso es que ella tuvo que venir a buscarte.  Estoy íntegramente consumido en cuerpo y consumadamente fatigado en espíritu; tu muerte me ha hecho sentir en los huesos el insondable y penetrante significado, y la vasta e inmortal transcendencia de los lazos de la sangre.  Esto es Madre, porque la Muerte deja un dolor que nada ni nadie puede curar, pero deja un recuerdo que nada ni nadie puede robar.
 
Trato de pensar en tí como en alguien que aún está aquí a mi lado, aunque allá tan lejos de mí, pero que ya no estás más.  Necesito llorar... pero no puedo.  Mamina, quizá mis lágrimas estén aterradas de no poder llenar ese tan formidable vacío que tu partida ha dejado en nuestras almas, y se sientan asustadas e incapaces de alimentar el hambre emocional tan atroz e indómito que me dejó tu perpetua partida.  Es por eso que ahora tengo el corazón tan álgido como el glacial protocolo de la lógica y mecánica muerte.  Dejaré que el negro pájaro de la muerte vuele sobre mi espíritu, pero jamás le dejaré anidar en mi corazón.


Te fuíste sin fecha ni hora porque la acechadora muerte es la única sicaria que lleva negras anotaciones en un mórbido y cáustico calendario; y es la única matona que cuenta nuestros días en su ebónico ábaco de cuentas tan negras como la traición.  No hubo pañuelos agitados ni rosarios de despedida; y si los hubo, nunca los ví desde esta sideral distancia.  Mi pena reside no en tu partida, sino en la espera que sobrellevaste y padeciste pacientemente aguardando por mi próxima visita, la que no llegó a tiempo.  ¡Y las gentes se entristecen porque Penélope tuvo que esperar!

Durante las auroras de nuestras vidas, recuerdo imborrablemente cuando me enviabas presurosa a la panadería antes de irnos al colegio en esas frías y escarchadas mañanas semanales de Santiago, a comprar el crepuscular pan que quebraría el día.  Me dabas el cambio justo y me pedías que corriera como el apurado viento para que el pan llegase caliente a casa.  A veces yo reclamaba porque me cansaba...  Y yo corría apresurado dando saltitos asustados por los senderos de las veredas sin saber de las innumerables y difíciles carreras que tú corriste por nosotros, y que nunca te quejaste de lo largas, pesadas y agotadoras que todas ellas siempre fueron.  Y escondiste tu tristeza en tus sólidas lágrimas de hierro, ésas que se refugiaban espantadas cobijándose seguras en la adarga de tu eterna sonrisa.  Hoy te has ido Mamina, y no es ya menester que yo corra en pos de aquel caliente pan...

Escribí un libro para tí, que como mi llegada, no estuvo a tiempo.  Nunca lo leerás, pero si hubieses podido hacerlo estoy seguro que te arrancaría unas carcajadas, y quizá liberaría algunas de aquellas pesadas lágrimas que ajaron tus hermosas y jóvenes mejillas. 

Ese libro es el pergaminoso alegato escrito de mi constante pero entrecortada vida, y está dedicado con la más profunda reverencia y amor a la Santa Mujer que me dió la generosa vida que me gobierna, a la mujer que me vió crecer estrepitosamente, a la mujer que me consoló en mi más profunda amargura; esa mujer que remendó presurosa y cariñosamente los diseminados pedazos de mi alma trizada por la pena, cuando un artero y fulminante amor me la hizo mil pedazos con una ciclópea explosión de desamor, esa mujer que se regocijó excelsa en mis éxitos, y que se rió presta, cándida y abundantemente conmigo en mis numerosas y monumentales estupideces. 

Gracias por ayudarme a pagar mis errores, porque sé que los pagué con mi sangre que es sangre de tu sangre, y las lágrimas que derramé en aquellos escasos pero negrísimos días que a veces me abatieron durante la inquieta jornada de mi vida, contenían siempre la dulce sal de las tuyas.  Fuíste siempre eterna en mis más efímeros momentos, fuíste siempre más que un frágil instante en mis largas esperas, y fuíste siempre mi vida entera.

Te dedico devotamente este áspero pero honesto pedazo de mi brutal e incandescente alma a tí Madre, porque apagaste devotamente la ciclópea sed que sangraba mis prolongados días, porque tú me ayudaste pacientemente a aprender la vida, porque me aleccionaste a sortear graciosamente los enigmas del espíritu, y porque te consumiste sin demora y en un fulminante instante con los más pequeños y los más excelsos triunfos de mi desordenada y bulliciosa existencia, y porque siempre estuviste ahí para nosotros, dispuesta a dar todo tu amor y energía sin nada a cambio, en un solo instante, tal como lo hace la airada avispa cuando entrega su vida toda en un santiamén final, en un solo y fulminante aguijonazo; y lo hiciste meramente por la incesante y efímera satisfacción de ser Madre; Mi Madre.  Éstas salvajes y silvestres memorias mías escritas de mi puño y letra en el más fino papel, son para tí; mi joven Madre.

También estoy triste Madre porque he tenido la atrevida audacia y la temeraria osadía de atentar describir tu vida entera en esta precaria, provisoria y presuntuosa hoja de papel, pero mi pluma se rehúsa a darme las candentes lágrimas que necesito para escribirte más largo...  Estarás ahora viajando en aquel tren sin motriz hacia los lejanos espacios siderales de la imaginación humana; contenta y a reunirte con el amor de tu excelsa vida, a reunirte una vez más con tu compañero mortal, aquel ser que cuando estaba entre nosotros, solíamos llamarle Padre.

Francisco Javier y Carmen Cecilia junto a algunos miembros de sus familias, estos amantes y dedicados hijos tuyos están padeciendo la más cercana pena y la más devastadora desolación que nos trajo tu angustiosa partida.  Francisco y Carmen se han llevado la parte más pesada de nuestra pena porque estuvieron a tu lado respirando y palpando el amargo y mordiente dolor que yo solo puedo imaginarme desde esta indolente distancia.  Esos padecimientos son enormes porque traspasan los tejidos del alma.  Quiero que tú y las demás gentes sepan de los muchos sacrificios y cuidados que ellos te han prodigado tan generosamente, los que han sido en su mayoría invisibles para todos, los que te han sido entregados con un amor sin límites humanos, y con una dedicación a la que yo no puedo más que envidiar.  Ha sido una larga, pesada y agotadora jornada para ellos; pero la han caminado con la misma energía, dedicación, medida y amor infinitos con la que tú caminaste la tuya.  Cuando sea que llegues a donde sea que llegues mi joven Madre, acuérdate de ellos.

Hoy te has marchitado Madre, empero; no puedo llorar inconsolablemente a pesar de esta agobiadora pena que me muerde el alma.  No puedo llorar...  No puedo llorar desconsolado porque nos enseñaste demasiado bien a desdeñar la mala fortuna, a boicotear la tristeza, a reírnos de los desagravios de la vida, y a sonreírle ampliamente, siempre desafiantes y altivos al cruel y malquisto destino el que con sus ingratas dentelladas a veces nos desmorona, y que en ocasiones despedaza estrepitosamente los apretados espacios de nuestro ingrávido mundo...  Quizá las palabras más poderosas que ponen mi llanto en seco ayuno, son aquellas que me dijiste un día: "No llores hijo mío porque tus lágrimas no te dejarán ver las hermosas estrellas".  Gracias Mamina por obsequiarnos con la inexpugnable solidez de tu infinito espíritu. 

Quizá mi falta de lágrimas también se deba a que me enseñaste a encontrar y a descifrar el oscuro secreto de la muerte a la luz del espíritu mismo de tu vida.  Si alguien sabe de esto, esa persona fuíste tú Mamina.  Tú nos enseñaste a beber del río sereno del silencio para que pudiéramos decir lo que pensamos con palabras claras, sinceras y estruendosas; claras como el agua de ese magnífico río de tu vida, sinceras como tu principesco amor por nosotros, y estruendosas como la munífica nobleza de tu sinceridad.

Para poder conocer bien la tristeza debemos conocer mejor a la alegría.  Tú Mamina nos enseñaste espléndidamente la impoluta alegría, y es por eso que hoy sentimos un dolor tan profundo, no porque te hayas marchitado; sino porque nos has dejado atrás sin tí; sin tu compañía.  Mamina, tú no nos enseñaste tenacidad, tú nos enseñaste a llevar a la tenacidad con una brillante y alegre sonrisa en nuestras caras.

Adiós compañera, amiga y guiadora de nuestras vidas.  Ahora tu larga vida nos parece un corto y precario segundo, pero para poder decirte adiós nos llevará una eternidad.  Adiós Mamina, compañera, amiga y guiadora de nuestras vidas; ahora estás libre para visitar todos esos lugares y todos aquellos etéreos espacios con los que siempre soñaste, ahora estás libre de despertar y seguir todos tus dormidos sueños sin los pesados e injustos grilletes de la vida.  No hay necesidad de que nos envíes tarjetas postales Mamina porque la muerte no te ha robado de nosotros, sino que te ha inmortalizado cincelándote para siempre en nuestras memorias.

Tú nos enseñaste a encontrar y conocer el oscuro secreto de la muerte solo porque siempre estuviste dispuesta a descubrirlo en el espíritu mismo de tu generosa vida.  Si alguien sabía este secreto; ésa fuíste tú querida Mamina.  Una vez mirando abiertamente dentro de mis oscuros e inquietos ojos con los serenos verde-vida de los tuyos, me dijiste que no querías que tu muerte oscureciera mi cielo, ni que tornara grises mis días, ni que ajara mi alma en pena, ni que envejeciese mi pujante espíritu.  Con tu suave y baja voz me dijiste con la sabiduría de infinitos años: "La muerte es como el interruptor de la luz, cuando alguien apaga la luz, la oscuridad no tiene que invadir ni apoderarse de nuestras vidas, es sólo un asunto momentáneo; solo tenemos que activar ese interruptor otra vez para encender la luz y retornar la luz a nuestra vidas.  Esto es importante porque así podremos ver otra vez la belleza que tenemos, y la que los demás nos han dejado".  

Ayer activé el interruptor de la luz de mi vida siguiendo tu consejo, y encendí las luces de mi vida una vez más, pero sus fulgores ya no brillaban como cuando tú estabas aquí...  Sé que se pondrán más brillantes con el tiempo porque el tiempo lo cura todo.  Sí, el tiempo lo cura todo, pero éste no arregla nada...  Pero recuperaré esa amplia sonrisa de mis labios y la indomable alegría de mi espíritu porque una vez me pediste encarecidamente que no estuviera triste con tu muerte, porque yo no te daría la oportunidad de estar triste con la mía.

Un hombre incautamente franco y tan pequeño como yo nunca será capaz de expresar un adiós para siempre en forma correcta o cumplida, ni siquiera con mis silencios porque mis silencios siempre dicen nada.  No puedo expresarte un entendible adiós para siempre, no porque hayas partido; sino porque en nuestras vidas fuíste una extraordinaria mujer como ninguna otra; así que sólo te diré: Que tengas un buen viaje, querida Mamina. 

En mi tierra, precediendo al entrante Otoño en Agosto 22 de 2015. 


El más loco de tus hijos,

Rodrigo Antonio Silvestre


La Gallina

Para poder entender a este circunspecto pájaro y poder evaluar y valorizar su increíble y masiva influencia en la raza humana, primero tenemos que conocer mejor a este sorprendente y extraordinario Gallus gallus Domesticus. Alias: La Gallina.

Me decidí a escribir sobre este comedido gallináceo porque el otro día –como siempre ocurre- me acordé de un suceso que ocurrió mientras estudiaba Ingeniería en la Universidad Santa María en Valparaíso, Chile.  Nada cebó este recuerdo; ni una imagen, ni una coincidencia, ni una peripecia.  Las cosas e ideas simplemente surgen rápidas, repentinas, y en forma aleatoria en mi cabeza, tal como se hacen presentes los terremotos y los pedos inesperados.  Simplemente concurren a mi realidad sin invitación alguna, y por arte de magia.

Cuando recorría los amplios y serenos patios de la gloriosa y memorable Universidad Técnica Federico Santa María; antes, entre, y después de las clases yo solía colocar furtivamente en las murallas –o en cualquier superficie altamente visible- una pequeña etiqueta engomada de un centímetro de ancho y dos de largo con la siguiente leyenda impresa en ella: "Por aquí pasó la gallina".  Además, este marbete llevaba dibujado unas intrigantes huellas de pisadas de gallina.  Desparramaba incógnitamente estas etiquetas por doquiera que yo andaba y preocupándome de que nadie me descubriera.  Nunca nadie lo hizo.

Me entretenía mucho mirar a los transeúntes, profesores, mentores y alumnos pararse momentáneamente a leer la etiqueta, y a veces, a comentar sobre ella.  Varias veces me acerqué casualmente al grupo que leía uno de mis rótulos para escuchar los comentarios que se hacían y que variaban desde leerla, agitar la cabeza en consternación, y alejarse tan raudamente como habían llegado al lugar; a otros que obviamente no tenían mucho que hacer y se conglomeraban a hacer comentarios sobre la leyenda, las huellas, y tratar de elucubrar como descubrir al perpetrador de semejante intriga gallinácea.   En un par de semanas, "Por aquí pasó la gallina" estaba en la cabeza y pensamientos de todo el alumnado y el cuerpo docente de este lugar de estudios, y nadie tenía la más peregrina idea del origen de este hierático y sigiloso enigma.  Este desnudo enigma de la etiquetita engomada de "Por aquí pasó la gallina" nunca fué resuelto por ninguno de mis contemporáneos.  ¿Fué esto Ingeniería haciendo su trabajo?  No.  Simplemente Psicología de masas, y porque me divertía grandemente.

Esto es solo una referencia a mis casuales e imponderables pensamientos, pero quiero hablar aquí de la gallina real sin importar por donde ella haya pasado, o de quién es el padre de sus huevos porque no quiero sembrar cizaña (1) en el establecimiento del avem Gallus gallus Domesticus.

(1) La cizaña (Lolium Temulentum) es una maleza rastrojera que tiene mucho en común con cierta basura sub-humana que contamina nuestras sociedades.  Lolium es el nombre genérico que Publius Vergilius Marone, el antiguo poeta Romano de la época de Augusto le dió a esta problemática maleza.  Esta maleza crece en las zonas productoras de trigo y esta plantucha está parasitada por un hongo tóxico, el cual produce un veneno que se acumula en el grano y lo ponzoña a un punto que es mortífero para el consumo humano.  De ahí viene su estricta similitud con los políticos, los abogados deshonestos y los sacerdotes degenerados.

También en esa época estudiantil, la gallina tenía un nexo profundamente arraigado con nuestras exaltadas y galopantes juventudes.  En aquellos memorables e inolvidables tiempos, muy seguido me venían unos impulsos obstinadamente homicidas estertóricos y empecinados que en las noches de luna llena (en realidad en cualquier noche), me inducían con un poderoso impulso irremediable e incontenible de querer "matar la gallina" (2).  Estos asesinatos impulsivos, consecuencia de los efectos naturales y propios de nuestra superproducción de hormonas, nos convertían en el típico caso del extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde, y salíamos por la noche en busca de las víctimas que sucumbirían a nuestro "puñal de cuero". 

(2) La serendipitesca expresión: "matar la gallina", en Chile tiene una connotación sexual afrodisíaca y libidinosa, y a la vez; erótica, genital, carnal y amatoria.  Para los efectos parlante-lingüísticos y etnofonéticos de significado imbuído; la expresión significa: culiar.

Como todos saben, la famosa gallina es un ave domesticada, una subespecie del ave roja salvaje.  Está coronada entre los animales domésticos más numerosamente comunes en la faz de la Tierra, con una población ebullente y constantemente creciente de la que un censo en 2003 arrojó más de 24 mil millones de integrantes.  Hay más gallinas en el planeta que cualquier otra especie de pájaro incluyendo al pájaro loco; las que nosotros los hambrientos seres humanos las usamos principalmente como una fuente de alimentación, consumiendo su carne y sus huevos; y el resto, lo usamos para manufacturar una miríada de subproductos mayormente domésticos.

Se cree que la domesticación más antigua conocida hasta la fecha de la gallina se produjo en el norte de China unos 8.000 a 10.000 años antes de la Era Común (AEC).  Esto se determinó a partir de la datación arqueológica por radiocarbono de los huesos de pollo.  Estudios genéticos anteriores a esta datación, rubrican múltiples orígenes maternos en el Este y Sureste Asiático, pero la rama descendiente o "Klados" encontradas en las Américas, Europa, el Medio Este y en África, se originaron en el subcontinente Indio.  Desde la India entonces, el viajero pollo casero fué importado a Lydia (actualmente Turquía) en el Oeste del Asia Menor y Grecia por allá por el siglo V antes de la Era Común (AEC).  En Egipto desde mediados del siglo 15 AEC, la gallina se conocía como "el pájaro que da a luz todos los días".

También contribuye a la creencia de que la domesticación temprana de la gallina se originó en el sudeste asiático, es probable porque la palabra para denominar al pollo doméstico: "Manuk", se deriva de la reconstruída lengua Proto-Austronesia, hablada por la cultura Lapita, los que criaban perros, cerdos, y gallinas como animales domésticos.  La cultura Lapita fué la primera cultura neolítica de Oceanía, quienes eran habitantes prehistóricos de Océano Pacífico desde 1,600 AEC hasta el año 500 AEC.  Los arqueólogos piensan que los Lapitas fueron los antepasados de las culturas históricas en la Polinesia, Micronesia, y algunas zonas costeras de Melanesia.

Un dato curioso que se atañe a los chilenos, es que también se cree que después de que la gallina llegó a la Polinesia por los Lapitas hace unos 3.300 años atrás, arribó a las Américas.  Aunque muchos historiadores suponen (acuérdese que solo los tontos suponen) que la gallina domestica había sido traída a las Américas por los conquistadores españoles, pero esta teoría fué derrotada porque se encontraron restos gallináceos precolombinos de esta especie en varios sitios a través de todo el continente americano, especialmente en la zona de "El Arenal-1" en Chile, que datan cerca del año 1350 de la Era Común.  Las gallinas Castellanas del navegante Español Cristóbal Colom llegaron atrasadas a las Américas por lo menos unos 150 años, mientras que El Trauco ya comía gallinas "al palo" en Talcahuano.

El Arenal-1 es un sitio arqueológico en la península de Arauco ubicada en el centro sur de Chile (Talcahuano), donde se ha identificado evidencia directa de contacto pre-colombino con la gente de mar de la Polinesia, entre los años 1300-1420 de la Era Común.  El sitio se encuentra a 3 km hacia el interior desde el lado sur de la península de Arauco. 

Los artefactos encontrados en El Arenal-1 incluyen cerámica y otros objetos que ilustran una directa conexión con el complejo horticultural "El Vergel", lugar en Chile en que ya estos horticultores vivían aproximadamente entre los años 1000 y 1500 de la Era Común.  Estas fechas se han determinado usando termoluminiscencia en cerámica, las que sugieren que El Arenal-1 fué ocupado entre aproximadamente los años 700 y 1390 de la Era Común.

En el 2014, una reciente secuencia obtenida de ADN antiguo y moderno de los gallináceos en cuestión (Thomson et al.), identificó los presuntos marcadores genéticos de las auténticas gallinas polinésicas.  Los científicos atestiguan que entre los pollos de la Polinesia hay un grupo determinado de ADN mitocondrial llamado Haplogrupo D, que es la rúbrica del linaje gestador de las gallinas Polinésicas.  El Haplogrupo E es la pieza clave de evidencia genética para establecer la presencia precolombina de las gallinas de la Polinesia en la costa de América del Sur.  Thompson dice que la presencia del Haplogrupo E existe tanto en las gallinas de Rapa Nui (Isla de Pascua) como en el área costera de El Arenal-1 en Chile.

Thomson y sus colegas argumentan que la presencia del Haplogrupo E en pollos de Rapa Nui es la contaminación.  Si los pollos ya estaban contaminados a esta altura, esto es prueba fehaciente de la temprana presencia de políticos halitosos de mentalidad "foetor ex ore" en el área afectada.  En todo caso, no es culpa de las gallinas.  O sea que la gallina es más vieja que mear en las murallas.

La Leyenda

Esta es la historia de cómo la gallina salvo a la civilización Occidental y de cómo conquistó el mundo.  Se dice que la epopeya comenzó hace unos 10.000 años atrás en una perdida y primitiva selva asiática, y que ahora la gallina se ha establecido en todas las cocinas del planeta.

Según la leyenda, este sabroso pajarraco que salvó a la civilización occidental fué casualmente descubierto en el costado de una carretera en Grecia, durante la primera década del siglo V antes de la Era Común.  La leyenda nos cuenta que el general ateniense Temístocles (cuyo nombre significa: "Gloria de la Ley:) y que participó en la batalla de Maratón y combatió a los Persas en dos invasiones; iba en camino para hacerle frente a las fuerzas persas invasoras cuando se detuvo en su marcha para observar a dos gallos de pelea que estaban trenzados en singular y mortal combate, y entonces llamó a sus tropas diciéndoles: "He aquí, éstos no luchan por sus dioses domésticos, ni por los monumentos de sus antepasados, ni por gloria, por libertad o por la seguridad de sus hijos, pelean sólo porque uno no le va a ceder el paso al otro".

La historia no describe que fué lo que pasó con el gallo perdedor, ni tampoco explica por qué los soldados encontraron este abierto despliegue de agresión instintiva y sin sentido como una profunda fuente de inspiración en vez de pensar que esta riña de gallos, era inútil y deprimente.  Pero la historia cuenta de que los griegos se arengaron tanto con este hecho, que inspirados y suscitados repelieron a los perversos persas invasores de mierda.  Basados en esta leyenda, entonces la preservación de la civilización occidental que conocemos hoy hay que agradecérsela con honores a esas plumíferas y belicosas criaturas a las cuales hoy recordamos comiéndonoslas apanadas, fritas, asadas, en sopa, o bañándolas en la salsa de nuestra elección; con lo que la gallina (o el pollo) se ha convertido en la comida ubicua e ineluctable de nuestra era, cruzando fronteras culturales, políticas, etnolingüísticas y físicas con una facilidad pasmosa.

La gallina cruzó desde su cultura guerrera al ambiente culinario con el advenimiento de la segunda(3) revolución industrial.  Según lo que nuestros arqueólogos han descubierto y saben hasta la fecha, estas aves fueron domesticadas inicialmente, no para comérselas; sino que para peleas de gallos.  Cuando llegó la era de la producción industrial en gran escala en el siglo 20, la contribución económica y nutricional de los pollos dejó de ser modesta.

(3) La Primera Revolución Industrial fué el proceso de transformación económica, social y Tecnológica que se inició en la segunda mitad del siglo XVIII en Gran Bretaña, y que se extendió unas décadas más tarde en gran parte de Europa occidental y en los  Estados Unidos, la que concluyó entre 1820 y 1840 .

Incluso el Griego fabulista Esopo usó las gallinas para sus fabulas y enseñanzas.  Esopo era un personaje de aspecto realmente repugnante.  Era barrigón, poseía un torso cortísimo y deforme, su cabeza era también deforme, poseía una enorme nariz chata, era de piel oscura, enanoide, cojo patizambo, no podía abrir los ojos completamente, su labios oscuros parecían pedazos de hígado, en otras palabras; la humanidad física de Esopo ilustraba a una monstruosidad mirífica que hacía lucir bien hasta al Chupacabras, pero a pesar de todo esto; su cerebro era el de un Titán colosal.

Solo con el propósito de ilustrar mi historia, les recordaré una fábula de Esopo sobre las gallinas.

En una granja perdida en el campo, en un amplio y cómodo corral vivían una parvada de gallinas.  Algunas de estas gallinas estaban muy bien nutridas y cebadas; y otras, se veían bastante más flacas y desmedradas.  Como en toda sociedad, estos grupos estaban separados por el ancestral clasismo que afecta a todas las criaturas de la faz de la tierra.


Las gallinas gordas y mofletudas, orgullosas de su buena y saludable apariencia y proporciones, constantemente se burlaban de las gallinas escuálidas y desnutridas, y se burlaban de ellas mofándose de su apariencia.  Las insultaban llamándolas huesudas, desgarbadas, muertas de hambre, enfermizas, depauperadas, etc., y todo porque estas gallinas eran más flacas que canilla de canario.


Cuando llegó el Año Nuevo, el pueblo cercano se preparaba para una fiesta, y el dueño de las gallinas ofreció algunas de sus gallinas para preparar algunos platos para el banquete de la festividad.  Entonces el granjero se fué presto al gallinero, y eligió las mejores gallinas que tenía.


La elección no fué nada de difícil. El granjero se precipitó veloz sobre unas cuantas de las gallinas más regordetas que tenía, y cogiéndolas por las patas, les estiró el cogote con un habilidoso movimiento, y las mató.  Las otras gallinas orondas corrían en pánico total por el gallinero tratando de salvar sus vidas, mientras que las gallinas flacas observaban la hecatombe gallinácea sin inmutarse.

Cuando el granjero tuvo las gallinas que necesitaba, dejó el gallinero y regresó a su casa dejando al resto de las gallinas guatonas en estado de pavura.  Entonces cuando las gallinas gordas se dieron cuenta de su fatal destino, envidiaron la mejor suerte de sus compañeras flacas y esqueléticas, y nunca más se burlaron de ellas.

Esopo siempre tenía una moraleja en sus fabulas, y la moraleja para ésta es:

No despreciemos jamás a los débiles; quizá tengan algunas ventajas sobre nosotros.
-Aesop-

Nota del Autor:
Cuando el granjero "mató las gallinas", esto no tiene nada que ver con la apostilla reseñada anteriormente en esta gallinácea crónica.

Previamente a este suceso, la gallina no pudo competir con el caballo o el buey o la mula quienes movían a la humanidad sobre sus veloces y poderosos cascos, así que la gallina no pudo hacer nada para cambiar el curso de la historia humana aparte de haber salvado nuestra civilización Occidental, pero cuando la segunda patita de la revolución industrial se concretó, la gallina se convirtió en un elemento esencial para la subsistencia humana en el planeta.

La gallina alcanzó su reconocido estrellato en el año 2004 cuando un equipo internacional de genetistas obtuvo por primera vez un mapa completo del genoma de la extraordinaria y asombrosa gallina.  La gallina fué el primer animal domesticado, el primer pájaro, y como resultante evolutivo; el primer descendiente de los dinosaurios; por lo tanto: ¡Honor y Gloria a la Gallina!

El mapa del genoma de la gallina suministra una excelente oportunidad para facilitar el estudio de cómo milenios de domesticación puede alterar una especie en forma tan amplia y dinámica.  En un proyecto liderado por la Universidad de Uppsala de Suecia, donde Michael Zody –un Biólogo Computacional que desarrolla estudios sobre genética en el Instituto Broad de Harvard y el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT)- y sus colegas han estado investigando las diferencias entre el la gallina selvática roja (red junglefowl) y sus descendientes de corral, nuestras contemporáneas gallinas; incluyendo las "razas" de gallinas criadas para producir cantidades prodigiosas de huevos, y la clase "broiler", raza que es regordeta y con mucha carne.

Estos brillantes investigadores encontraron una serie de mutaciones fundamentales en un gen llamado TBC1D1, que es el que regula el metabolismo de la glucosa.  En el genoma humano, las mutaciones en este específico gen se han asociado con la obesidad.  Con esto se establece que los guatones son medios gallináceos, pero contrario a esto; esta mutación genética en las gallinas destinadas a la mesa de comer, es un rasgo positivo en esta criatura. 

Otra mutación transcendental que resultó de la cría selectiva, es en el gen receptor de la hormona estimulante de la tiroides llamada TSHR.  En los animales salvajes este gen coordina la reproducción con la duración del día y las temporadas meteorológicas confinando la reproducción y cría a temporadas específicas.  La mutación que permitió incapacitar las facultades hereditarias de este gen ahora les permite a las gallinas criar y ponen huevos todos los días del año.  ¿Qué cosas, no?

La Gallina hoy

Según las estadísticas recolectadas por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, en el año 2011 la cantidad de gallinas en el planeta pasaba los 19 billones, aproximadamente tres gallinas por persona.  El ganado es segundo en la carrera de reproducción, seguidos por los políticos; ¡perdón, por los cerdos!, y finalmente las ovejas.

Con tantas bocas que alimentar, China es el líder mundial en el número de gallinas, cerdos y ovejas, mientras que Brasil lidera la producción de ganado para los amantes de la carne de vaca muerta, la India y su reverencia por este Bovinae, sostiene el primer lugar en el mundo con en el mayor número de ganado, sagrado; o nó.  Expresado en número de ganado en general per cápita, Nueva Zelanda tiene la distinción como el pastor ganadero más productivo del mundo con 7,5 ovejas neozelandesas por cabeza humana; y también es el segundo productor mundial de ganado con 2,3 vacas por persona.  El productor número uno del mundo en vacas (yo no compilé estas estadísticas), es la República Oriental del Uruguay (no sabía que había tantos chinos en Uruguay) con un promedio de 3,7 vacas por ciudadano.  En cuanto a las gallinas, el Estado Soberano de Brunei, un país del tamaño del Estado de Delaware en USA; o un poco más grande que la Ciudad de Buenos Aires en Argentina, lleva la Guaripola (batuta para los deschilenizados) en la producción de aves, sosteniendo el récord de 40 pajarracos por persona.  ¿Qué cosas, no?

En los Estados Unidos el consumo promedio anual de gallina por persona en 1965 fué de 44.4 libras, y basados en las estadísticas que no mienten, el consumo promedio de gallina por gringo en el año 2016 va a ser de 107.6 libras, unos 49 kilos.  El consumo de carne de vaca para el 2016 se calcula en 55 libras por persona, una disminución desde 74.7 libras por persona en 1965.  Para que anote en su récord, los malditos políticos desgraciados producen más mierda que pollo y carne combinados en el planeta, pero es lo que hay.

El comercio de la carne de gallina es un gran negocio mundial.  Según la USDA, solamente en los Estados Unidos (porque aquí hay más guatones grasientos que en ninguna otra parte del sistema solar) en el año 2009 se produjeron 8.6 billones de gallinas.  Desde ese tiempo dejaron de contar...  porque la producción de gallinas se elevó desde 1,381 millones de libras en 1950, a 40.932 millones de libras en 2013 en términos de carne de consumo.  Si consideramos que el precio promedio por libra de carne procesada se estima en US$2.10 por libra para el 2016, el negocito dejaría unos US$85.957.200.000,00 al año.   ¡Chuuuchas!

Pero la gallina doméstica no es sólo una fuente de proteínas y huevos, sino que empaquetan mucho más debajo de sus plumas de lo que uno puede ver.

La Realidad de la Gallina

·         Las gallinas domesticadas han sido criados por los seres humanos asiáticos desde las selvas del Asia.
·         Los científicos han demostrado que las gallinas madres despliegan signos de empatía por sus pollitos.
·         Los pollos son capaces de recordar y reconocer más de 100 caras; también pueden reconocer los güeones de los seres humanos.
·         Al igual que otras aves y mamíferos, las gallinas experimentan le etapa REM durante el sueño.
·         Los pollos tienen un comportamiento social muy sofisticado con una jerarquía de dominación donde los individuos más altos dominan individuos subordinados.  De aquí es de donde proviene la ley del más fuerte.
·         El macho dominante (gallo) protege a las mujeres (gallinas) quienes optan por alimentarse cerca del gallo por seguridad.
·         Las gallinas establecen una compleja comunicación donde cada llamada tiene un significado específico.  Las gallina poseen más de 30 tipos de vocalización distintos de los que somos conscientes, y sus significados van desde el llamado a los pollitos jóvenes, llamadas de alarma, y llamadas para ​​alertar a otras gallinas sobre el paradero de los alimentos.
·         Las gallinas tienen diferentes llamadas de alarma para los tipos específicos de depredadores que las amenazan, y que les permiten a sus congéneres saber el tipo de amenaza a la que enfrentan, y qué tipo de comportamiento adoptar para evitar su depredación.
·         Las gallinas son capaces de comprender que cuando un objeto se les quita y es escondido, el objeto todavía existe.  Los cabros chicos humanos son incapaces de entender esto.
·         Las gallinas son madres muy afectuosas y cariñosas.  
·         Las gallinas no pueden saborear la dulzura en los alimentos pero pueden detectar la sal, y la mayoría opta por evitarla.
·         LA gallina tiene más huevos que nosotros.  Una gallina saludable pone alrededor de 265 huevos al año.
·         Las gallinas ponen huevos blancos, cafés, azules y verdes.
·         La gallina es el pariente vivo más cercano al Tiranosaurio-Rex.
·         Hoy se producen más de 50 billones de gallinas al año.
·         Cacarear y no poner es malo en la gallina; peor en la mujer.

Y hasta aquí llegan mis surtidos pensamientos sobre la extraordinaria y fenomenal gallina.   Y no me queda más que decir que: ... Por aquí pasó la gallina...



El Loco