La Ruta del Bezoar Ibex

 Junio 1°

En un día como hoy, esto ocurrió en nuestro planeta:

1215 EC: Pekín (hoy Beijing), entonces una ciudad de más de un millón de habitantes, bajo el control del gobernante Jurchen, el emperador Xuanzong de Jin, es capturada y saqueada durante un mes por los mongoles bajo Genghis Khan. 

1964 EC: Kenia se convierte en república con Jomo Kenyatta como su primer presidente. 

1998 EC: Se funda en Bruselas (Bélgica) el Banco Central Europeo para definir y ejecutar la política monetaria de la Unión Europea.  La Unión Europea se estableció formalmente en el Tratado de Maastricht, cuyos principales arquitectos fueron Horst Köhler, Helmut Kohl y François Mitterrand, y entró en vigor el 1° de Noviembre de 1993.  El tratado también dió a la CEE (European Economic Community) el nombre de Comunidad Europea, aunque se hiciera referencia a ella como tal antes del tratado.


Capra Aegagrus Aegagrus

El título de este escrito no dice mucho y no es muy claro.  Un Bezoar Ibex, para los que se preguntan qué es esto, Bezoar Ibex es la Capra Aegagrus Aegagrus, en otras palabras más masticables, es la cabra salvaje, ese animal que vive en las montañas y limita al Sur con la cola, al Norte con los cachos, tiene cuatro patas que llegan hasta el suelo, y la versión femenina del Bezoar Ibex, tiene un guante entre las piernas traseras.  Con esta clara descripción, ahora usted sabe exactamente lo que es un Bezoar Ibex, o cabra salvaje. 

Hablo de esto en este escrito porque quiero contarles que por un tiempo bastante largo ya, cada Domingo por la mañana a eso de la 7:00 AM un amigo y yo nos vamos a incursionar a una cadena de montañas ubicada cerca de donde vivo.  Yo vivo en el Estado de Virginia, y este sendero montañoso está en el vecino Estado de Maryland.  El viaje a este lugar toma alrededor de 40 minutos en un vehículo veloz. 

La ruta del sendero que excursionamos se llama “The Billy Goat Trail” (el sendero del Cabro Billy).  El Billy Goat Trail es una ruta de senderismo de 7.6 kilómetros que sigue un camino entre el canal C&O (Chesapeake y Ohio) y el río Potomac dentro del Parque Histórico Nacional Chesapeake y Ohio Canal cerca de Great Falls en el condado de Montgomery, Maryland. 

El C&O canal tiene 297 kilómetros de longitud, pero nosotros caminamos solo 7.6 kilómetros de éste.  Esta ruta operó desde 1831 hasta 1924 a lo largo del río Potomac entre Washington, D.C. y Cumberland, Maryland como medio de transporte fluvial para pequeñas embarcaciones comerciales.

 

Primera etapa

La porción en la que cada Domingo caminamos es llamada sección “A”.  Este trecho es muy rocoso, no hay ninguna superficie plana, el sendero está sembrado de aquifers* y charcos variados después de una lluvia y es siempre hacia arriba o hacia abajo en una senda incrustada de rocas y piedras que hacen muy difícil el caminar, el ascenso, y ponen a prueba nuestro equilibrio a cada paso.  Trepar y descender sin el calzado y la ropa apropiados es muy peligroso.  

No se necesitan crampones*, pero sí zapatos de senderismo.   Cada Domingo (en realidad la gran mayoría de los fines de semana y cuando el tiempo lo permite), la excursión de punta a cabo nos lleva alrededor de 3.5 a 4 horas y terminamos más agotados que Chasqui con asma, pero triunfantes.  El sendero es apto para Cabras y Cabros.  De ahí su nombre. 

Un Chasqui era un mensajero del imperio Inca.  Estos Incas eran muy ágiles, y se mantenían en una forma física fenomenal.  Su trabajo era el de llevar mensajes en forma de quipus (una cuerda con nudos estratégicamente ubicados, quizá el equivalente a nuestros textos de hoy) o información oral; y pequeños paquetes.  A veces llevaban estos paquetes e información desde el mar hasta el altiplano.  Comparados con ellos, la Wells Fargo parecía una tortuga paralítica con convulsiones caminando hacia atrás. 

Comenzamos la excursión alrededor de las 7:30 de la mañana.  A esa hora no hay muchos Tarzanes de Jardín, así que hay menos tráfico y el derrotero es más deambulable.  A esa temprana hora de vez en cuando se ven los proyectos de excursionistas que normalmente regresan después de caminar alrededor de un octavo de la ruta, espantados de lo que han visto.  Además, muchos de ellos no están aperados en forma apropiada, ¡es como presentarse con un cuchillo a una pelea de ametralladoras! 

La primera milla es la más fácil, pero la palabra fácil se traduce como “muy difícil” en el vocabulario de los habitantes de ciudades quienes consideran que ir al parque es una “excursión”.  Lewis and Clark se cagarían de la risa si pudieran ver a estos excursionistas (incluídos nosotros). 

La Expedición de Lewis y Clark, también conocida como Expedición del Cuerpo de Descubrimiento, fué la expedición realizada por los Estados Unidos para cruzar la recién adquirida parte occidental del país después de la Compra de Luisiana.  El Cuerpo de Descubrimiento era un grupo selecto de voluntarios civiles y del ejército de los EE. UU. bajo el caudillaje del Capitán Meriwether Lewis y su amigo cercano, el segundo teniente William Clark. 

Clark, junto con otras 30 personas, partió de Camp Dubois (Camp Wood), Illinois, el 14 de Mayo de 1804, y se reunió con Lewis y otros diez miembros del grupo en St. Charles, Missouri, y luego ascendió por el río Missouri.  La expedición cruzó la División Continental de las Américas cerca del Paso Lemhi y finalmente llegó al río Columbia y al Océano Pacífico en 1805.  El viaje de regreso comenzó el 23 de Marzo de 1806 en Fort Clatsop, Oregón, y finalizó seis meses después, el 23 de Septiembre de ese año.  ¡Estos sí son exploradores! 

Después de sortear una infinidad de rocas filudas con aristas sobresalientes del suelo, respirar por la nariz para no tragarnos los mosquitos y después de saltar por sobre una gran cantidad de árboles caídos, tuvimos la primera visión de las orillas del río Potomac.  A este punto, los sobacos ya están gritando y escupiendo y los pies comienzan a experimentar dolor y lasitude* sin contar con el olor que se está destilando peligrosamente dentro de los zapatos. 

A medida que avanzamos, las rocas son más grandes y altas y muy filudas.  Tengo una pequeña colección de cicatrices en las piernas que me recuerdan paseos anteriores y las abundantes caricias de las rocas.  El amortiguado, claro e hipnótico rumor de las ágiles aguas del río Potomac es omnipresente, subrayado por el alegre cantar de las aves.  Los árboles se hacen presente en todas las porciones de la ruta, desde latizos* hasta los de tamaños colosales.  Su presencia en Invierno y Verano le dan al paisaje una vestimenta extraordinariamente diferente. 

Después de una hora más o menos de marcha, se encuentra una vía de escape del sendero para aquellos que comienzan a tener dudas de poder terminar la excursión.  Comenzando en este punto, las rocas y piedras se transforman en tamaños simplemente abrumadores las que ya me han perpetrado agujeros en los guantes.  Uso guantes para proteger mis habilidosas manos de las afiladas de las rocas. 

A mi edad ya no puedo saltar de roca en roca como lo hacía antaño como en aquellos idos días de Pangal y Agua Fría.  No estoy viejo ni desusado bajo ningún punto de vista, pero estoy más gastado ya, y la mayoría de mis garantías físicas han expirado.  Un ejemplo de esto es que mis amortiguadores (rodillas) ya no son tan efectivos como entonces, ¡y ahora tengo dolores en músculos que no sabía que tenía!     

Mi compañero de andanzas (Darren) siempre se preocupa de la vida salvaje que pudiese estar presente en estas montañas.  De hecho, esta zónula* es habitada por osos negros, gatos monteses, ciervos, y grandes murciélagos de color café entre otras 50 especies de vida salvaje, pero donde se encuentra el sendero nuestro, solo he visto ciervos, tortugas, pájaros carpinteros, un festival de otros pájaros, gansos canadienses, patos, pavos, peces haciendo piruetas en las cascadas del río, ranas, sapos, ocasionales salamandras, y un trillón de mosquitos incluída la Drosófila Melanogaster. 

Una vez Darren me preguntó si se encontraban coyotes es esta área.  Le respondí que los únicos coyotes que posiblemente estuviesen deambulando por estos lares, eran mexicanos.  Se pueden reconocer fácilmente porque siempre están seguidos de una larga fila de centroamericanos…  El coyote es el peligroso, los seguidores no. 

Caminar y ascender en esta nirvana natural es relajante y satisfactorio.  El aire limpio me llena los pulmones y se apura cada vez más en salir de ellos a medida que me canso.  Las piernas y el resto del cuerpo se mantienen funcionando sin fallas ni demoras.  La diafóresis ya tiene mi gorra mojada y los sobacos han comenzado a cantar fábulas de mal olor y humedad galopante.  Esto por lo menos ayuda a espantar a los mosquitos más delicados.

 

Segunda etapa

Una vez que alcanzamos el término de la primera porción del sendero donde se encuentra el primer escape, y donde un funcionario de Parques y Jardines se estaciona con un valiente y decidido perro de rescate aderezado con sus pertrechos de primeros auxilios; decidimos si continuamos la marcha, o apretamos cachete. 

“Apretar cachete” (o apretar cueva) es una expresión de énfasis localista chilena.  Cuando uno se dispara a correr repentinamente; involuntariamente y como reacción muscular lógica, los “Gluteus Maximus” o “cachetes” del trasero se contraen (o se aprietan) con una fuerza increíble.  Esto evita, además de que haya un escape de siniestros gases nocivos cuasi-funestos  y repentinos ruidos guturales extraños producidos por nuestra humanidad bajo presión. 

Normalmente no nos detenemos en esta posta y seguimos ágil y alegremente avanzando sobre la segunda etapa del rastro.  Al término de esta etapa es cuando los niños son separados de los hombres que pueden llegar al final.  Hay muchos que aquí vuelven sobre sus pasos cuando ven a una amenazadora formación rocosa casi vertical, la que a simple vista, es imposible de escalar.  Entonces, embadurnados de temor inician el regreso a la seguridad. 

Esta roca está a mitad de camino entre la primera posta y la segunda salida del sendero.  Antes de llegar a este apocalíptico peñasco, hay que sortear un largo y tumultuoso derrotero sembrado de magníficas piedras siempre asurgentes* y resbalosas, las que ponen a prueba todo el poder físico de nuestra naturaleza humana.  Bajo ningún punto de vista usted debe embarcarse en esta demandante excursión si tiene diarrea.  Una fuga de gas puede resultar rápidamente en puré con salsa.  Pero en fin, hay un montón grande de rocas, peñascos y piedras para pisar. 

En todo el trayecto, la historia geológica de este lugar es increíble si usted puede reconocerla, o por lo menos, parte de ella.  Subrepticiamente, se encuentran algunos dobleces visibles del terreno que exhiben de extranjis* una capa llamada metagrauvaca, proveniente del período Cámbrico Inferior.  El Cámbrico es el primer período geológico de la Era Paleozoica, y del Eón Fanerozoico.  No me acuerdo si esto lo leí en “Condorito” o en una enciclopedia geológica. 

Para los turistas, Condorito (Pequeño Cóndor en Castellano) es una serie de historietas cómicas chilena que simboliza a un cóndor antropomórfico que vive en un pueblo ficticio llamado Pelotillehue, la imaginaria representación de un típico pueblito cantonal chileno. 

A veces me cuesta recordar por donde seguir el sendero a pesar de que hay unos marcadores azul-celeste en los árboles y en las rocas.  La memoria me comienza a fallar a mi edad, y he descubierto que nos pasan tres cosas importantes e impactantes cuando comenzamos a entrar a la tercera etapa de nuestras vidas.  Lo primero que pasa es que empezamos a olvidarnos de las cosas, y de la segunda y la tercera cosa no me acuerdo. 

Antes de escalar esta amenazante e intimidante roca casi vertical (una muestra sobresaliente de metagrauvaca), a veces nos tomamos un pequeño descanso porque la ascensión de este trecho es exhaustivo, fatigador e intimidante.  Más que un descanso, es una pausa consciente.  Esta es la parte filosófica de la jornada. 

Una pausa consciente es la práctica intencional de un breve momento de atención plena, el que se inserta en nuestra rutina diaria, o al menos, debería serlo.  Esta pausa es una poderosa herramienta para recuperar la presencia mental y reducir el estrés en medio del ajetreo de la vida moderna.  Yo practico esto a menudo, pero a pesar de esto, lo de loco no se me ha quitado ni un ápice.  Durante una pausa consciente, uno observa sus pensamientos, emociones, relaciones, sensaciones corporales y el entorno sin juzgar.  

A pesar de esto, consciente o inconscientemente; juzgo.  Pienso que tengo la única y extraordinaria suerte de estar en medio estos maravillosos parajes admirando la belleza del medio ambiente y la grandiosidad de la naturaleza.  Me pregunto: ¿cuántas personas tienen la fortuna y la oportunidad de disfrutar su pretérita ontología*?  Cada Domingo llevo esto en mis pensamientos. 

Al tomar esta importante pausa, usted se sintoniza más concentradamente con su estado interior y su entorno externo, fomentando una sensación de calma y claridad.  Es una oportunidad para salir de las garras del modo de piloto automático, liberarse un poco del estrés, y volver a centrarse en usted mismo.  Si no tiene mucho tiempo para hacer esto durante su atareada y veloz vida, practique este principio cuando esté haciendo el N°2 en la Mansión del Esfuerzo, aunque el medio ambiente y el perfume serán radicalmente diferentes.  Lo más probable es que nadie lo moleste durante este molimen*.  ¿Qué cosas, no? 

Escalar la muralla de piedra toma toda su concentración, su atención completa para asegurarse de donde pone sus pies y sus manos, un manejo excepcional de su equilibrio, y unas gónadas bien sujetas al cremaster* mientras escala las filudas y brutales rocas.  Durante esta tensa y  nerviosa función, le he infligido varios hoyos a mis valientes guantes, además tengo un muestrario de rasguños en mis piernas y canillas para acompañar moretones surtidos en mis rodillas y codos.  

Estos son los orgullosos trofeos ganados con esfuerzo, riesgo y sacrificio en el transcurso del fin de semana, del que a veces, me toma un par de días para poder recuperarme.  Siempre estoy preparado para caerme.  Si me caigo, me aseguro de caer de cabeza para que no me pase nada en los pies, además; esto es porque lo que me queda de trasero no ofrece mucha amortiguación. 

Una vez conquistada esta fenomenal roca, y después de un aparentemente corto trayecto, se encuentra una pequeña playa a la orilla del río donde podemos descansar unos momentos antes de emprender la tercera y última fracción de la expedición.  Este descanso es una tranquilla playita donde el río le secuestra suavemente y sin permiso un beso a su orilla, y luego se aleja con él desvergonzadamente.

 

Tercera etapa

La tercera etapa de esta jornada es tan agotadora como las dos anteriores combinadas.  Las rocas son cada vez más grandes y difíciles de escalar, las pendientes sin misericordia se hacen cada vez más empinadas, y el terreno pierde completamente la compasión por el caminante.  Hay que mantener un ojo avizor, una concentración constante y un equilibrio casi mágico mientras que los músculos braman por piedad. 

Esta etapa me toma el resto de la energía que me queda, pero cuando la completo, una sensación de triunfo y orgullo se apodera de mi ser, y me regala las golosinas de la serenidad y la satisfacción de haber completado un Domingo más, una tarea que cuando la comencé hace tiempo, me parecía imposible.

 

Viaje corto pero difícil

Un viaje corto a través de un terreno difícil es una aventura marcada por desafíos tanto físicos como mentales, que resume la esencia de la perseverancia y la resiliencia.  Imagínese partir al amanecer antejentacular* y con el cielo teñido por las primeras luces del alba.  Comienza su caminata, las botas montañeras se adaptan concentradamente al suelo rocoso, cada paso requiere una navegación cuidadosa para evitar piedras sueltas, caídas y resbalones repentinos. 

El terreno rápidamente se vuelve más desafiante.  Rocas irregulares sobresalen de la tierra y debe usar las manos para subir pendientes empinadas y desiguales.  El camino, si se le puede llamar así, serpentea de manera impredecible y a menudo se estrecha hasta convertirse en poco más que una precaria saliente.  El sudor gotea por su frente a medida que el sol se eleva hacia el cénit y el calor intensifica su esfuerzo. 

A medida que avanza, el paisaje va cambiando.  Ahora se encuentra con densos matorrales de arbustos espinosos, árboles que dejan poco espacio para pasar, y cada paso hacia adelante requiere empujar para abrirse camino.  El aire está cargado del aroma de las hierbas silvestres y los aullidos y baladros ocasionales de la vida silvestre distante.  De vez en cuando, llega a un punto estratégico para hacer una pausa necesaria para recuperar el aliento.  Si mira hacia atrás, vé el camino atáctico* y sinuoso que ha conquistado, y hacia adelante, le espera aún un tramo igualmente desafiante. 

El recorrido pone a prueba sus límites físicos, pero también su fortaleza mental. Se enfrenta a momentos de duda y miedo, especialmente cuando el camino parece intransitable o cuando aparece la fatiga.  Sin embargo, con cada obstáculo superado, una sensación de logro le impulsa hacia adelante. 

A medida que se acerca al final de la travesía, el terreno comienza a suavizarse poco a poco.  Las rocas dan paso a una pendiente más suave y la densa vegetación es reemplazada por glebas abiertas y más amigables.  Con el destino a la vista, siente una renovada explosión de energía y una profunda sensación de satisfacción le invade lentamente a medida que completa su viaje.

 

Así es la vida

Aunque usted no esté encaramándose por terrenos difíciles, usted se enfrenta con la ardua tarea de la vida diaria y el fragoso trabajo que toma el vivir, y sortea graciosamente todo tipo de dificultades a través del día, y lo hace todos los días, y cansado o nó; se levanta cada mañana y emprende la nueva jornada la que a veces le trae sorpresas inesperadas.  

Este itinerario consuetudinario, aunque breve, simboliza las pruebas y los triunfos que uno enfrenta en la vida.  El terreno difícil, con todos sus obstáculos, refleja los desafíos que enfrentamos, y la resiliencia necesaria para superarlos haciendo preponderar la fuerza de voluntad que llevamos dentro.  Llegar al final no se trata sólo de completar la distancia física sino también del crecimiento personal y de las memorias forjadas en el camino. 

Este tipo de jornada quizá es más difícil de completar que una simple caminata en el lado salvaje de la naturaleza, así que si se cansa durante su jornada, aprenda a descansar y no a rendirse.  ¡Ha! y no se olvide de tomar una pausa consciente.  

Les narro mis historias de este modo porque sinceramente creo que la aventura no está en la meta, sino en la jornada.  Narro estas jornadas para revivir su aventura porque las metas cuando se alcanzan pierden su valor y entonces se tornan efímeras; y se tornan efímeras porque su culminación priva a la aventura del pináculo de la meta.  Lo único eterno y con propósito, es la jornada.   

¿Sabía usted que la multisilábica palabra floccinaucinihilipilificación significa darle a algo o a alguien poco o ningún valor?  Ahora lo sabe.  Por estos lares, todos los políticos mentirosos, los abogados deshonestos y los frailes degenerados son floccinaucinihilipilificadores.  ¿Quizá dentro del ámbito de sus conocidos se encuentre algún floccinaucinihilipilificador?  ¿Qué cosas, no?

 

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Et sub Glossarium Glossarium – (Cum amore legentibus)

Antejentacular - Antes del desayuno

Aquifer - Una formación rocosa que contiene agua

Asurgente - Ascendente; creciente; curvándose hacia arriba

Atáctico – Irregular, desigual

Crampon – Botas con clavos para escalar roca y hielo

Cremaster - Músculo del cual se suspenden los testículos

De extranjis – Ocultamente, furtivamente

Lasitude - Estado de estar cansado o agotado

Latizo – Árbol joven y recto

Molimen - Gran esfuerzo, especialmente en la realización de funciones naturales

Ontología - Ciencia de la naturaleza de las cosas

Zónula - Zona pequeña

 

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Post scriptum et quorumdam suggestionibus pro futurum: Si hay algún tema sobre el cual usted quisiera leer mis traumáticas y ligeramente psicopatísticas opiniones, por favor sugiéralo a:   rguajardo@rguajardo.us. 

Caveat: Mis opiniones pueden resultarle ácidas, demasiado honestas, corrosivas, irreverentes, insultantes, altamente irónicas, acerbas, licenciosas, mordaces y de una causticidad filosófica sin límites conocidos por el ser humano, y quizá no le apetezcan o acomoden intelectualmente; pero es lo que habrá disponible basado en su pedido.  Gracias.  

The Sincipitis Porcus 

El Loco