Este escrito completo es un fragmento de los partos intelectuales
monomáticos pero honestos de un Traficante de Ideas Dementes que aborta
filosofías teorizantes, salvajes y parciales, para que la humanidad pensante se
cuestione... o no.
- The
Humanitarian Hell Raiser (El
Humanitario Creador de Infiernos) – RAG.
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La Muerte
A menudo representada como un esqueleto
vestido en una túnica o sotana y esgrimiendo una gran guadaña, la muerte es personificada
así porque antiguamente se creía que ésta "cosechaba" las almas de
los vivos, robándoles así de la vida. Entre
otros nombres, también se le conoce como Muerte, La Muerte, Grim Reaper, o El Cuarto
Jinete del Apocalipsis; aquella alegórica y ficciosa figura bíblica que monta
el apócrifo Caballo Pálido (bayo, no blanco).
Tanatopsis - Una idea, mil pensamientos
A menudo pienso sobre la muerte. La muerte se supone que sea un acontecimiento
definitivo, pero natural. Muchas veces
no lo es; como la muerte del Amor el que jamás muere de una muerte natural. Estos ácidos pensamientos tanatognomónicos me
asaltan y me emboscan muy a menudo, especialmente desde la súbita, dolorosa, y
espiritualmente anaeréctica muerte de mi bien amado hijo Lucas Martino. Así aprendí a morir estando vivo, para poder
vivir estando muerto.
Hace un poco más de diez años atrás tuve un
encuentro cercano con la muerte. Ésta vino a buscarme en una clara mañana de fuego helado y nieve
candente, y no oculta entre las tenebrosas sombras de la tarde como piensa la
gente. Vino a buscarme presta y sin enojos,
y mirándome fijamente a los ojos. Pero
yo sabía que el secreto de la muerte se oculta encerrado y celoso en el plácido
y reposado espíritu de la vida del presente.
Entonces le escupí en la cara, y obteniendo mi anabiosis; ella hubo de
marcharse; aunque sé que no lo hará para siempre.
La Muerte es una fiel camarada que siempre
nos acompaña silente y devota hasta el final de nuestra jornada. A veces se acerca, y a veces se aleja; pero
siempre está pronta a hacer su cosecha. Sé
que ella volverá por mí algún día, y allí terminará esta áspera y dulce correría
de mi vida. Y como un árbol seco para
siempre, el calendario de mi muralla ya no tendrá más hojas, y ni ayeres ni
mañanas. Por eso es que creo que cada
nuevo día en que despierto vivo, es una irrisoria cortesía extra que me dá la
muerte. Amamos la vida y odiamos la
muerte, y esto es porque la vida es una hermosa mentira, y la muerte una verdad
dolorosa.
Quizá Sir Williams
Shakespeare esté en lo correcto acerca de la vida.
¿Cuál es la naturaleza de la muerte durante la vida?
Creo que la muerte es la fórmula de
entender lo que constituye nuestra propia existencia, porque la vida es la
decepción de la muerte. La muerte del
hombre a través de su existencia determina su finitud, y es la metafísica
indiscutible y axiomática para concebir y entender que el hombre, a divergencia
de cualquier otra entidad viviente en las vastas extensiones del Universo, es el
espécimen más terminalmente afectado y perturbado por la irreversible destructibilidad
y realidad de la muerte.
He concluído de que aunque parezca mórbido,
un hombre que ha pasado por amarguísimas experiencias, sufrido pérdidas
imposibles, sobrellevado los más destructivos escarmientos, tolerado los más
demoledores golpes del Sino, y sobrevivido los más brutales y mordaces azotes
del fátum; aprende indudablemente a disfrutar hasta de sus más profundos y
enfermos sufrimientos. Esto me sucede a
mí.
Quizá la muerte es la explicación de la
existencia misma. Puede que la muerte
sea la puerta al orden de la nada o de la inconsciencia total, o el viaje conclusivo
del espíritu hacia la lejanía inconcebible donde se desvanecerá para
siempre. ¿Es ésta la naturaleza de la
muerte durante la vida? Pues debe de
serlo porque “Vita est Fidelis ad Mortem”
(la vida es fiel hasta la muerte). Sí, y
nuestra vida nos es fiel a nosotros, pero solo hasta la muerte.
Para mí, la muerte no tiene un significado
subjetivo porque filosóficamente tenemos que hablar de ella en forma metafórica
ya que dentro de la irrealidad de la muerte, ésta es real y unidireccional. Ella es irreal durante nuestra vida, pero se
torna real cuando llega. Si nacimos para
morir, entonces ¿cuál es el sentido de la vida?
Por eso es que no es fácil determinar cuál es la naturaleza y el
significado de la vida, y quizá la muerte y su concepto no tienen un significado
subjetivo porque son una noción completamente vacía que carece de presencia. La muerte tendrá un significado filosófico,
pero no tiene ningún significado subjetivo.
No debemos tomar la muerte en serio, ésta solo acaece una sola vez en la
vida.
La percepción y el efecto de lo que es la
muerte tienen un sentido coherente y una función disconforme para los humanos
vivos, empero; la muerte misma no tiene uso o sentido para sí misma. Al igual que el resto de los seres vivos del
planeta desde su incepción hasta su Omega, yo solo sé una cosa de la muerte: su
llegada es comienzo de la ausencia total, de la ausencia sin conciencia. Pero, ¿qué es ausencia
sin conciencia? Si la ausencia sin
conciencia es la nada total, ¿entonces cómo la detectamos?, ¿cómo medimos la
nada total? La muerte nos trae su ausencia
sin conciencia, pero no podemos detectarla porque la muerte se la lleva a
rastras cuando ésta se lleva a sí misma consigo.
Preguntas
Si la muerte es eterna y la vida es sólo un
fugaz suspiro en el infinito manto del tiempo,
entonces; ¿cuál es el verdadero valor de la vida? ¿Es el valor de la verdad, o la verdad del
valor? ¿Es la ausencia de lo eterno, o
lo eterno de la ausencia? ¿Hay un
momento más importante en la vida, o es la vida el momento más importante de la
muerte? ¿Es estar consciente de la
ausencia de la conciencia, o es tener una inconsciente ausencia de conciencia? ¿Qué son entonces Tiempo, Muerte y
Consciencia? Estos no pueden ser términos
generales porque tiempo, muerte y consciencia son siempre particulares al
individuo. Es MI tiempo, MI consciencia,
MI muerte... Ésta es la verdadera
diátesis de la vida. Entonces, ¿será mi
muerte el comienzo de mi más grande aventura?
Presunciones Presuntuosas y Presumidas
Para el extraordinariamente simplista y
pseudo-taoísta Zhuang Zhou, el chino que vivió durante el “Período de los
Reinos Combatientes” en la Centuria IV antes de la Era Común, la muerte es sólo
la transformación de la materia de un estado a otro, tal como la comida se
transforma en caca. Este “filósofo” sin
certificación declara que en un momento estamos vivos, y en otro; somos forraje
de helmintos, y esto es además, algo que debemos celebrar.
Es obvio que el valor de la vida humana por
allá en el siglo IV AEC estaba un milímetro sobre la Drosophila Melanogaster y
sus borceguíes de Rhizopus Nigricans;
cuando nó un decímetro bajo el excremento.
Hay una superstición sobre la muerte de la
esposa de Zhuang Zhou. La alegoría narra
de que después de que la esposa de Zhuang Zhou murió, un amigo de Zhuang Zhou
le encontró golpeando una tina de baño y cantando.
- Vivías con ella, crió a tus hijos,
envejeció y murió. ¿Por qué estas
cantando? - Y Zhuang Zhou respondió:
- “¿Por qué no debería cantar? Vivió, murió, se convirtió en otra cosa. Uno no debe llorar, uno debe celebrar los
cambios, golpear la bañera y cantar. La
muerte no es nada, nada de temer”.
Curiosamente y según la historieta, Zhuang
Zhou dijo “Vivió, murió, se convirtió en
otra cosa”, pero no dijo: se convirtió en forraje de gusanos. Es irrebatible de que la esquizofrenia, la
demencia y el desequilibrio mental eran ya evidentes en el Imperio Chino.
Otros exiliados mentales dóciles de pensamiento
plantean que la muerte vive con nosotros hasta que decide partir, pero; ¿cómo
es posible que la muerte viva? Acaso ¿no es la muerte la negación de la vida
y lo absolutamente contrario a ésta?
Además, la muerte no puede partir a no ser que la acompañemos nosotros. El problema es que todas nuestras ideologías son
contrarias a la psicología humana como por ejemplo, siempre fabricamos una
filosofía para nuestra falta de valentía; y esto es porque el Hombre es la
única creatura que se niega a ser y reconocer lo que es.
Ad Rem (de vuelta a la realidad)
Platón manifiesta en su “Apología” y en su diálogo “Crito” que la preferencia de Sócrates era
el mantener sus principios morales y morir, antes que violar estos sólidos principios
suyos para prorrogar la muerte.
El relato de su muerte proclama a Sócrates heroicamente
aceptando la muerte -a quien no conocía- por defender sus principios, y
mientras bebía libre y tranquilamente la Cicuta
Virosa filosofaba en voz alta mientras que el veneno lo mataba. Este necrótico acto de Sócrates no solo expresa
un embrión de desafío en contra de sus sicofantas, pero además; un cuidadoso y
premeditado desafío hacia el Estado.
Con respecto al mandato del Estado,
Sócrates obedecerá sus dictámenes a menos que se le ordene el dejar de
dedicarse a la filosofía. El Estado le
deniega esto, y Sócrates desacata el mandato.
Entonces, ¿cuál fué la naturaleza de la muerte durante la vida de
Sócrates?
Al igual que el resto de los seres vivos
del planeta desde su incepción hasta su Omega, yo solo sé una cosa sobre la
muerte: su llegada es el comienzo de la ausencia total de conciencia. Quizá el final entonces es el principio del
principio, y el principio del principio es el fin del final. Consecuentemente, ¿la muerte hace que nada
importe, o hace que todo importe? ¿Es la
vida una riqueza natural, o es una muerte artificial?
La pregunta prevalece: ¿Cuál es el valor y la
naturaleza de la muerte durante
la vida?
Esta pregunta se la hago a usted. No trate de racionalizar esta pregunta porque
racionalización es la mentira que nos decimos a nosotros mismos, y es lo que usamos
para enmascarar la advertencia de conflicto en nuestra conciencia. Debemos recordar que la verdadera integridad humana
no necesita leyes.
Entonces, pregúntese usted: ¿Cuál es el
valor y la naturaleza de la muerte durante Mi vida?
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Et sub Glossarium
Glossarium – (Cum amore legentibus)
Tanatognomónico
– Característico de muerte
Tanatopsis - Vista o
reflexión sobre la muerte
Anaerética – Destructiva
Diátesis – condición
particular del cuerpo o de la mente; factor predisponente
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Post scriptum et quorumdam suggestionibus pro futurum: Si hay algún tema sobre el cual usted quisiera leer mis
traumáticas y ligeramente psicopatísticas opiniones, por favor sugiéralo a: rguajardo@rguajardo.us.
Caveat: Mis opiniones personales pueden resultarle ácidas, demasiado
honestas, corrosivas, irreverentes, insultantes, altamente irónicas, acerbas,
licenciosas, mordaces y de una causticidad filosófica sin límites conocidos por
el ser humano, y quizá no le apetezcan o acomoden intelectualmente; pero es lo
que habrá disponible basado en su pedido.
Gracias.
El Loco