Antes de concurrir a este lamentable funeral al
que muy pocas personas podrán asistir por derecho propio, me gustaría poder
recordar algunas significativas importancias de la heroica y fructífera vida de
ésta, nuestra querida familia ahora
difunta; la Familia Cordura Acumen, quienes se sostuvieron hazañosamente
mientras fueron capaces de existir. Esta
es una ligera reseña panegírica de sus azarosas vidas desde circa su nacimiento. La Familia Cordura Acumen, Q.E.P.D.
Aristóteles
Aristóteles, ese antiguo filósofo y científico
griego quien fué nacido por allá por el año 385 antes de la Era Común (la era
de la fantasía) en la ciudad de Estagira, una antigua ciudad griega situada en la
región central de Macedonia (Chalsis), aquella histórica región geográfica de la
Grecia Clásica al sur de la montañosa comarca de los Balcanes, una soberbia gran
cordillera que baña sus pies en el Mar Negro.
Aristóteles fué el primer hombre conocido de
quien se sabe que haya discutido la atañida filosofía sobre el asunto del
"Sentido Común" lo que genera la Cordura, dándole nacimiento a esta familia
a la que estamos enterrando viva.
Aristóteles describió a la Familia Cordura Acumen como un ente con la
simple capacidad con la que nosotros los quebradizos y volubles humanos, usamos
y usufructuamos del proceso de percepciones sensoriales, de los recuerdos y la
imaginación, y de otros procesos racionales y cognitivos con el solo propósito
de forjar especímenes de insensateces y desatinados tinos elementales. Sólo el pensamiento razonado traspasa la
frontera intelectual de la Familia Cordura Acumen.
Esta familia vivió esforzadamente enredada con
nuestra decadente y lánguida raza humana por muchísimos años, a pesar de que la
mayoría de los entes vivientes de este planeta no les escuchaban u oían, o se
resistían a beneficiarse de sus claras y valiosas enseñanzas. No sabemos exactamente o inexactamente de la
antigüedad natalicia de esta notable familia al momento de su tránsito. El poder de su mensaje comenzó a erosionarse
con el cáncer de la avaricia, la mediocridad, la egolatría narcisista, la
usura, la política, y una gran serie de otros alifafes* e insanas fiebres
humanas proto-emocionales del juicio de lo que llamamos: el Hombre, el que
cuando no está situado un milímetro sobre el simio, está un decímetro bajo el
cerdo.
Los heroicos y sensatos gestores de esta
familia fueron el Señor Verdad y la Señora Conciencia quienes educaron muy bien
a sus descendientes, los que vivieron con ellos y con su abuela Doña
Prudencia. A pesar de que la
Familia Cordura Acumen nunca tuvo convivientes
desagradables, tuvieron varios descendientes quienes fueron inmolados por el
infinito proceder de nuestra inentendible y misteriosa estupidez humana. Esta familia tuvo hijos, hijas, e incluso hermosísimas
mellizas quienes crecieron para nuestro beneficio, pero a quienes también inmolamos
a nuestra discreción basados en nuestras materialistas, utilitarias y egoístas conveniencias
personales.
La Prole
Entre otros
de los numerosos hijos se contaban Principio, Orden, Respeto,
Amor, Esfuerzo, Derecho, Trabajo y
Raciocinio. Entre el ramillete
de sus hermosas hijas estaban Ética, Limpieza, Integridad, Puntualidad, Responsabilidad
y Economía. El par de mellizas de
más edad eran Caridad y Compasión, y las doncellas más jóvenes fueron Tolerancia, Paciencia
y Dignidad.
Al
principio, la mayoría de la gente estaba muy de acuerdo con la
Familia Cordura Acumen y la respetaban mucho porque la
Familia Cordura Acumen se comportaba gobernada por un
juicio práctico y sensato acerca de la vida, y con una capacidad primordial
para avizorar, entender y juzgar los asuntos cotidianos. A medida de que esta familia crecía, más y
más se acrecentaba la estirpe de la Familia Cordura Acumen, y la comunidad estaba contenta
porque tenía la deferencia, la sobriedad, el respeto y el decoro del resto de los
ciudadanos porque el lema de esta familia no era “dar una mano”, sino que; salvaguardar
un espíritu.
Todo lo que Sube, no Tiene que Bajar
No importa
como veamos y apreciemos las nociones de subir izar, elevar, escalar, bajar,
caer, hundirse o terminar porque las cosas cambian siempre y no necesariamente
para mal, sino que algunas evolucionan, otras terminan, otras mejoran, otras
difieren, y otras sencillamente desaparecen en un acto final de estercoración*.
Debido a la
severa inconsciencia y egolatría humanas, los componentes del baluarte de los principios
de la la
Familia Cordura Acumen comenzó rápidamente a erosionarse y
a desmoronarse, entonces de esta manera se crearon las sicofantas
justificaciones para culpar al “otro” por el modal asesinato masivo de esta
noble familia; libertinajes que corren emancipadamente y sin ningún escrúpulo o
principio fundamental para distinguir entre la paz y la guerra, entre lo
realista y la propaganda, entre la evidencia o la mentira, o entre la verdad
del valor o el valor de la verdad. Por
esos es que mientras más conozco al ser humano, más respeto a los cerdos.
La
humanidad en su total trabaja apuradamente en generar una telemita* esclavitud
eterna. Las demoníacas legiones de
políticos falsarios, frailes pervertidos y abogados libertinos torturan, aporrean,
magullan y destruyen las actuales sordimutistas* civilizaciones de nuestro
planeta (a pesar de que no todas lo son), esas altas civilizaciones una vez
orgullosas y cuerdas; mientras utilizan el insípido músculo mental de los humanos
tontos que les escuchan y que los secundan en construír sus máquinas y
artificios de beligerancia social. Pero
a pesar de que la humanidad está siendo derrotada artera y solapadamente, mientras
haya un Hombre Justo; nuestra sociedad aún no está muerta.
Todo lo que Cambia, No tiene que Cambiar
Esto no
es una verdad de manifiesto sino que es una expresión pseudo-diacrónica. Cada día las cosas tienen menos sentido común
y sus valores se tergiversan porque nos las arreglamos para justificar nuestra infinita
estupidez y nuestra egoísta mediocridad con la sinoecia* y solo propósito de
nuestro beneficio personal y directo.
Entonces ahora tiene sentido el mentir, el robar, y el abusar; y habilitamos,
justificamos y legitimamos tamañas estupideces como golosinas sin gluten, bombones sin lactosa,
chocolate vegetariano, helados de sexo neutral, caramelos orgánicos,
mantequilla de maní sin maní, la grasa de dieta, y el azúcar falsa. Esto no tiene sentido común para la gente con
sentido común, pero lo tiene para aquellos perfectos boeóticos* que lo
perdieron.
Una
telúrica y siniestra permuta ocurrió en algún momento de nuestra decadente
civilización en que los valores que regían nuestras sociedades, comenzaron una
violenta regresión evolucionaria innatural.
Por
ejemplo, la regresión moral de nuestra especie se acierta en principios
básicos, eficaces y esenciales de consignas tales como: “No prodigues más de lo
que ganas”, lo que se convirtió ahora en: “Endéudate negligentemente hasta el
cuello”; y el esencial y lógico precepto de que: “Los adultos están a cargo de
la familia”, fundamentalmente ahora es: “Los pendejos menores son los que rigen
a sus estultos progenitores sin ya una capacidad intelectual ni moral”. Otros preceptos que se han sido presas de esta
prostituída evolución moral son:
- La
necesidad justifica el robo.
- La
mentira es necesaria para sobrevivir.
- La
traición justifica la comodidad y egoísmos personales.
- Violar
menores está de moda.
- El
asesinato es necesario para eliminar obstáculos.
- Los
dioses de la conveniencia se pueden comprar en cualquier gasolinera.
- La
corrupción es un privilegio.
- La cárcel
es un retiro temporal.
- Las leyes
son para los insípidos y los inocentes.
- El
respeto es solo para mí.
- Los
amigos reales ya no existen, los conocidos irreales que habitan Internet son
sus suplantes y en vez de tener unos pocos buenos amigos reales, ahora tenemos
más de diez mil amigos imaginarios en el ciberespacio...
Hay muchas
otras aéreas de desolación moral, pero ya me han dado arcadas morales y vómitos
de integridad de tanto hablar de esto.
Hoy por hoy, al gentilicio común ya no le
importa o interesa de cómo sus interacciones con los demás afectan al mundo
exterior. En esta época y de sol a sol, todo se trata de gratificación personal
y placer instantáneos. Puedo hacer lo que quiera con cualquier persona,
¡pero no se atrevan a hacerlo conmigo!
Puedo darle un portazo en la cara a cualquiera, aventarlos a un lado con
enojo o humillarlos públicamente. Cualquier cosa que me dé una
oportunidad de placer es aceptable porque yo soy la excepción y solo yo me
merezco la adulación y el panegírico de la humanidad.
Esta nueva mentalidad se nutre abundantemente
de las insensatas, enfermas y anormales redes sociales sin regulación. En
esta salvaje e incivilizada selva social se nos dá el lugar perfecto para
sumergirnos totalmente en nosotros mismos.
Es el perfecto Paraíso para los narcisistas patológicos, los hipócritas
obsesivos, los anómalos idolatras de sí mismos, y todos aquellos con marcados
desórdenes de la personalidad.
Las típicas características de estos nuevos
seres humanos son la grandiosidad injustificada, la falta de empatía
hacia otros, y la colosal y enferma necesidad de admiración. Estos nuevos híbridos morales son arrogantes,
egoístas, manipuladores y exigentes, y se concentran en fantasías falso-grandiosas(1)
tales como su propio éxito, su creída belleza, su soñadora brillantez y están
convencidos de que merecen un tratamiento especial, y construyen sus dioses
apropiados para esto. Estas bestias
inicuas de características irreales se fermentan y destilan mayormente en
Internet. Una vez infectados con el
narcicismo, estos irreverentes entes sociales nunca consiguen llegar a la edad
de la madurez.
(1) La palabra
“grandiosa” se deriva de la insípida palabra: “dios”, lo que también es una ridícula
y absurda fantasía, y una violenta aspersión oblicua a la realidad.
¿Qué cosas, no?
Estos imbéciles y orgullosos dueños de un
severo trastorno de la personalidad se creen superiores o especiales, y con
frecuencia se relacionan con otros imbéciles que en sus escuetas cabecitas creen
que son únicos, o que tienen algún ficticio talento que solo vive en sus
imaginaciones. Estas descompuestas asociaciones
con otros de su especie incrementan su virulenta y errónea autoestima, la que es
frágil como el himen.
El Hombre como raza, ha perdido su conciencia,
la que está siendo enterrada con la Familia Cordura
Acumen en un oscuro y gélido hueco en las vastas regiones de la imbecilidad
humana, en ese mar infestado del sargazo de escrúpulos morales.
Q.E.P.D.
La Familia Cordura Acumen perdió terreno cuando los padres dejaron de serlo, y se rindieron a los
caprichos de sus ingobernables hijos
porque su concepto de disciplina se ahogó en las vastas aguas de su incapacidad
humana. La
Familia Cordura Acumen perdió el deseo de vivir cuando los
medios de comunicación vendieron su pluma al mejor postor, y perdiendo la ética
y acallando la verdad, le han dado paso al escándalo de la farándula y a la
información incompleta o tergiversada.
La autopsia
de La
Familia Cordura Acumen efectuada en el depósito de
cadáveres sociales arrojó -entre muchas otras causas que determinaron la
infección y muerte de esta honorable familia- las siguientes consecuencias
halladas en el Nucleus
Accumbens Septy:
- Sólo
reconozco mis derechos
- Despilfarro
es mi mejor amigo
- Los
demás siempre tienen la culpa
- Soy una
víctima de la sociedad
- La
sociedad me debe
- Yo me
lo merezco todo, pero sin esfuerzo
Epitafio Lapidario:
No hubo
mucha gente en este funeral porque muy pocos se enteraron de que la
Familia Cordura Acumen
había perecido. Si sucede que aún
recuerdes a La Familia Cordura Acumen, por favor ayuda a que otros los
recuerden, de lo contrario, únete a la cuantiosa mayoría; y no hagas nada.
Cordialmente,
tu quizá difunta conciencia.
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Abiectus Post Scriptum: El mes pasado no tuve la musa, la capacidad, ni el ánimo de escribir
y publicar nada porque al igual que mi familia; mi inspiración me abandonó
fríamente. Ahora vuelvo a escribir y a
publicar porque hasta los expósitos huérfanos del amor logran sobrevivir. A pesar de esta traición invernal, mi cálido
amor por ellos seguirá siendo eterno.
Desde mi corazón
interfecto.
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Et sub Glossarium
Glossarium – (Cum amore legentibus)
Alifafe - Achaques,
padecimientos.
Boeótico – Imbécil.
Estercoración - El acto de
cagar.
Sinoecia - La asociación de especies con beneficio solo
para una especie.
Sordimutista - El estado de ser sordo y mudo.
Telemita – Libertina, disoluta,
disoluta, corrupta.
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Post scriptum et quorumdam suggestionibus pro futurum: Si hay algún tema sobre el cual usted quisiera leer mis
traumáticas y ligeramente psicopatísticas opiniones, por favor sugiéralo a: rguajardo@rguajardo.us.
Caveat: Mis opiniones personales pueden resultarle ácidas, demasiado
honestas, corrosivas, irreverentes, insultantes, altamente irónicas, acerbas,
licenciosas, mordaces y de una causticidad filosófica sin límites conocidos por
el ser humano, y quizá no le apetezcan o acomoden intelectualmente; pero es lo
que habrá disponible basado en su pedido.
Gracias.
El Loco