El susto es bueno en pequeñas dosis porque lo
mantiene alerta y piensa en preparación y prevención, y mantiene en buena forma
a los veleidosos esfínteres. Tampoco
quiero preocuparlo más que una monja con retraso, pero quiero que esté
consciente de cosas fuera de la esfera de su pensamiento diario.
El Sol
El sol le dá energía a toda la vida que existe en
la Tierra, y sin esta brillante y cálida estrella, no sobreviviríamos en este
suertudo planeta. Pero como la mayoría
de las cosas y objetos que conocemos en el espacio, incluso la vida de las
estrella es también limitada y algún día, aunque nos parezca muy lejano;
nuestro querido y bien ponderado Sol sucumbirá como todos nosotros, a su
avanzada ancianidad.
En caso de que usted esté un poco desubicado
debido al pandemónium que estamos viviendo aquí en la tercera roca en el bies
de las enaguas del Sol, esta luminaria se encuentra en el meollo de nuestro
sistema solar, y quien es el objeto de más tamaño en este coqueto sistema
solar. El hidalgo Sol acapara el 99.8 %
ciento de la masa completa del sistema solar, y su cintura se acerca
aproximadamente a unas 109 veces el diámetro de la Tierra. Si tuviésemos que llenar el Sol con nuestro
planeta, se requerirían alrededor de un millón de Tierras para colmarlo.
¿Y qué tan caliente es el sol? ¡Buena pregunta! La temperatura de la parte que podemos observar del Sol desde
nuestra palestra, es de aproximadamente unos 5,500° Celsius, mientras que las
temperaturas dentro del núcleo solar se calcula que se elevan a más de 15.000.000°
Celsius. Estas temperaturas se generan a
través de reacciones termonucleares o de fisión nuclear. Según la NASA, para poder ecualizar esta
temperatura producida por el Sol, deberíamos detonar alrededor de 100 mil
millones de toneladas de dinamita por segundo.
¿Qué cosas, no?
El Sol es solo una de las más de 100 mil
millones de estrellas en la Vía Láctea. Su
órbita oscila a unos 25,000 años luz del núcleo galáctico, en la que realiza una
rotación aproximadamente cada 250 millones de años. El Sol es relativamente nuevo y es partícipe de
una descendencia de estrellas conocidas en Hiperfísica como “Población I” las que, comparativamente
a otras estrellas; son las que ostentan más abundancia de elementos que abrigan
una tara más pesada que el Helio.
El Funeral del Sol
Los dedicados científicos de nuestro planeta quienes
se consagran a la ciencia, piensan que han descubierto cuándo y cómo morirá
nuestro Sol. ¡Esto va a ser homérico!
Nuestros avispados científicos están emitiendo
frescas predicciones acerca de cómo se desarrollará el momento final de nuestro
Sistema Solar, y cuándo éste va a acaecer.
Afortunadamente para usted y el resto de los humanos y humanoides que
pululan sueltos por el planeta, no habrá nadie presente para atestiguar el
Dantesco acto final; eso es, si usted me cree.
No mucho tiempo atrás, los astrónomos
especulaban que el Sol en su momento postrero se tornaría en una caliginosa
nébula, en una intumescente* burbuja luminosa de gas y pavesa celestial, pero
estos peritos han descobijado nueva evidencia que sugiere que el fin del Sol va
a ser más literianístico*, catastrófico y vorpálido* que lo que se estimaba. ¡Huy que miedo!, ¿no? Esto es además porque ahora tienen mejores instrumentos
de trabajo que los que venden en el “Dólar Store”.
Entre tanto, una diligente e industriosa pandilla
internacional de astrónomos desacertó esta última teoría y ahora proclaman que,
basados en sus postreros descubrimientos y en la evidencia que han recolectado
recientemente; opinan que han descubierto que una nebulosa planetaria es la más
probable representación de un cadáver Solar.
La
mayoría de los integrantes de nuestra comunidad científica está de
acuerdo en que nuestro Sol tiene una edad aproximada a unos 4.600 billones de
años. Para llegar a esta conclusión, nuestros
duchos hombres (y mujeres) de ciencia han medido la edad de otras muchas entidades
celestes que se cree se plasmaron y configuraron aproximadamente al mismo
tiempo en que lo hizo nuestro querido y brillante Sistema Solar.
Entonces, comparando estas sobreabundantes y
próvidas observaciones, agregando el legado obtenido de largas y meticulosas
observaciones de otras estrellas paranatelónicas*, los astrónomos cavilan que
pueden profetizar el momento del fallecimiento de
nuestro Sol. Se premedita que el Sol se
convertirá en un fiambre y exhalará y su último suspiro (el Sol no suspira, solo
quiero ser un poco más dramático aquí) aproximadamente en unos 10.000 billones
de años. ¡Esto es un arsenal de
años!
Anteriormente mencioné: “...el resto de los humanos..., no habrá nadie presente para presenciar
el Dantesco acto final”, con lo que me refería a la especie humana en
general y colectiva, ya que basados en nuestro comportamiento social y moral;
ninguno de nosotros sabe si nuestra insulsa e insensata especie sobrevivirá
tantos años. ¿Qué cosas, no?
Antes de que nuestro brillante y caliente Sol
fenezca, existe una franca decumenia* de acontecimientos que la raza humana
encontrará para sortear en el camino.
Nuestros astrónomos predicen que en alrededor de unos 5.000 billones de
años, el Sol se convertirá en un gigantesco globo rojo. Entonces, el núcleo de esta luminaria se va a
implosionar, pero sus mantos externos se expandirán hasta alcanzar la órbita de
Marte. Si nuestro planeta todavía está
en existencia para ese entonces, la Tierra se verá irremediablemente enmarañada
en el caos solar.
Para evitar que nos tostemos hasta
carbonizarnos, a la humanidad nos quedan apenas unos escuetos mil millones de
años para, o morirnos todos; o para encontrar una ingeniosa manera de cómo
escabullirnos de esta maloliente roca aguada y establecernos en algún otro
punto del Universo. Pero al mismo
tiempo, tendremos que saber exactamente hacia dónde nos dirigiremos, cómo
llegaremos allí o allá, y si nos vamos a llevar consigo toda la ingente e
interminable cuantía de la mierda moral y excrementos éticos que nos hemos
arreglado para acopiar, y con las que nos hemos arreglado para contaminar a
este pobre planeta, el que ya nos ha advertido de lo que le estamos haciendo.
Esto último no les es pertinente ni les
concierne a los ciegos. No me refiero a
aquellos que desafortunadamente han perdido su sentido de la visión, sino que
claramente aludo al resto de los pendejos humanoides que se rehúsan a ver la
realidad a pesar de la evidencia. Si no
lo ha notado, el Sol ha estado aumentando su resplandor cerca de un 10% por cada
mil millones de años. Esta cantidad
brobdingnagiarística* de años parecen muchos, pero el aumento de irradiación no
lo es. Este aumento en el brillo del Sol
extinguirá la vida en la Tierra en menos de 5.000 millones de años, evaporando
en el camino polos, ríos, lagos y océanos, matando desde nanoplankton a ballenas, y las superficies
de tierra seca se calentarán tanto que no nos podremos sentar en ninguna parte
sin quemarnos el culo.
Desde un punto de vista más científico
Lo abominable que acaecerá
posteriormente con este gran purpúreo gigante es difícil –o imposible- de afincar. Un número de estudios preliminares juzgan que
para que el Sol se transforme en una nebulosa planetaria brillante, el tamaño
inicial de nuestra estrella debería de haber sido casi dos veces más masiva de
lo que es ahora.
Ahora, una camarilla internacional de renombrados
astrónomos ha estado recurriendo a representaciones y extrapolaciones de
modelos computacionales en un esfuerzo de establecer que, tal como el
comportamiento del 90 % de otras estrellas en el firmamento, lo más probable es
que nuestro Sol se implosione desde ser un
gigante rojo, para convertirse en una diminuta estrella enana blanca; y
consecutivamente, caducar como una
nebulosa planetaria. ¿Qué cosas, no?
Según lo que sabemos y basados en lo que la comunidad
científica nos ha enseñado, cuando una estrella muere, produce una asumida
aglomeración de gas y polvo, conocida como su “envoltura”. Esta citada “envoltura” puede abarcar un
tamaño aproximadamente al de la mitad coetánea de la masa de nuestro Sol. Esta drástica reducción en el tamaño o ahora
Enana Blanca, desenmascara el núcleo de la estrella. A este punto, la vida útil del Sol está operando
sin carburante, para últimamente; apagarse y fenecer. Esto es explicado por el astrofísico,
astrónomo y profesor de la Escuela de Física y Astronomía de la Universidad de
Manchester en el Reino Unido; Albert Zijlstra.
El Sol antes de sucumbir y en su etapa de Enana
Blanca, es cuando su súper urente* y febril núcleo causa que su caparazón de
gas y polvo centellee enérgicamente por alrededor de unos 10.000 años, lo que
es una etapa muy breve y transitoria en astronomía. Esta poderosa refulgencia lo hace claramente evidente y visible en la
nebulosa planetaria.
Algunas Enanas Blancas son tan vernicosas* y
refulgentes que se pueden vislumbrar desde distancias siderales de más de centums*
de millones de años luz, donde la estrella en su vida normal, habría
sido demasiado débil para poder verla a pesar de nuestros avanzados
instrumentos de espionaje cósmico.
Las representaciones y extrapolaciones de
modelos computacionales de datos que creó este equipo científico,
exclusivamente atenta vaticinar el ciclo de vida de heterogéneos tipos de
luminarias, para estipular más acertadamente el brillo de cada nebulosa
planetaria asociada con diferentes masas de estrellas. Las nebulosas planetarias existentes son comparativamente
habituales en el Universo visible para nosotros, y algunas de las que conocemos
son la Nebulosa Helix, la Nebulosa Ojo de Gato, la Nebulosa Anillo y la
Nebulosa Burbuja.
Nebulosa Planetaria
Originalmente y con una ligera parablepsia* teórica,
a estas nuevas nebulosas se les bautizó cuando fueron descubiertas con el
inconsecuente nombre de “nebulosas
planetarias”, a pesar de que no tienen absolutamente nada en común con
planetas. Cuando las primeras nebulosas
fueron evidenciadas por el astrónomo alemán nacido en Inglaterra, Frederick William
Herschel en el siglo XVIII, éste las juzgó similares en apariencia a los
planetas debido a las deficientes tecnologías ópticas de los telescopios de la
época.
Herschel construyó su primer gran telescopio en
el año 1774 de la Era Común. Cuando
terminó la construcción y el montaje de su nuevo telescopio, se enfrascó
durante los siguientes nueve años en el escrutinio y estudio de los cielos para
investigar las estrellas dobles.
Herschel publicó catálogos de nebulosas en 1802 (2.500 objetos) y en
1820 (5.000 objetos). El bajo poder de
resolución de su telescopio reveló que muchos de los objetos aludidos como
“nebulosas” en el catálogo Messier, eran en realidad cúmulos de estrellas.
Charles Messier
A pesar de llamarse Charles, Messier era
francés. Charles Messier nació en
Badonviller en la región francesa de Lorena.
El astrónomo Messier publicó un inventario astronómico que consta de 110
nebulosas y cúmulos de estrellas débiles, el que llegó a ser conocido como el
catalogo de los objetos Messier. El
propósito del catálogo era socorrer a los observadores astronómicos de la
época, en particular, a los cazadores de cometas como él, para poder distinguir
visualmente entre objetos permanentes y objetos transitorios difusos en la
bóveda celeste.
El catálogo de Messier, es una de las
herramientas más útiles para los aficionados a la astronomía. A mediados del siglo XVIII de la Era Común,
el retorno del cometa Halley patrocinó la veracidad de la teoría newtoniana, y
ayudó a suscitar un renovado interés por la astronomía. Durante este tiempo Charles Messier descubre
15 objetos no aún descubiertos. El 28 de
Junio de 1758, durante una sesión de caza de cometas, Messier descubrió un
objeto pequeño lúcido en la constelación de Tauro y comenzó a llevar un diario
de éstas nebulosa de manera que no fuesen falsamente confundidos con cometas.
No hace mucho...
Hace alrededor de unos 25 años más o menos, los
astrónomos notaron algo peculiar en las vastedades del universo visible: las
nebulosas planetarias observables más brillantes en otras galaxias, todas
exhiben el mismo paralelismo de brillo.
Esto significa en teoría, que usando la observación del brillo de
nebulosas planetarias en otras galaxias, los astrónomos pueden calcular teoréticamente
a qué distancia están de la Tierra.
Los datos compilados demostraron que esto era factual,
pero los patrones de los modelos diseñados contradicen esta información, lo que
se ha desvelado e irritado a los científicos durante los pasados 25 años desde
que se hizo este descubrimiento. Las estrellas
de más edad y masa de menos calibre deberían de ser mucho más débiles que las
nebulosas planetarias de estrellas más adolescentes y de más amalgama elemental
La información acopiada y analizada sugiere que es
posible que haya nebulosas planetarias brillantes provenientes de estrellas de una
masa menor que la de nuestro Sol. Los modelos
desarrollados proponen que esto no es realmente factible, porque se piensa que cualquier
cuerpo celeste que mida menos o cerca del doble de la masa de nuestro Sol, podría
dar a luz una nebulosa planetaria demasiado débil para ser observada
claramente.
Modelos desarrollados más recientemente por la
comunidad científica han solventado esta incipiente incógnita. Estos nuevos e intrínsecos modelos muestran
que nuestra luminaria está ubicada dentro del nivel del límite inferior de masa
que estas estrellas requerirían para poder generar una nebulosa visible. Esto es, que una luciérnaga sideral que posea
una masa subyacente a 1.1 veces de la masa del Sol, no sería capaz de
desencadenar nebulosas evidentes o perceptibles a gran distancia. Aquellas estrellas que comprenden masas de hasta
3 veces superiores o más masivas que el Sol, conseguirían producir nebulosas planetarias
más lúcidas.
Estos resultados son muy indicativos porque
ahora además de poder detectar y definir y medir estrellas que habitan miles de
millones de años
luz en remotísimas, abditivas* galaxias, lo que
resulta ser una longitud casi
imposible de determinar, pero a la postre, hemos dilucidado el secreto de lo
que nuestro moribundo Sol forjará cuando sucumba.
En el intertanto, seguiremos investigando sobre
la vida secreta del Sol mientras podamos descifrar sus gésticos* aesopianos* avisos. Mientras dure, observe y respete los
servicios de esta esfera casi perfecta de plasma ardiente con su exquisito
movimiento convectivo para alumbrarnos y darnos vida diariamente. Y para que quede claro en el récord, el Sol
de Ipanema no es de Ipanema, es de todos nosotros.
Advertencia
Ahora que no tiene que preocuparse más de lo que le va a pasar a
usted cuando el Sol se muera, ¡debe de estar más contento
que indio con espejo! Realmente de lo
que tiene y debe de preocuparse ahora es de cuidar a nuestra Madre Tierra, porque ésta; no nos va a durar tanto como el Sol. La estamos destruyendo paulatina y
sistemáticamente, y quizá nosotros o nuestros hijos o nietos, se enfrentarán a
un fallecimiento prematuro de nuestro planeta, y sufrir las consecuencias de
nuestros propios actos. A este punto, no
importa cuando muera el Sol. ¿Qué cosas,
no?
Ahora, no sea huevón y quédese en casa aislado
de los peligros del Coronavirus. No sea
tonto y mantenga la distancia social porque no es un juego, pero en esto se
juega la vida; no sea estúpido y no salga a exponerse usted ni a exponer a
otros porque usted no sabe si usted está infectado o nó, o si otros lo están; y
por último, no exhiba su infinita hebetud* (si la tiene), arrastrando y
comprometiendo a su familia a esta nueva ruleta mortal.
Acuérdese que el tiempo es gratis, pero no
tiene precio; usted no es dueño de él, pero lo puede usar; no puede quedarse
con él, pero puede usarlo; pero cuando lo desperdicia, jamás puede recuperarlo.
____________________________
Et sub Glossarium Glossarium – (Cum amore legentibus)
Abditivo – Remoto, secreto,
oculto
Aesopiano – Que transmite
significado solo a aquellos en un ideología secreta
Broddingnagiarismo – Inmenso, inmensidad
Centum – Ciento
Decumenia – Gran cantidad
Géstico - De, cómo, o
perteneciente a gestos
Hebetude - Estupidez
Intumescente – Hinchamiento por excesivo calor
Literianístico – Que indica el fin de
una enfermedad
Parablepsis – Visión falsa,
equivocación
Paranatelónica – una estrella que se
eleva al mismo tiempo que otra estrella
Postiche - Agregado excesivo e
inapropiado a un trabajo terminado
Urente – Ardiente, escozor
Vernicoso - Brillantemente pulida
o barnizada
Vorpálido – Afilado, mortal
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Post scriptum et quorumdam suggestionibus pro futurum: Si hay algún tema sobre el cual usted quisiera leer mis
traumáticas y ligeramente psicopatísticas opiniones, por favor sugiéralo a: rguajardo@rguajardo.us.
Caveat: Mis opiniones personales pueden resultarle ácidas, demasiado
honestas, corrosivas, irreverentes, insultantes, altamente irónicas, acerbas,
licenciosas, mordaces y de una causticidad filosófica sin límites conocidos por
el ser humano, y quizá no le apetezcan o acomoden intelectualmente; pero es lo
que habrá disponible basado en su pedido.
Gracias.
El Loco
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