"Los pepinos españoles no son el origen de la epidemia causada por la agresiva bacteria Escherichia coli (alias E. coli) en Alemania, según revelan los resultados realizados por un laboratorio, tal y como ha informado la ministra de Salud de la Ciudad-Estado de Hamburgo, Cornelia Prüfer-Storcks".
Estos son los subterfugios titulares que publican los tabloides internacionales para excusar un monumental e irresponsable error, producto de una apoplejía moral sin límites y de una imprudente sequía psíquica e intelectual. ¿Y ahora qué? El daño ya está hecho. Con una liviana e insensata declaración en el mejor estilo terrorista político, ahora le han colgado el "San Benito" a los pepinos Españoles. Esto comenzó como una acusación aislada de una sórdida cloaca política e interesada de Hamburgo, con resultados desastrosos para el agro Español. La ignorancia engendra ignorancia. Ahora cinco países les han cerrado sus puertas al pepino Español. ¡Tío, esto sí es un "pepinazo"!
¿Por qué la ignorancia engendra ignorancia? Porque actúa sin causa ni motivo, ni se molesta en hacer ninguna verificación. Hay algunos que hablan solo porque tienen una lengua inquieta que no está conectada a un cerebro pensante, y otros que callan porque lo saben. Esto no es nuevo. Hay otras víctimas que llevan el injusto estigma de pobre San Benito colgado injustamente de sus cuellos; como las Uvas Chilenas, el Tylenol Americano, las pobres y sufridas Vacas Británicas, y el aceite de oliva español.
Un triste comentario de integridad hermafrodita basado en una completa fatiga de principios y de decadencia cívica sistémica, ha dejado en el limbo a miles de familias honestas y trabajadoras; y quizá ha dejado convaleciente a una economía regional o tal vez nacional. El limbo no es bueno porque siempre comparte sus oscuros y difusos límites con el flagelo de la pobreza, y la catástrofe del hambre.
Ni los pepinos Españoles ni el E. coli es lo que lleva este terrorismo urbano general y político bajo su artera capa, sino que lo que esconde sin éxito son sus intereses creados a costa del sufrimiento y desfalco de los agricultores para un beneficio egoísta y personal. ¿Como pueden saber si los pepinos no son de la ETA, de Al Qaeda, del IRA, o de Ezbolla? Pues no lo saben y no tienen ni la más peregrina idea de ello; y esto lo reconocen públicamente después de haber diezmado miles de vidas humanas. Al parecer, a estos escamoteadores morales esto les importa un "pepino".
Ya veo los titulares de mañana: "Vinos Franceses causan menopausia", "La cerveza Alemana torna consumidores estériles", "Los chocolates Suizos contienen espermios homosexuales", "Los automóviles Italianos dan cáncer pancreático", "La maquinaria Polaca produce retardamiento mental", "El turismo Griego origina almorranas", y "La ensalada Mediterránea promueve la peste bubónica". ¡Perfecto! Estos son los pocos titulares terroristas que un político irresoluto e irresponsable necesita hacer para destruír Europa. Realmente espero que nó, pero al paso que vamos, puede ser realidad. Es verdad de que estamos en el siglo XXI y que nos podríamos considerar bastante "civilizados", pero basta rasparle un poquito la piel a uno de estos políticos para encontrar al bárbaro.
Espero que los catedráticos de la estulticia humana se dejen de "pepinadas" y dediquen sus esfuerzos al mejoramiento y al bienestar de la raza humana con una dedicación un poco más seria, porque cuando leo ridículos titulares como el de "Los Pepinos de España", no sé si reírme, o llorar. Digo esto porque estando fuera del problema, mi punto de vista es objetivo. Mi corazón va a los agricultores de los Gloriosos Pepinos Españoles.
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