A veces la realidad es cruel pero es verdadera. Muchas veces escogemos ignorarla conscientemente porque es muy incómodo enfrentarla, y por ahora, no nos es difícil ignorarla porque la mayoría de la gente, incluyéndonos nosotros mismos, vivimos en un mundo personal relativamente ignorante. Cuando estas realidades se hacen insoportables, no tenemos más remedio que enfrentarlas, y el precio que se paga por esto, será siempre muy alto.
Desde que Platón describió este paradigma en su alegoría “La Caverna”, donde critica a la gente por no pensar y ser las condescendientes marionetas del conformismo, pasando más recientemente por el film "Matrix" de Larry y Andy Wachowsky donde se representa un futuro en el cual la realidad según lo percibido por la mayoría de los seres humanos, es realmente un entorno simulado.
Coincidentemente, también lo ilustró La Fontaine a través de sus luminosas fábulas en donde trata por medio de un lenguaje simbólico y metafórico de inducir a la reflexión y transmitir las ideas reales, a ver si la gente se podía percatar de las funestas consecuencias de vivir ignorando la realidad sin una evolución pensante y reflexiva, con la falta de lo cual resulta una infección de nuestra salud emocional y física, una contaminación en nuestras relaciones heterogéneas, y en una corrupción en la evolución social y del ambiente.
Platón nunca se imaginó que su fábula se aplicaría tan fielmente a la realidad de la Grecia de hoy. En forma abstracta y con mis apólogos comentarios personales (en cursiva) embutidos en ella, el cuento del sapo dice así:
Un pequeño sapo nadaba tranquila y despreocupadamente en una cacerola llena de agua fría. De pronto y subrepticiamente (como lo hacen los abogados deshonestos) alguien le atraca fuego a la cacerola por debajo, y el agua comienza a calentarse muy lentamente, así que el sapo no se entera de lo que está pasando. (Grecia pide y recibe un préstamo del Fondo Monetario Internacional sin que sus ciudadanos comprendan lo que esto significa).
El agua se comienza a poner tibia y muy confortable, y el sapo encuentra esto muy agradable. (Los ciudadanos Griegos obtienen algunos beneficios del dinero prestado y las cosas parecen regias y esto les gusta bastante a los ciudadanos griegos que inconscientemente siguen nadando en las tibias y acogedoras aguas de su economía de espejismos).
Mientras el sapo continúa nadando indolente a la realidad y mientras que más leña se le agrega al fuego, la temperatura del agua sigue subiendo paulatinamente. (El gobierno Griego le sigue pidiendo plata al Fondo Monetario Internacional y con esto, subiéndole la temperatura a la economía a un nivel placentero ya que sus ciudadanos experimentan el fatuo placer del progreso imaginario, y no ven el fuego).
Después de agregar más leña, ahora el agua está bastante caliente, más de lo que el sapo puede gozar, y comienza a ponerse intranquilo, pero no hace nada. (Siguen los "bail outs" que los funcionarios del gobierno Griego piden y contratan para agregarlos impune e imprudentemente a la fogata que calienta su falsa economía, ahora fuera de control; y los ciudadanos Griegos no pueden ver el tamaño de la fogata escondida detrás de los estatales tapujos del establecimiento político Griego, pero que ya se están comenzando a preocupar).
Con tanto calor, el sapo ahora se comienza a sentir agobiado y le cuesta respirar. Se siente cansado, pero no obstante, no está asustado todavía. (La economía interna Griega está demasiado caliente para soportarla, pero el ignorar la realidad es una condición humana tan intrínseca, que vigorosamente ayudada por los malabaristas políticos Griegos; dejan caer el peso y la complejidad del problema sobre los hombros de sus ciudadanos, los que a pesar de estar ahora bastante incómodos con la situación, aún no están asustados).
Ahora el agua está sumamente caliente y el sapo no puede ignorarlo y esta exasperado y bastante asustado. Pero a la vez, está tan debilitado por los prolongados efectos de la temperatura que ahora es intolerante, pero que entonces no tiene más remedio que soportarla y no hace nada por resolver el problema. (La economía Griega ya está casi "cocinada" con el peso muerto de los préstamos ingentes, pero la ciudadanía Griega está tan debilitada por la falta de responsabilidad social y de la escasez moral de sus políticos egoístas, que a pesar de estar tremendamente asustada, está muy cansada y sin fuerzas para luchar).
Un poco más de leña bajo la olla; y la temperatura continúa subiendo hasta un punto en que el sapo termina simplemente cocinándose y muriendo. Fin.
Aquí es donde el cuento puede cambiar. Grecia está a punto de recibir el último atado de leña que cocinará su país haciendo de éste una sopa de Rigor Mortis: un nuevo préstamo del Fondo Monetario Internacional que acabará con Grecia. Creo que si Platón pudiese ver esto, se estaría revolcando de dolor en su tumba. Grecia puede, con un esfuerzo supremo, salir de la olla que la está cocinando, despertar a la realidad, y hacer cambios drásticos para sobrevivir.
Esto demuestra que cuando un cambio viene de un modo suficientemente lento e imperceptible, escapa a la conciencia y a la razón, y raramente provoca alguna reacción, alguna oposición, alguna revuelta, o activar la conciencia. Si miramos lo que nuestros políticos han producido para nuestros países y sociedades en las últimas décadas, podremos ver que estamos sufriendo una lenta deriva a la cual ya casi estamos terminalmente habituados. Una cantidad de cosas que nos habrían horrorizado moralmente unos 20 o 30 años atrás, hoy son simplemente banales.
Los políticos en su esfuerzo por esconder la realidad y escondiéndose tras una máscara en el falso nombre del progreso social, de la ciencia y del aprovechamiento de los recursos; siguen perpetrando sus arteros y tramposos ataques a las libertades individuales, a la dignidad humana, a la integridad de sus sociedades, a la naturaleza, y a la esperanza de sus ciudadanos de vivir feliz y honestamente, y han llevado lenta pero inexorablemente a Grecia --con la constante complicidad de las víctimas inconscientes, o quizás incapaces de defenderse-- a la ruina total.
Los negros y nefastos escarceos que se han estado -y se siguen- elucubrando en contra del futuro de Grecia, en vez de suscitar reacciones y medidas preventivas y progresistas, no hacen más que acondicionar psicológicamente a la gente para que acepten unas condiciones de vida decadentes y de un dramatismo innecesario. Ahora es el momento para Grecia de volcar la olla, de apagar el fuego, y de despedir a sus ilusos, deshonestos e incapaces políticos.
Grecia, hermosa tierra Helénica de filósofos prodigiosos, dominio de sabiduría profunda, cuna de la República y origen de la Civilización, ¿qué has aprendido desde el origen de tu cultura nacida en las sublimes Cícladas durante los albores de la Edad del Bronce?
Con este pergamino no he querido ni pretendo comparar ni a Grecia con una olla, ni a sus magníficos ciudadanos con un sapo, o comparar a ambos con cualquier otra cosa. La intención es hacer un paralelo con una antigua fábula de un ilustre y progresista ciudadano Griego, que a mi parecer, es vigente hoy, y solo pretendo con esto agitar las adormiladas conciencias. ¡Viva Grecia!
¿Y España?, ya hablaremos de ello.
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